Capítulo 7

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El doctor Kim ha pasado por la habitación de Jungkook a primera hora de la mañana y me ha dejado una carpeta con las direcciones de los mejores fisioterapeutas de Londres, la medicación de Jungkook, las fechas de las próximas visitas y el papeleo del alta. Mientras yo estaba inundado de papeles, han aparecido un par de enfermeros para llevarse a Jungkook y hacerle un último chequeo.

Las dos horas que llevo solo entre estas cuatro paredes que he llegado a odiar, me las he pasado pensando en lo que voy a hacer a partir de ahora. Tengo que ser sincero conmigo mismo. Reconocer lo que siento por Jungkook y reconocerme, al menos a mí mismo, lo que deseo hacerle. Pero lo primero es él y su recuperación. Espero que no tarde en volver, me pone nervioso que estén haciéndole tantas pruebas. No puedo quitarme de encima la sensación de que van a descubrir algo horrible y que volveré a perderlo.

Suena el móvil y me siento aliviado por la distracción.

—¿Diga?

—Jimin, soy yo, Patricia. ¿Ya le han dado el alta a Jungkook? —me pregunta mi jefa.

—No, todavía no, pero ya tengo los papeles, así que supongo que cuando vuelva de las últimas pruebas podremos irnos.

—No sabes cuánto me alegro. Ayer, cuando me llamó, casi me pongo a llorar de emoción.

—Sí, la verdad es que se está recuperando muy bien.

—¿Sabes cuándo piensa volver al trabajo? Aquí todos lo echamos mucho de menos.

Sé que entre Jungkook y Patricia no hay nada romántico, ni siquiera sexual. Lo sé. Pero a pesar de eso, tengo ganas de estrujar el teléfono hasta romperlo. Supongo que si supiera qué son exactamente el uno para el otro, podría entenderlo y aceptarlo, pero no saberlo me está convirtiendo en un paranoico.

—No, no lo sé. —Como tantas otras cosas—. Depende de la recuperación.

—Dile que se tome todo el tiempo que necesite. Y tú también.

—En realidad, creo que yo volveré al bufete la semana que viene. O antes, en cuanto Jungkook esté instalado. Aunque sea sólo durante unas horas. Siempre que a ti te parezca bien, por supuesto.

—¡Claro que me parece bien! A ti también te echamos mucho de menos.

Ahora me siento como un cretino.

—Gracias, Patricia.

—No sé si debería decírtelo por teléfono —su repentino cambio de tono de voz me eriza el vello de la nuca—, pero creo que tienes que saberlo. No quiero que ese hombre pille a Jungkook desprevenido.

—¿Qué hombre? ¿Ha sucedido algo, Patricia?

—El tío de Jungkook vino ayer al bufete.

—¿Qué? —Prácticamente he saltado de la silla en la que estaba sentado—. ¿Cómo? ¿Por qué?

—Le dijo a la recepcionista que venía a verme para interesarse por Jungkook. La pobre Taeyeon no tenía ni idea de que el señor Jeon Gong Yoo no tiene esa clase de relación con su sobrino y lo llevó directamente a mi despacho. Yo estaba en una reunión y lo atendí en cuanto salí. Los dos fingimos cordialidad y se fue al cabo de cinco minutos. Ese hombre nunca me ha gustado. Cuando era joven, me daba miedo hablar con él; ahora que no tengo por qué aguantarlo, me da escalofríos. No sé qué pretende, tal vez sólo sea una cuestión de dinero, pero quería avisar a Jungkook.

Mi cerebro se ha detenido a media explicación.

—¿Tú conoces al tío de Jungkook desde que eras joven? —Es la primera pregunta que sale de mis labios.

TODOS LOS DÍAS - |Kookmin| #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora