Balbuceos

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Con el tiempo, el pequeño de nombre Tanjirou se acostumbró a su nueva familia.
A pesar de ser un bebé era bastante tranquilo, casi no lloraba y parecía disfrutar el estar con los Tomioka.

Una vez llegado el tiempo de trabajo para la mayor, no tuvo más opción que dejar al niño en manos de sus hermanos. Rogaba a Dios que cuidarían bien del bebé, de su ahora más preciado tesoro.

— Giyuu, Sabito, confío plenamente en ustedes, por lo que más quieran, no lo saquen a pasear, es invierno, hace demasiado frío afuera y no queremos que se enferme, ¿verdad?

El pequeño pelirrojo movía sus piernitas alegremente estando en brazos de su hermano adoptivo, Sabito.

— Si, onee-san

— Giyuu, no lo hagas llorar, ¿De acuerdo? — Al mencionado pareció no importarle lo que su hermana mayor le estuviera diciendo, era ajeno a todo este asunto.

— Esta bien, no lo hago llorar. — Respondió tan frío como ya era costumbre.

Una vez la mayor salió, quedaron los 3 solos parados frente a la puerta de madera en completo silencio, incluso el pelirrojo, él mantenía su dedo pulgar entre sus labios babeando el mismo.

— ¿Quieres salir Giyuu? — Sabito, quien sostenía a Tanjirou preguntó al azabache, podía notarse el aburrimiento que este tenía encima, unas simples palabras, no serían suficientes para detenerlo.

— Nee-san dijo...

El niño de la cicatriz en la mejilla no esperó a que su hermano terminara de hablar, abrazó al pequeño contra su hombro y se dispuso a subir rápidamente las escaleras hacia el cuarto de la mayor de los Tomioka ya que ahí era dónde ella tenía las ropas de bebé que Tanjirou usaba en su día a día, aún era demasiado pequeño como para tener un cuarto propio.

Además, Makomo adoraba tener cerca a su pedacito de cielo.

— Sabito, nee-san dijo que no. — El niño de ojos azules se acercaba a la habitación con los brazos cruzados frente a su pecho.

— Vamos Giyuu, nos vamos a divertir, no dijo que no podíamos salir si iba bien abrigado. — Rebuscaba entre las cosas del bebé algo que fuera bueno a su gusto.

— No lo sé, Sabito, ¿Y si termina enfermo al final de día? Nee-san nos matará, bueno, en especial a ti. — Suspiró sabiendo que nada podría detener a ese chico, una vez tenía algo en mente, no estaba tranquilo hasta acabarlo de una vez por todas, si algo le gustaba, estaba dispuesto a todo por conseguirlo.

Tanjirou de ahora poco más de un año, miraba atento al de cabellos azabaches estirando su manita en dirección a este para llamar su atención a su manera, por alguna razón a pesar de que este le ignorara, el bebé no se rendía.

— B-bou wi. — Balbuceó sonriendo y abriendo sus bracitos para que Giyuu le abrace.

— Jo, que mal humorado eres, hermanito. — Sabito rodó los ojos antes de acercarse al mencionado quien, captando sus intenciones, se alejaba paso a paso hasta tener cierta distancia. — Vamos, ven aquí, no te haré nada malo.

— N-no, a-aléjate, le diré a nee-san. — Llegó hasta donde se le permitió, su espalda chocó con la pared dándose cuenta de que todo estaba acabado.

El de cabellos duraznos estaba ahora más cerca de su hermano para poder hacerle cosquillas, cosa que logró sacarle una risa sincera a este.
El bebe miraba sonriente aquella escena para también acompañar la risa de su hermano mayor con las suyas.

— M-ma...má...— el pequeño balbuceaba mientras movía sus manitas tratando de alcanzar a los mayores quienes detuvieron todo movimiento para mirar al niño con notable sorpresa.

— ¡Giyuu!, ¡Tanjirou habló! — Sabito se acercó al bebé quien sonreía al ver a su hermano alegre.

— Ma-má ¡Mamá!. — Seguía repitiendo pues parecía que Sabito se alegraba si el pequeño lo decía — Abuito. — El pequeño Tanjirou tocó la nariz de Sabito quien lo miraba con ojos brillantes de admiración.

— Nee-san estará feliz...— Tomaba la pequeña manita de su hermanito y este la llevó a su mejilla.

— Abuito, Abuito.

— Si, habló. — Giyuu era el menos emocionado ante esta "hazaña" según Sabito pues parecía importarle poco o nada.

— Sabito, Sa-bi-to.

— Abuito.

— Rayos...bueno, con el tiempo lo dirá bien. — Suspiró resignado para luego volver a su sonrisa de emoción.

— Sa...pi... to. — Agitó sus brazos pequeños en el aire una vez dicho esto.

Giyuu hizo una mueca tratando de contener su risa por las palabras del bebé sentado en la cama.

—Giyuu.

Ambos chicos mayores se sorprendieron ante esto. Dijo bien el nombre de Giyuu y a la primera.

—Giyuu, Giyuu. — Aunque no se notara, esto llenó de alegría al mencionado.

Estiraba sus pequeños bracitos al azabache en espera de ser cargado, en sus ojos se veía la felicidad del bebé.

—Giyuu, Giyuu. — Sonreía alegremente.

El mayor se acercó al niño cargando a este en brazos.

El mayor se acercó al niño cargando a este en brazos

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Este capítulo es algo corto ya que uniré la segunda parte de este con el capítulo 3 y parte del 4, tendrá más sentido y agregaré algunas cosas más.

¡No me funen!
Sé que lo merezco y merezco sus mejores insultos, pero peores cosas verán en Wattpad, así que por favor se los pido...

No a funar a Kae
💕

A little secret [Reescribiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora