Final

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-No sé de qué hablas.- Gulf optó por hacerse el desentendido, no quería tener la necesidad de pelear.

-Yo creo que sí. Debo admitir que tienes manos hábiles.- El acento pronunciado del hombre evidenciaba que se trataba de un ruso, posiblemente un mercenario contratado para conseguir lo mismo que ellos.

-De acuerdo, me atrapaste. Pero yo lo tomé primero y no pienso dártelo- Ya no le quedaba de otra, debía encontrar un método de escape rápido. Visualizó las posibles alternativas.

-Si me lo das prometo no asesinarte.- El ruso mostró una sonrisa burlona, demasiado confiado.

-Tentador, pero no estoy interesado.- Ya se estaban tardando mucho. Gulf decidió acercarse a la puerta de salida del sanitario. Si era lo suficientemente rápido y sutil, podría perderse entre la multitud y salir por el área de cocina.

Pero el contrario no pensaba dejárselo tan fácil, claro que no.

El más grande lo tomó del brazo y lo empotró contra una pared, haciéndole soltar un leve quejido. Se hubiera podido zafar rápidamente, pero quería hacerse el principiante para luego poder agarrarlo desprevenido.

-Dulzura, no tenemos que usar la violencia, sólo dame el maldito USB y te dejo ir.- Sus rostros estaban cerca.

-¿Dulzura?- Mew preguntó incrédulo desde el intercomunicador escuchando toda la conversación que mantenía su esposo con aquel desconocido mientras se dirigía a la planta baja para llegar con Gulf y evitar que se armara un escándalo.

Entretanto el pelinegro ya se estaba cansado de la situación, si tenía que pelear, lo haría. No tenía ni una pizca de miedo. -Me gustaría, pero no puedo.- Lo miró a los ojos, ciertamente el contrario se veía intimidante.-Así que, con permiso.- Haciendo un ágil movimiento, pudo zafarse de la fuerza que se ejercía sobre él. Trató de llegar hasta la salida, pero la cosa se puso más intensa, justo como sabía que pasaría.

-No te quería hacer nada porque tienes un buen culo, pero acabas de desperdiciar tu última oportunidad.- Habló el ruso soltando un puñetazo en dirección al rostro de Gulf quien lo esquivó en el último momento casi como auto reflejo.

Comenzó la pelea.

-Hijo de puta, como se atreve a verte el trasero.- Suppasit estaba a punto de llegar hasta ellos cuando fue detenido por una mujer extremadamente voluminosa.

-Hola, soy Isamu. ¿Te gustaría tomar una copa conmigo? Nunca te había visto, eres muy guapo- El tono sugerente le daba una idea de lo que realmente trataba de hacer la mujer y lo que menos quería era desperdiciar tiempo que podría estar utilizando para apoyar a su esposo.

-Disculpe, en otro momento será.- Trató de excusarse de manera educada dando media vuelta, pero una débil presión lo detuvo.

-Sólo será una copa, lo prometo.- Que mujer tan insistente, hasta lo había agarrado del brazo para impedir que se fuera. Estaba a punto de declinar nuevamente la oferta cuando Gulf habló nuevamente.

-Deja a esa zorra de una vez y ven, acaba de llegar un amigo.- Kanawut y el mercenario seguían tirando golpes y patadas que eran bloqueados por el contrario. El menor no podía sacar su semiautomática para acabar de una vez con esa innecesaria pelea, ya que tan siquiera la intentaba sacar era arremetido por el otro quien tampoco podía utilizar su propia arma ya que de una patada Gulf la mandó a volar lejos del alcance de ambos, segundos antes. Todo estaba controlado hasta que llegó el compañero del ruso y supo que debían salir de ahí ya.

Mew sin decir nada dejó con la palabra en la boca a la mujer y con prisas llegó, por fin, junto a su esposo quien libraba una batalla de uno contra dos. Sabía que su marido podía con ellos y hasta más, pero decidió ayudar cuando un invitado presenció la escena y salió de prisa de ahí para darle aviso a la seguridad sobre el atercado.

Pareja explosiva | MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora