Succiono toda su longitud con mi boca mientras enredaba mi lengua por su grosor, o eso intentaba ya que era muy grueso, podía escuchar los gruñidos de placer que emitía mi Jefe, como todas las mañanas desde que Mick, mi Jefe, y yo comenzamos esta aventura tan cliché pero tan excitante.—Mierda... — gimió cuando presione levemente mis dientes sobre su glande y con mi lengua hacia énfasis en su orificio, Mick tomó mi cabello en un puño para acelerar el ritmo y follarme la boca a su gusto, lo saque lentamente de mi boca dejando un hilo de saliva, el pelinegro de ojos claros me miro un poco confundido y disgustado, pero esa exprección cambio cuando vio que me quite mi blusa y el sostén dejando mis enormes y redondas tetas al aire, mis pezones estaban erectos y con mis dedos los frote un poco, pero la cosa se puso mucho mejor cuando cogí su pene y lo puse entre mis tetas, comencé a masturbarlo con mis pechos y él solo disfrutaba, podía ver como la punta salia entre mis pechos y sin pensarlo mucho comencé a mamar a la vez que lo estimulaba — ¡Joder Liliana sigue! — se desespero, adoraba cuando lo hacia porque él por lo general es una persona muy seria y casi nada lo impresiona, y sin más su semen salio disparado machando mi cara, quito su pene de mi pecho, Mick me levanta del suelo y cuando estamos cara a cara me besa con pasión, dejo que su lengua baile con la mía mientras que nuestros cuerpos se unen, mis tetas se aplastan en su pecho y siento como su mano derecha aprieta mi nalga, corta el beso con una mordida y me mira, en su mirada se podía ver la lujuría misma, yo lo deseaba, siempre lo he deseado no me importa que él sea cinco años mayor que yo, desde que comencé a trabajar aquí siempre quise que él estuviera entre mis piernas y cuando lo hicimos por primera vez no me lo creí, y sigo sin creermelo y eso que llevo tres años aquí — Eres una chica muy traviesa — dijo, me empotraba sobre el escritorio, ¡Dios ahora si viene lo bueno!, Mick se desabrocho la blusa dejando ver su firme pecho, con su corbata hizo una mordaza para mi para que mis gemidos y gritos de placer no se escuchasen fuera de la oficina, me quito la falda y con ella mi bragas, estaba completamente desnuda y abierta para él, paso sus dedos por encima de mi intimidad haciéndome gemir por su frío roce, y era más que evidente lo húmeda que estaba, esos dedos se los llevo a la boca degustando mi placer -Veo que estás ansiosa ¿no es así? -yo asentí como un robot pues estaba muy cachonda y ya ansiaba tenerlo dentro de mi, el pelinegro comienza a besar mis piernas y muslos rozando mi centro donde se encontraba mi feminidad palpitante de deseo, arqueo mi espalda cuando siento su lengua comerme el coño , sin poder resistir la tortura comienzo a gemir sobre su prenda, pues esa caliente lengua me estaba volviendo loca, Mick hacia círculos en mi clítoris, ese punto tan sensible, me penetro con su lengua y un dedo haciéndome delirar, estimulaba de las mil maravillas mi clítoris que cada vez se ponía más hinchado, Mick metió otro dedo y siguió el mismo procedimiento, yo gemía como una perra en celo de tanta sensibilidad, no lo pude aguantar me corrí en su boca, el pelinegro sube su cabeza y me mira directo a los ojos y puede ver lo sonrojada y agitada que estoy —¿Qué es lo que deseas?— me pregunta con su voz profunda, yo me estremezco y me quito aquella mordaza, él sabe la respuesta pero quiere escucharla salir de mi boca.
Y lo complací.
—Te deseo a ti — Mick se inclina para quedar sobre mi y devora mis labios con lujuría, yo sigo el beso el cual fue cortado cuando sentí como me penetraba, Mick comenzó a embestir con velocidad, yo gemía sobre su boca, él agarro mis piernas y comenzó con un vaivén mucho más rudo, mis tetas rebotaban por cada arremetida —¡Ahhh... No pares! — gemí fuertemente y Mick seguía dándome con fuerza, el sonido de nuestras pieles chocando era algo que adoraba, siguió con sus deliciosos movimientos mientras que gemía su nombre.
De repente él sale de mi y me gira, frota su pene por mi culo y sus manos empezaron a masajear mis tetas pellizcando mis pezones y jalandolos, mi mente estaba tan sumida en el puro placer que comencé a frotarme contra su polla para tener más contacto, comenzó a besar mi cuello y podía sentir como mi coño se humedecía más y más, Mick comenzó a penetrarme, mordí mis labios ahogando un grito, apoyé las palmas de mis manos en el escritorio. Mick me embestía salvajemente mientras agarra con fuerza mis caderas, yo gemía sin parar y cada gemido que salia de mi boca era más y más sonoro, Mick me tomó del cuello levantándome haciendo que mi espalda choque con su pecho, comenzó a pellizcar mis pezones, luego puso su mano en mi boca para tapar cualquier sonido que saliera de mi garganta — Eres tan caliente Liliana, no puedo mirarte sin querer meter mi pene por ese bonito coño que tienes — dijo aquellas sucias palabras en mi oído y mordió el lóbulo de mi oreja, su mano libre bajo por mi vientre hasta mi centro y metió dos dedos, gemí con fuerza sobre su mano y mis ojos quedaron en blanco al sentir sus fríos por mi entrada, ¡Mierda! me voy a correr en cualquier momento, esto se siente tan jodidamente bien que quiero gritar, y no sabía que me ponía más las palabras sucias de Mick, sentir que me penetra por los dos lados o el simple hecho de que alguien puede escucharnos entrar y descubrirnos, aunque esa posibilidad la descarto ya que la puerta esta con llave, Mick sube mi pierna derecha a la mesa dándole más acceso a mi ano, sentía un nudo en mi vientre que poco a poco se iba desatando
— Ahhh Mick... Mick... C-creo que me v-voy a... C-correr — dije con dificultad porque el placer que sentía no me lo permitía, aveces me pregunto ¿Cómo hacía Mick para hablar cuando follamos?
— Vamos pequeña regalame tu placer — susurro pasando su lengua por mi cuello, sus embestidas eran violentas y yo estaba en la cúspide, sentía al clímax.
Hasta que sentí como una corriente eléctrica me recorrió desde la punta de mis pies hasta las manos, un orgasmo intenso me invadió y no solo a mi sino también a Mick ya que gruño como si fuera un león y sentí su caliente y espesa esencia llenarme, me relaje al instante y los dos con la respiración agitada nos separamos, Mick cayo sobre su silla desnudo y yo sentía mis piernas temblar y como su semen bajaba por estás.
Cuando termine de vestirme y arreglarme -al igual que él -lo mire y el encendió un cigarrillo sin apartar su mirada de mi redondo y proporcionado culo, sonrió con picardía y me dijo con un deje arrogante — No puedo esperar a que ese bonito culo sea mío de nuevo, así que te espero en donde siempre después de la reunión con los japoneses — yo me mordí el labio y salí de su oficina con una sonrisa de tonta.
Y es que no aguanto las ganas de ser suya... Otra vez
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𝐄𝐥 𝐃𝐞𝐬𝐞𝐨 ━━━ ᴍᴏᴛʟᴇʏ ᴄʀᴜᴇ +18
Fanfiction𝐒𝐢́ 𝐚𝐦𝐚𝐬 𝐚 𝐌𝐨̈𝐭𝐥𝐞𝐲 𝐂𝐫𝐮̈𝐞 𝐞𝐧𝐭𝐨𝐜𝐞𝐬 𝐯𝐞𝐧 𝐲 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚 𝐚 𝐮𝐧 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐞𝐥 𝐩𝐥𝐚𝐜𝐞𝐫 𝐫𝐞𝐢𝐧𝐚, 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐭𝐮𝐬 𝐦𝐚́𝐬 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐚𝐬 𝐲 𝐬𝐮𝐜𝐢𝐚𝐬 𝐟𝐚𝐧𝐭𝐚𝐜𝐢́𝐚𝐬 𝐬𝐞 𝐡𝐚𝐜𝐞𝐧 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝...