Me senté en la silla y esperé a que el director, que no dejaba de mirarnos primero a uno y luego a otro nos hablara. Bajó la cabeza un segundo, meditando lo que nos iba a decir.
-Atenta a la vena de la cabeza- me susurra Liam con la mano en la boca y mirando al director por si le pillaba hablando.
-¿Se puede saber que hacian? Esto es un instituto, no un parque y no voy a tolerar tal comportamiento...
-Parece que le va a explotar- susurro de vuelta a Liam, el cual hace el amago de no reirese, igual que yo.
-Usted- me señala- siempre llegando tarde, molestando a la profesora, interrumpiendo, creando alboroto...- culpable-. Y usted señor Hamilton, sin duda el peor alumno de todos: pellas, pintadas en los coches de profesores, peleas, interrupciones...
-Yo no interrumpo- dice Liam divertido. No puedo evitar el hecho de que me haga gracia.
El profesor le da una miradita como diciendo "¿y esto que ha sido?". Me tapo la boca con ambas manos y me cubro la cara con el pelo para que no se note que voy a explotar a reir.
-Contestón... Supe que ibas a ser un problema cuando en primero organizastes esa revuelta de las mochilas- continúa el profesor.
Me acuerdo de eso, fue con tan solo 13 años. Se subió a una mesa de la cafetería y dio un discurso muy tonto y dijo que desde mañana no lleváramos la mochila al instituto durante una semana. Yo le hice caso, pero no porque tuviera razón, que no la tenía, si no porque pesa mucho y me encanta molestar.
Ya no pude más y estallé en risa. Me empezaban a dar pinchazos en el abdomen. Al poco tiempo Liam se unió a mí. Al parecer nuestro amargado director no se reía, pero no era motivo para parar.
-Estoy harto de vuestro comportamiento, pasáis más tiempo en mi despacho que en clase- y luego dicen que yo exagero-. Ya os he puesto miles de castigos y aún así no parais. Y para colmo ahora os encuentro a vosotros, a los más problemáticos juntos, peleándoos en el pasillo. Vuestro castigo será- chan chan chaaaan- el lunes de la semana proxima, limpiando todo el gimnasio después de clase.
Mierda.
El idiota y yo nos miramos un segundo a los ojos con cara de asco.
-¡¿Qué?!- gritamos Liam y yo a la vez dando un respingo.
Lo peor del castigo no es limpiar el polvoriento, sudado, oloriente, hogar de chicles usados...gimnasio, sino tener que hacerlo con el.
-Podéis iros- termina con aires de grandeza.
Sin pensarmelo dos veces me levanto, agarro mi mochila y me largo.
(...)
-Sí tia, y encima me castigan, limpiando el gimnasio, con Liam.
Oigo un chillido agudo de Summer al otro lado del teléfono. Me lo aparto un poco y me froto el oido que ha estado a punto de explotar.
-Tia, tia tia... Que morro...un castigo, con Liam, con Liam Hamilton- da otro chillido agudo.
Ya me la imagino sentada en algún sitito dando pataditas al aire con los ojos fuertemente apretados. Como la conozco.
-Pues yo no le veo el encanto. Te lo cambio.
-Hecho. Yo voy a tu castigo con Liam- dice su nombre con voz sensual y yo quiero bomitar- y tú vas a mi entrenamiento de voley.
-Cambio de idea, me quedo con el castigo.
Odio el deporte, y no me sirve. Por mucho que coma y no me mueva, no engordo. Lo único bueno que me dado Dios.
-Joo. Cambiando de tema... ¿Qué vas a hacer esta tarde con lo de tu hermano?
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El PlayBoy es el niñero de mi hermano
RomanceYo: Malhumorada, demasiado orgullosa, malhablada, infantil, hermana de un niño tontito tragador de pilas, irresponsable según mis padres, demonio según mis profesores, la hostia según mis amigas, tonta según mi hermano y belleza según él. Él: Física...