✨ Uno ✨

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Tae caminaba tranquilamente por en medio del parque, era una tarde agradable. Nam le había llamado hacia poco para decirle que tardaría un poco en llegar a casa, al parecer había problemas con el personal de la empresa y él debia apoyar al jefe luego de ser su mano derecha. No se preocupaba mucho por ello, le gustaba que Nam estuviera en la empresa, su jefe, Seokjin tenia un pequeño Tiny Tan con él. Era una cosa preciosa, pequeño y con un gorrito negro que le daba personalidad. A veces él y un pequeño morenito iban con Seokjin y hacían de las suyas. A Tae le gustaba escuchar de sus travesuras.

Por eso caminaba por el parque. A veces podía encontrarse con gente que llevaba uno de esos pequeños al hombro o se cruzaba con alguna otra criatura mágica, le encantaba mirarlos.

Llegó a casa satisfecho con su recorrido, habia tenido un buen turno en la veterinaria y se había cruzado con varias criaturas curiosas en su camino. Estaba feliz de que así fuera desde que se mudo a una zona con más vegetación.

Se metió a la ducha apenas llegó a casa, necesitaba relajar los músculos. De pronto sintió un calor extraño en su pecho, no fue incómodo o molesto, sólo extraño.

Cuando salió de tomar su baño y se dispuso a ponerse el pijama, una luz muy fuerte se podía ver sobre la cama, se asusto dejando caer la toalla que lo cubría, poco le importó su desnudez mientras observaba la luz bajando se intensidad hasta extinguirse.

Al final, cuando no hubo luz en su lugar, una pequeña bolita blanca con azul plata se hizo presente. Miro detenidamente hasta que esta se extendió sobre si misma y una criatura pequeña de cabello azul plata, camisa blanca y tez pálida como la harina se hizo presente con una enorme sonrisa.

- ¡Hola! - grito la criatura con emoción.

- Eres... eres un... un Tiny Tan - respondió Tae con sorpresa, después se acerco y se dejo caer sobre sus rodillas para poder mirar lo mas cerca posible al pequeño habitante de su cama - ¡Eres un Tiny Tan!

- ¡Soy un Tiny Tan! - grito el pequeño con emoción mientras comenzaba a correr en círculos sobre su lugar, saltaba y reía hasta que cayó algo aturdido sobre su punto inicial. Las pequeñas manos extendidas a sus costados comenzaron a moverse arriba y abajo al mismo tiempo que sus piernecillas haciendo un ángel sobre sus sabanas, después el pequeñito levanto su cabeza y miro al humano, se inclinó lo suficiente usando una manita de apoyo y recorrió al otro con su mirada - ¡Oye, estas desnudo! ¡Preciosamente desnudo!

La voz chillona sonaba extraña, demasiado dulce y apenas si registró lo dicho.

- Eres un Tiny Tan - murmuró Tae en voz baja.

- ¡Soy tu Tiny Tan! - corrigió el pequeño con emoción.

Tae lo miro detenidamente por varios segundos. ¿Cómo era eso posible?

- Mi Tiny Tan... Quieres decir que... ¿Quieres decir que tengo un destinado?

- ¡Si! Por eso estoy aquí - la pequeña criatura volvió a brincar en su sitio con una gran y enorme sonrisa.

- ¿Como es eso posible? Se supone que ustedes llegan sólo a algunas personas al cumplir los veinticinco años.

El pequeño miro al piel canela de arriba hacia abajo con todo lo que sus ojitos le permitía. No le importó que su escrutinio fuera demasiado evidente, sin embargo a Tae si, muy rápido se puso de pie mientras buscaba su toalla para cubrirse.

- Iré... iré a vestirme - dijo con el rostro colorado - No vayas a irte.

- ¡No me iré! - el pequeño comenzó a correr a lo largo y ancho de la gran cama matrimonial.

Tiny Tan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora