CAPÍTULO 6

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CAPÍTULO 6: CURIOSIDAD

Me quedo en silencio observando fijamente al hombre que está inclinado hacia mí, mirándome con cierta picardía en sus ojos. Puedo sentir como todo mi rostro se ruboriza tras escuchar su pregunta tan fuera de lugar y que definitivamente me tomó por sorpresa, como todo lo que él hace y dice en general.

—¿Qué? ¿Pero qué...? ¿Por qué me pregunta eso?

Obito se encoge de hombros, luciendo bastante divertido al ver mi reacción. No encuentro lo gracioso, así que frunzo el ceño.

—Curiosidad, nada más—contesta con sencillez, como si fuera algo común para él preguntar eso.

—No es asunto suyo sí lo soy o no—puntualizo, desviando la mirada hacia la ventana, muy avergonzada. Si quisiera responder le diría que sí lo soy, que nunca he llegado tan lejos con un chico, pero eso no es algo que le incumbe—. Por favor, no haga ese tipo de preguntas.

Un incómodo silencio se forma, así que decido voltear para ver qué está haciendo. Lo encuentro mirándome fijamente, parece pensativo. Aprovecho para observar cada detalle de su atractivo rostro, la primera vez que lo vi no le di mucha importancia, pero ahora, que estamos tan cerca uno del otro, no puedo dejar de sentirme maravillada por cada uno de esos detalles.

—De todas formas no vine para hablar, solo quiero entregarle esto en sus manos—le informo mientras abro mi mochila y reviso el contenido, en busca de algo específico, el cual sostengo con una mano y le tiendo.

Recibo una mueca de su parte cuando ve la caja, luciendo bastante disgustado.

—¿Por qué? ¿No te gustó?

Suspiro ligeramente, ¿cómo puedo contestar eso?

—Claro que me gustó, pero no es correcto aceptar regalos así de una persona como usted.

Sus ojos se oscurecen tras escucharme y me intimidan terriblemente, al punto que me echo hacia atrás para hacer distancia, aunque en ese espacio es imposible.

—¿Una persona como yo?—Repite, cruzándose de brazos—. Explícate.

—Bueno, ya sabe—comienzo, jugueteando con el borde de mi suéter—. Es mucho mayor que yo y está casado, por eso aceptarlo estaría muy fuera de lugar.

—Mmm...

Bien, comienzo a sentirme incómoda y todavía más nerviosa de lo que ya estoy, si es posible. Inhalo y exhalo, tratando de conseguir el valor que me trajo hasta aquí para poder continuar y acabar con esto de una vez por todas.

—Mire, seguro tiene miles mujeres hermosas detrás de usted—continuo, sintiendo un revoltijo en mi estómago—. Quiere algo de mí y que no puedo darle, así que...

—¿Y qué se supone que es lo que quiero de ti?—Me interrumpe cambiando a un tono lleno de diversión, es más agradable que verlo disgustado pero tanta diversión tras escucharme me hace sentir como si fuera un payaso, o algo parecido.

Nuevamente me quedo en silencio, no sé cómo contestar porque no consigo las palabras adecuadas y tengo miedo de haber malinterpretado la situación.

—Vamos, Hana, dime qué es—me pide, inclinándose hacia mí.

Trago saliva al ver su mano levantarse y acercarse a mi rostro. Me quedo paralizada al sentir que las yemas de sus dedos tocan mi piel y no puedo evitar estremecerme. Me cuesta trabajo procesar el nivel de confianza que tiene este hombre y su facilidad para romper el espacio personal.

—La verdad es que tienes razón, princesita—murmura, deslizando sus dedos hasta mis labios entreabiertos—. ¿Quieres saber qué?

Mi corazón va a millón y mis ojos no dejan de ver su rostro, fijándose en cada detalle. Tenerlo así de cerca me dificulta no sentirme atraída por su atractivo.

SUGAR DADDY |Obito Uchiha|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora