one shots | billie eilish.

Eres tú.

Billie es mi mejor amiga.

Tuvimos algo, por cierto, pero ella es la típica chica que tiene muchas chicas detrás de ella.

Así que me reemplazó por alguien más.

No pasamos de coqueteos y de un par de besos.

Fue cuando una mañana la vi en la escuela besando a Kayla.

En menos de una semana lo dejaron.

Fue cuando empezó a tener rollo con otra chica, una chica llamada Verónica.

A la semana dejaron el rollo.

Hice como que no me importaba.

No quería perderla, así que pretendí que no me había dolido que tenía algo con todas las chicas de la escuela.

Incluso de las que no eran de nuestra escuela.

Un par de chicos también.

Siempre era lo mismo con Billie.

¿Qué por qué hacía esto? Muy simple, la ex de Billie, llamada Lana, la lastimó demasiado, la engañó y le rompió su corazón. Por eso ahora mismo hace toda ésta mierda. Intenta buscarla entre todas las personas.

Pero aún así la amaba, y desde que tuvimos todo éste rollo, pasaron ya casi tres meses.

Cómo sea, hoy iría a su casa para verla como lo planeábamos cada fin de semana.

Iba caminando por las calles cuando recibí una llamada de Billie.

Contesté.

-¿Sí? ¿Qué se te ofrece?.-dije graciosa.

-¿Me comunicas con la chica más linda?.-dijo en tono coqueto.

Odiaba que hiciera eso, siempre conseguía hacerme sonrojar al punto en el que me ardían mis mejillas, y al punto que me dolía la mandíbula de tanto sonreír.

A Billie le encanta coquetear.

-Querrás decir, ¿te comunico contigo misma?.-reí.

También me gustaba coquetear con ella.

Después de todo, no la había superado.

¡No me culpen!

-Bueno, no te lo voy a negar.-rió.

-¡Billie!.-reclamé mientras reía.

-¿Qué puedo decir? Soy muy daddy.

Rodé los ojos incluso sin que ella pudiera verme.

-Eres sumisa.-dije en voz baja mientras reía.

-Si soy sumisa, dilo en un tono más alto y tal vez te creeré.

Volví a rodar los ojos.

-Eres una sumisa.-dije firmemente.-Y ésta daddy te va a colgar, ¡bye!.-dije graciosa mientras reía, le colgué el teléfono.

Después de casi diez minutos, llegué a su casa.

No hacía falta tocar el timbre, tenía llaves de la casa, la mamá de Billie, Maggie, estuvo de acuerdo en darme una copia.

Le caía bien y me trataba como parte de la familia.

Una vez abrí la puerta, la cerré tras mis espaldas.

-¿Billie? ¿Dónde estás? ¿En dónde te metiste?.-reí.

Empecé a caminar hacia la sala.

Me empecé a acercar a la mesita.