Epílogo

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"No me olvides. Eres la persona más preciada para mi. Eres tú, la que ha hecho estremecer mi corazón por primera vez en mi vida. La única persona para mi, incluso después de mirarte varías veces..."


Betty dejo salir un suspiro mientras escuchaba los llantos del pequeño bebé. Desvió el rostro hacía un lado observando a Jughead con una sonrisa. Él se la devolvía. 

-¿Puedo verlo?- preguntó sintiendo el cansancio invadirla. 

-Por supuesto...- aquella voz la descolocó. Intento acomodarse en la camilla utilizando las pocas fuerzas que le quedaban. Sus ojos se engrandecieron al contemplar a Evelyn sosteniendo a su pequeño bebé en brazos.

-No...- negó intentando colocarse de pie pero no lo lograba. 

-Me haré cargo ahora de él ¿esta bien? - Evelyn le sonrió. -Es un hermoso niño. Se parece mucho a su padre...- señaló alzando una ceja. 

-Evelyn... no...- la vista comenzó a fallarle. 

-No te preocupes, hermanita. Estará seguro en mis brazos...- el cansancio comenzó a sobrepasarla. 

Lo ultimo que sus ojos contemplaron fue a Evelyn saliendo de la habitación con su pequeño en manos. 

-¡¡No!!- grito abriendo los ojos. 

-Esta bien... tranquila amor...- Jughead le sonrió posando una mano sobre el hombro de la chica.

Betty observo a su alrededor. Se encontraban en su habitación. Dejo salir un suspiro mientras sentía el sudor frío recorrer parte de ella. Habían pasado ya cinco meses de su boda y las cosas con Jughead estaban de maravilla. Ambos habían ido de luna de miel a París y actualmente vivían en la casa de Jughead. Archie y Veronica habían regresado a Nueva York después de la boda prometiendo que regresarían a menudo pues se habían acostumbrado a la vida en Riverdale. Betty seguía trabajando en la compañía siendo la presidenta y junto a Jughead planeaban realizar proyectos donde tanto Paradise como Temptation se vieran beneficiados. 

En cuanto a Evelyn, después de aquellos disparos y estar un buen tiempo en coma, al despertar se llevo la sorpresa de que había quedado paralitica. Además de después de varias pruebas se le diagnostico el trastorno psicótico  y después un tumor cerebral. Fue un fuerte noticia para la pelirroja que tuvo que ser internada ya que había intentado quitarse la vida varias veces. De todas maneras, había sido trasladada a otro país para llevar su caso, aunque todo indicaba que su tiempo era poco. 

Betty estaba mucho más tranquila en cuanto a ese tema. Se sentía en paz y liberada cuando se dio cuenta que no tenía sentido seguir odiando a Evelyn. Que de haberse enfocado en otro tipo de cosas habría sido más feliz en el pasado, pero ya que había aprendido como era vivir odiando, ahora solo quería tomarse el tiempo que tenía para amar a sus seres queridos, sanar y perdonar. Y ahí es donde había dado el paso de toma terapia para sus pesadillas que aunque habían disminuido, seguían presentes. 

-Lo siento...- se disculpó sentándose en la cama.

-No tienes nada de que disculparte.- Jughead deposito un beso en la frente de la rubia. -Estaba apunto de salir a comprar el desayuno ¿quieres venir?-

-No. -negó. -Prefiero darme una ducha...- alzo las cejas. -¿Por qué a comprar el desayuno? Tú debes cocinar el día de hoy. - señalo entrecerrando los ojos. 

-Si, sobre eso...- Jughead se removió incomodo. -Resulta que olvide apagar la estufa a tiempo y todo... bueno, hazme el favor y no te acerques a la cocina en lo que regreso ¿de acuerdo?- deposito un beso en los labios de Betty cuando observo que ella estaba por protestar.

El Mismo Rostro - BugheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora