Sᴛᴀʀs Lᴏsᴛ ɪɴ ᴛʜᴇ Sᴇᴀ 「𝖬𝖦𝖸 & 𝖪𝖲𝖩 」

01 - [III]

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Todavía es temprano en la temporada, la primavera acaba de comenzar, y Seokjin está feliz de encontrar que hay varios destinos en Corea disponibles para él. Busan y Pohang, isla de Jeju y Gwangju. Mira posadas y hostales, pero lo que realmente quiere, lo que realmente necesita es una cabaña o una casa pequeña donde pueda instalarse y, con suerte, concentrarse.

Cuando se encuentra con un anuncio de una pequeña casa de campo en un pequeño pueblo costero cerca de Yeosu, cree que ha encontrado su refugio. Cuando ve el precio inusualmente bajo para alquilar el espacio durante el verano, piensa que es demasiado bueno para ser verdad. Debe haber algo mal en el lugar para ser tan barato. Está en ruinas o embrujado. O todo es una estafa.

Llama al número proporcionado con gran sospecha y quizás demasiada esperanza de que la cabaña sea realmente todo lo que se presenta. La persona de contacto resulta ser un agente inmobiliario local en Yeosu.

"No hay nada... malo en ello, ¿verdad?" Seokjin pregunta tentativamente después de que se hacen las presentaciones formales.

El agente inmobiliario se ríe. "Es realmente barato, ¿verdad?"

Seokjin sonríe y suelta una risa avergonzada. "Algo como eso."

"La abuela propietaria empezó a alquilarlo hace veinte años. No ha cambiado el precio desde entonces, no importa cuánto tratemos de convencerla. Dice que no necesita el dinero, sólo quiere que alguien aprecie el casa."

Seokjin hace un ruido en reconocimiento.

"Puede ser barato", continúa el agente de bienes raíces, "pero no es fácil de alquilar. La Sra. Kang tiene la última palabra sobre qué solicitud acepta. Solo quiero preparar sus expectativas. Por lo general, rechaza a todos hasta julio".

"Oh." Seokjin frunce el ceño, la decepción es un poco más fuerte de lo que había anticipado. Solo ha visto fotos de la cabaña en línea. No sabe por qué su corazón parece estar puesto en ello.

"Sin embargo, pasaré tu solicitud. Nunca se sabe. Tal vez tengas suerte".

"Gracias. Espero tener noticias tuyas", dice Seokjin antes de colgar. Deja su teléfono en el escritorio y niega con la cabeza. Tal vez debería probar las montañas después de todo, piensa, volviendo a su computadora para buscar otro lugar para alquilar.

Hace algunas preguntas más sobre lugares que no le entusiasman tanto y está casi listo para detenerse por el día cuando su teléfono se ilumina con el número del agente inmobiliario.

"Ella dijo que sí", dice el agente de bienes raíces, con un tono mezclado con incredulidad. "Tan pronto como le dije tu nombre, ella dijo que sí. Es extraño. Debes tener mucha suerte".

"Normalmente no", dice Seokjin, sonriendo mientras la emoción se extiende por su pecho.

"Huh. Bueno, tal vez tu suerte haya cambiado."

Seokjin no está seguro de si lo ha hecho, pero sabe que su aventura ha comenzado.

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Le debe a Namjoon una cena de bistec, piensa Seokjin durante el viaje de Seúl a Yeosu. Tan pronto como está fuera de los límites de la ciudad de Seúl, siente que el aire y su mente se aclaran, sus pulmones tragan con avidez el oxígeno fresco. Atrás quedó el polvo fino, el bullicio y las demandas cada vez mayores de la ciudad. Puede sentir cómo la presión que ni siquiera sabía que estaba soportando se derrite, se desvanece mientras avanza por la autopista a solo un poco de más de ciento veinte kilómetros por hora.