RAÍCES

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Mi madre es mi tesoro, pero...
Desde los 14 años empezó a consumir drogas, era divertido pero en el fondo sólo quería llenar ese profundo vacío que sentía.
A sus 15 años había tenido múltiples relaciones con distintos chicos y consumía cada vez más cantidades de droga.
A los 17 pensó que había encontrado el amor de su vida, se sentía completa, se sentía felíz, el era todo lo que un día soñó, era guapo, atento, detallista, comprensivo, etc, ella se sentía en el paraíso. Luego de unos cuantos meses el empezó a cambiar con ella, era agresivo e indiferente, ella había pasado del paraíso a un infierno, pero era aún peor...
Habían tenido relaciones sexuales hace una semana, acababa de enterarse de que estaba embarazada lo cual la tenía muy feliz ¡Iba a tener un hijo con su chico ideal!, también pensó que eso cambiaría la situación entré ellos, así que fue a su casa. Al llegar sintió como su alma caía en pedazos, al entrar al lugar lo encontró con otra y muy alterada los insultó y soltó la bomba -"vamos a tener un hijo" el chico muy sorprendido y enojado la sacó de su casa y le dijo que el no estaba listo para tener hijos, que se hiciera responsable de él, que no le importaba.

Mi mamá analizó la situación; mis abuelos la echarían de la casa, quedaría sola y no tenía trabajo ni siquiera había terminado el bachillerato, con el mayor dolor en el alma decidió abortar.

Desde ese día las dosis de droga que consumía cada vez eran mayores, no salía de su habitación, no comía ni dormía, estaba muriendo en vida.
Luego de varios años quiso darle una nueva oportunidad a el amor, pero siempre terminaba igual, hasta que lo conoció a él (mi padre) quien era 11 años mayor y también consumía drogas, mi mamá volvió a creer en el amor, volvió a vivir. Luego de un año mi mamá volvió a quedar embarazada, pero tenía miedo de que se repitiera la historia, así que le preguntó a mi papá si quería realmente tener un hijo o si abortaba, él sin pensarlo dijo que sí, ese bebé era su mayor deseo. Sin embargo ambos seguían consumiendo drogas y se peleaban y golpeaban cada vez que se drogaban.
Un día estando sobria mi mamá concluyó que eso podría hacerle daño al bebé y dejó de drogarse, por lo menos mientras nacía el bebé.

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