✨ Siete ✨

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Seokjin miro a lo lejos a su mejor amigo. Hacia poco que había salido de su casa preocupado cuando el mensaje de Namjoon llegó.

No le dijo a Tae lo que sucedía, él tampoco lo sabia a ciencia acierta pero se hacía una idea.

Namjoon lo había citado en un bar para hablar, dijo que había mucho que tenía que sacar de su pecho. La idea poco le agradaba porque Nam era un hombre que no consumia alcohol, tenía cero tolerancia a él y, ahora que había llegado a su lado, lo veía con un vaso en la mano y la mirada perdida en algun punto.

- Nam, ¿estas bien? - pregunto Seokjin sentándose a su lado pero el moreno no respondió.

Seokjin intento llamándolo de nuevo pero Nam parecía haberse desconectado del mundo.

- Disculpa, ¿sabes cuánto ha bebido? - pregunto el mayor al barman.

El hombre limpiaba un vaso con aburrimiento cuando los miro, el moreno le causaba un poco de pena por el estado en el que se encontraba.

- Esa es su segunda bebida - respondió. 

- Pero él tiene cero tolerancia al alcohol...

- No debe preocuparse por eso. El señor ordenó específicamente cerveza sin alcohol, su estado tal vez se debe a que tiene mucho que pensar - comentó el barman con una sonrisa.

Seokjin se relajo al saber que su amigo no estaba tan desesperado como para embriagarse.

- Bueno, gracias por decirme.

- ¿Le sirvo algo?

- Si, una cerveza sin alcohol, por favor.

El hombre de cabello anaranjado sonrió y sirvió la bebida. A veces era muy agradable ver que no todos estaban dispuestos a intoxicarse con la bebida.

Seokjin agradeció la bebida y espero a que Nam reaccionara, había mucho que el moreno necesitaba decir y él, como buen amigo, escucharía cada palabra.

- ¿Sabes lo duro que es saber, de un momento a otro, que todo lo que creías respecto a tu vida, ha cambiado?

- Lo se, aunque no del mismo modo que tu.

- Ayer por la mañana estaba seguro de que mi matrimonio era lo mejor que me había pasado en la vida. Tae es un hombre perfecto y yo me sentía tan orgulloso de ser su esposo. Pero por la noche en la cocina me encontré con un pequeño, dulce y tierno Tiny Tan comiendo un panecillo, manchado de chocolate hasta el cabello, anunciando que el destinado de mi esposo estaba cerca.

- Lo siento.

- Lo más difícil de todo es saber que no tengo ni un gramo de egoísmo en mi ser como para pedirle a Tae que ignore la presencia de la criatura. Desde que eramos muy jóvenes sabia que Tae deseaba que un Tiny llegara a su vida y, ahora que ha llegado, siento que perdí mucho tiempo con mi matrimonio.

- No debes pensar así Nam. Tu matrimonio no fue una pérdida de tiempo...

- No digo que perdí mi tiempo en mi matrimonio, agradezco cada segundo de el pero, de haber sabido que este día llegaría, habría aprovechado más cada segundo con Tae. Habríamos viajado más, hubiéramos tenido más desayunos en la cama, más noches de peliculas abrazados en el sofá, más días en la playa, más momentos juntos. Habría disfrutado de su compañía un poco más.

- Ambos sabemos que es obra del destino, nadie puede imaginarse lo que tiene preparado para nosotros.

- Lo se y eso es una mierda.

- ¿Y que piensas al respecto?

Nam miro a la nada, concentrado en la pregunta de su amigo.

La respuesta a quella pregunta había rondado su mente desde el momento en que conoció al pequeño Suga.

Tiny Tan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora