Llamadas y encuentros inesperados

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- Antonia, mi amor, no digas esas cosas; seguro que tu maestra está bien, seguro solo es un drama de ella -Murmuró acercándola en un abrazo hacia mi pecho.

-¿Cómo puedes estal segula mamá? tal vez y... -Dice, pero la interrumpo alejándose de mi pecho.

-No te preocupes mi amor. Para que estés más tranquila, mañana por la mañana llamare a la directora, para saber cómo está. Ahora a dormir, que ya es demasiado tarde señorita. -Digo levantándome de la cama, para así poder ayudarla.

-Pelo hazlo ahola mamá. Po qué espelal hasta mañana. -Esos ojitos saltones me conmueven; que si por mí fuera, me la comía a besos en ese momento.

-Porque seguro la Directora si tiene sueño, y anda bien dormida. -Acaricio su rostro con amor -Ahora ya es hora de dormir monstruito, mañana tienes que ir al jardín -digo acostándola, y por fin poder arroparla.

-Pelo mamá, yo... -Antes de que pueda terminar de hablar la interrumpo.

-Pero nada mi amor, usted me va mañana sin excusa alguna al jardín. -Digo así para poder salir de su habitación.

-Mamá... -grita antes de que pueda salir de su habitación.

-Dime mi amor - digo apoyada desde el marco de la puerta.

-Te amo mucho, eles la mejol mamá del mundo, mundial -Dice moviendo sus manitas en forma de un círculo.

-También te amo mucho mi amor; eres lo mejor que me pudo pasar en esta vida. -Salgo de inmediato de su habitación. No podía contener la emoción, después de tanto tiempo me había vuelto a decir de manera inesperada que me amaba.

Una vez que ingrese a mi habitación me puse a pensar en la maestra Poché; en lo dramática e histérica que había sido. Simplemente había sido un golpe, no era para tanto; pero además que fue su culpa, bueno en realidad no fue tanto así.

En el momento que estaba para dormir comenzó a sonar mi celular, no entendía quién podría ser a esta hora, pero sin duda tenía que muy importante para interrumpir mi sueño.

-¿Dra. Calle? -dijo una voz que se me hizo muy familiar, pero no recordaba donde lo había escuchado.

-Sí, ella habla -dije de manera apresurada, aún sin recordar aquella voz.

-Buenas noches Dra. soy la maestra de Antonia, -justo en el momento en el que me indico que era la maestra de Antonia, me congele, no supe qué responder.

-... -durante varios minutos me quedé en silencio, creo que hasta había contado cada segundo.

-¿Dra., aún se encuentra ahí? ¿Me escucha? ¿Aló? -dice, yo aún no podía comprender a qué se debía su llamada, así quedándome más muda que un mudo.

-¡Ah!Sí, sí la escucho, dígame maestra -digo con una voz nerviosa y creo que lo comienza a notar.

-Disculpe que le marque a esta hora, pero debía hablar urgente con usted. -dice de una manera seria que me preocupa.

-No tiene por qué preocuparse maestra, dígame en qué puedo ayudarla -digo con mi tono más tranquila.

-Lo que pasa es que el día de ayer yo... -comienza a relatar, pero la interrumpo para preguntarle cómo estaba.

-No sé preocupe maestra, sé que no se encuentra en facultades de poder transportarse por su accidente -respondo ahora con un tono de voz nerviosa.

-Perdón, pero no comprendo lo que intenta decir ¿y cómo sabe que tuve un accidente? -dice la maestra, dejándome una incógnita enorme que no podía comprender.

Bajo el mismo EfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora