Capitulo 2: Reencarnacion.

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Me detuve frente a la puerta, cerré los ojos, agarré con fuerza el pomo de la puerta y lo gire lentamente mientras la abría.

-Buena suerte - dijo entre risas la vieja barbuda - espero que disfrutes tu "aventura feliz".

-Eh? - me di la vuelta y abrí los ojos para instantes después recibir una patada voladora de la maldita vieja que me hizo caer tras la puerta, instantes después, esta se cerró mientras aún escuchaba su risa.

-Bueno, da igual, este es el comienzo de mi nueva vida, adiós a las preocupaciones de tener dinero para llegar al final de mes y adiós a todos esos insufribles compañeros de trabajo. - dije riendome a carcajadas.

Me levanté, me sacudí el polvo y observé mi alrededor para darme cuenta de algo terrible, no había lindas chicas gato tras la puerta, tampoco parecía ni siquiera un típico mundo de fantasía. Lo único que había a mi alrededor eran un montón de edificios derruidos.

-¿Qué narices está pasando aquí? - dije mientras veía anonadado la catastrófica escena que estaba ante mis ojos- ¿¡DÓNDE ESTÁ MI PRECIADO MUNDO DE FANTASÍA?!

Tras estar gritando diversos insultos a la vieja barbuda decidí asumir que daba igual cuánto gritase, nada iba a cambiar, había muerto y reencarnado en un maldito mundo destruido por a saber qué. Caminando por la zona observe algunas similitudes con mi mundo, al parecer es más o menos el siglo XXI, ¿XX quizás? -suspire rendido- al parecer mi cuerpo sigue siendo el mismo, revisé de arriba abajo mi cuerpo e hice una serie de ejercicios para corroborar que mi forma física era exactamente la misma que en mi mundo. Bueno al menos tanto entrenamiento me servira de algo - dije intentando reconfortarme- estuve vagando por la extraña ciudad, al parecer estaba deshabitada aunque desconozco las razones, decido entrar a los edificios y casas que se encontraban accesibles y no parecían a punto de derrumbarse. Si está abandonado no cuenta como robo ¿No? - pensé mientras sonreía maliciosamente- encontré una casa en muy buen estado, de hecho parecía como si alguien estuviese viviendo aquí hasta hace poco, derribe la puerta y entre.

-No se que puede haber ahí fuera, mejor estar en un sitio bajo techo y cerrado. -recogí la puerta y la volvi a colocar.

Registrando la casa encontré algo de comida así que decidí comer e irme a dormir para al dia siguiente descubrir que sucedió en esta ciudad.

-Ara ara ¿Se puede saber que estás haciendo aquí?

Hm? Me pareció oír una voz, aunque es imposible en esta desértica ciudad, descarte la idea y seguí durmiendo, pero entonces note algo extraño, era como si algo estuviera sobre mí, abrí lentamente los ojos y entonces la ví. Era una preciosa chica de cabello negro lo que se encontraba sobre mi, tenía la piel blanca y los colores de ambos ojos no se correspondian.

-Bu...buenos días... -dije con una leve risa-

-¿No responderás? -respondió con una sonrisa en su rostro mientras apoyaba un cuchillo en mi tráquea-

Continuará en el capítulo 3.

El mundo de Maphis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora