En un momento a Carlos le surgió una travesura que no quiso revelar a su compañero, se dirigió al living y buscó una llave debajo de una maceta que se encontraba en la barra. Abrió el gabinete y sacó una botella de whisky Chivas Real que José guardaba celosamente al fondo de todo, entre otras botellas.
Bajó al sótano para encontrar a Ramón bailando solo, ya con un dejo de libertad que lo ponía de buen humor. Carlos se quedó un segundo mirando como bailaba, permaneciendo parado el el último escalón antes de bajar.
Con el brazo extendido en la pared y en la otra mano la botella de whisky llamó a su amigo con un leve silbido. Ramón se dió vuelta y vió a Carlos con una sonrisa cómplice y se dió cuenta de lo que había hecho.
- Boludo, dejá eso donde estaba. Si mi viejo se entera me mata - le advirtió
- ¿Con toda la guita que hicimos me vas a decir que no se puede comprar cien botellas de estas? - retrucó Carlitos levantando una ceja
Y bajó de un salto hacia donde estaba Ramón y abrió la botella sin importarle más. Ramón lo observó y esbozó una pequeña sonrisa, entendiendo que Carlos jamás le iba a hacer caso en algo.
Justo sonaba "El extraño de pelo largo" en la radio y los dos amigos empezaron a bailar, mientras se pasaban la botella de Chivas el uno al otro, sin dejar de moverse.
Carlitos bailaba de una manera hipnótica, casi arabesca. Se movía sintiendo la música, como en trance.
- Bailás como mina... - dijo Ramón riéndose un poco
- Vos decís eso porque sos de madera... - le contestó Carlos mientras dejaba caer un poco de whisky sobre su barbilla después de tomar un buen trago.
Ramón se acercó y con el dedo pulgar escurrió esa gota que estaba pendiendo de la barbilla de Carlos para luego llevárselo a la boca. Y ahí comprendió. Comprendió el placer que le daba verlo bailar, ver cómo se movía y sobre todo lo que más le atraía de él: que no fuese tan inocente como creía.
Se dió vuelta y siguió bailando. El rubio quedó casi petrificado ante ese atrevimiento, ese mínimo roce que lo había dejado estupefacto.
Acto seguido, y como un acto de provocación, Carlos agarró la botella de la mano de Ramón y le dió un sorbo largo. No sabía si era para tomar valor o para nublar la realidad y que se vuelva todo un sueño y se la devolvió para que Ramón haga lo mismo.
- Para nene, ¿me querés poner en curda?
- Puede ser, puede ser... - le contestó Carlitos haciéndose el desentendido y se quedó viéndolo con los brazos cruzados para ver si cumplía con el reto.
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Nuestro Secreto (El Angel)
FanfictionEsta historia está basada en la película "El Ángel" y centrada en la relación de Carlitos y Ramón.