11. Once In A Lifetime

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9 de Febrero del 2015, en la habitación de Hotel de Zayn, Los Angeles. 03:22 P.M.



— ¿Estás seguro? —volvió a preguntar el morocho, el humo escapando de entre sus labios al hablar.

— Si Zaynie. Estoy bien. —repitió por décima vez el oji-azul.


Un par de horas antes, el más bajo había aparecido tocando la puerta del cuarto de su amigo. Apenas este último abrió la puerta, Louis entro sin aviso alguno. Zayn no se quejó al respecto, ya estaba acostumbrado a aquello.

El castaño no le dirigió ni una solapalabra a su compañero, simplemente se sentó en el piso de la sala y le tendió una bolsa que parecía tener algo dentro. Este la toma y la abrió para ver su contenido: eran cigarrillos de cannabis, mejor conocida como marihuana. El morocho se sorprendió al verlos pero, al notar la tristeza casi palpable que reflejaban ese par de ojos color cielo, decidió dejarlo pasar y hacerle compañía. Solo por esa vez.


— No deberías estar fumando eso.

— ¿Acaso importa? —expreso el oji-azul, restándole importancia.

— Louis, se lo prometiste.

— Harry no está aquí. —remarcó el más bajo.

— Eso no lo justifica. Él confía en tí.

No puedo ayudarme. —confesó.

— Ni siquiera lo intestas. —hablo Zayn.

— ¡Sí que lo hago!

— A mí no puedes engañarme Louis, eso lo sabes muy bien. Harry puede conocerte todo lo que quiera, pero hay ciertas partes tuyas que él no puede ver y yo sí.

— Tú no sabes nada.

— ¡Deja de estar a la defensiva, por Dios! Sé que algo te pasa y puede que no quieras hablar de esto pero, mal que te pese, lo haremos. Soy tu mejor amigo y verte de esta forma me duele. —confesó el oji-miel, quien se veía realmente preocupado por su amigo.

— ¿De qué forma me veo?

— No me hagas decirlo.

— Dilo. —exigió.

— Es que te ves tan... —suspiró— Tan triste. No lo sé, tal vez es solo mi imaginación.

— ¿Estas preocupado? —preguntó el castaño con curiosidad.

— Solo un poco. —admitió, acariciándose el cuello.

— Esto no funciona así.

— ¿Mmm?

— Esta mierda no funciona así. Tú deberías simplemente sentarte allí, —señaló el lugar en donde Zayn se encuentraba sentado cómodamente— escuchar toda la mierda que tengo que decir y simplemente asentir porque estás de acuerdo con lo que digo. Así funciona esto. Así ha funcionado siempre.

— Ya no está funcionando. Te estas hundiendo.

— NOS estamos hundiendo. —aclaró el mayor, haciendo énfasis en el 'nos'.

— Yo también me estoy hundiendo, lo admito; pero tú, amigo mío, tienes el agua hasta el cuello.

— No sabes lo que dices. —dijo molesto.

— Deja de negar todo lo que digo y de saltar a la defensiva. Nadie aquí te está atacando.

— Tú lo estás haciendo. —escupió.

— ¡No lo estoy! —el morocho elevo la voz, perdiendo la paciencia.

— ¡¿Entonces qué es lo que te pasa?! ¡Dilo de una puta vez! —gritó.


El chico de ojos color miel se tomó unos segundos para tranquilizarse, ya que Louis estaba alterado. No solo su estado de ánimo dejaba que desear, sino que también estaban presentes los efectos de la droga que ya empezaban a hacer efecto en su organismo. Tenía los ojos rojos y estos parecían estar dilatados, además de que respiraba de una manera irregular como si estuviera realmente enfadado. Parecía un toro a punto de arremeter contra él con todas sus fuerzas.


— ¿Quieres saber? Bien, te lo diré. En este último tiempo has cambiado tanto Louis, y no entiendo el por qué. De alguna forma se siente como si nada hubiera cambiado. Ahora mismo mi corazón está latiendo de la misma forma que lo hizo durante los últimos cuatro años, pero es como si algo hubiera cambiado para ti. Ya no eres el mismo. No sonríes más, ni tampoco te diviertes. Sé que esto siempre ha sido de alguna manera una completa mierda pero, aunque sea difícil manejarlo, siempre encontramos algo de felicidad en todo esto ¿Qué te ha hecho cambiar a estas alturas?

— ¿No estás cansado de todo esto Zayn? —preguntó el oji-azul— Porque yo si lo estoy. Estoy cansado de las sonrisas falsas, de ilusionarme con promesas vacías, de vivir de una felicidad que no existe, de entregarle mi libertad a unos malditos hijos de perra que solo quieren hacer dinero conmigo. —suspiró— Estoy cansado de todo esto.

— ¿Acaso no te hacemos felices? ¿Acaso Harry no te hace feliz?


Louis levanto su mirada para mirar a su amigo directo a los ojos. Zayn estaba realmente preocupado por el oji-azul y detestaba cuando decía ese tipo de cosas. Cuando creía que no había solución, apelaba al punto débil del castaño: Harry. Pero esa vez fue tomado con la guardia baja, al ver que la tristeza no abandonaba los ojos de su compañero de banda y mejor amigo.


— Claro que me hacen feliz. —sonrió tristemente— Cuando cierro mis ojos, lo primero que veo es a ustedes a mi lado; pero solo me toma un par segundos caer en la realidad. Estamos tan cerca y tan lejos a la vez. Cada día somos un poco más infelices. —suspiró— No quiero esto para mí, ni para ninguno de ustedes. No quiero sentirme de esta forma otra vez más. Es algo horrible.

— Sentirse así una vez en la vida está bien; mientras estemos a salvo. Ni siquiera ellos pueden llevárselo todo. No dejes que se lleven tu felicidad Lou.

— ¿Cómo puedes saberlo? ¿Cómo puedes saber que las cosas no empeoraran?

— No lo sé, pero quiero creer. Mientras estemos juntos nada nos podrá derrumbar.

— ¿Me prometes que jamás te iras?


La pregunta quedo suspendida en el aire. Un silencio incomodo se abrió paso en la sala, envolviendo a ambos chicos y haciendo preocupar al oji-azul.


— ¿Zayn?

— No te preocupes. Lo prometo.


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¡5 CAPÍTULOS PARA EL FINAL!

P.D.: No me odien :)

Four ▶▶ Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora