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                                                       Advertencia

Me llamo Dymtro Kozlov y provengo de una familia en la que las dificultades económicas siempre estuvieron presentes, mi madre y mis hermanas menores lo eran todo para mi, y por ellas fue que comencé a trabajar para la señora Arlette Budny a mis veinte años de edad en octubre de 1967.

Transcurría ese año cuando comencé a trabajar en la vieja mansión de la señora Arlette, una conocida millonaria que se había mudado al pueblo en el que yo vivía. Para sorpresa de todos, el día que llegó compró tres de las más costosas granjas, una fábrica y se instaló en aquella aterradora mansión. La mañana del viernes trece de octubre encontré un anuncio en el periódico; La mansión de la señora Arlette necesitaba un empleado, y cómo no tenía nada que perder, me dirigí un momento después a ofrecer mi servicio.

El anuncio no especificaba nada, no tenía idea de a qué tipo de trabajo me tendría que someter, supuse que si eso ayudaba a mi madre a darnos de comer entonces era una buena opción.

Conseguí que me alcanzaran cerca de la vivienda pero debí atravesar a pie aproximadamente unos cinco kilómetros; La mansión estaba rodeada por un campo de hierba que era considerablemente alta, para mi suerte no había animales sueltos ni espantapájaros de los que debiera preocuparme.

El lugar era inquietante, alejado por mucho de la civilización, y por este motivo comenzaron a inventarse historias acerca del terreno, había gente que decía que la señora Arlette era una bruja, otros afirmaban que había muerto gente allí, y unos pocos creían fielmente en que la mansión había sido construída sobre un antiguo cementerio. Para mi, nada de esto era real.

Estaba equivocado.

CaecusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora