3. El conflicto del césped

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La venganza le fue a Henry casi regalada. Tuvo tanta suerte que ni él mismo se lo creía. Jake llegó a su casa aquel día agotado, tiró la mochila en su habitación y fue al salón pensando en cómo pedirle a su madre dinero para grabar la maqueta del CD del grupo. Los Wastes tenían pensado alquilar por un día un estudio de grabación del centro para poder grabarla, y ya de paso hacer unas cuantas copias. Los gastos se los repartirían entre los cuatro por lo que Jake necesitaba cincuenta para el fin de semana. Y lo cierto era que pedir cincuenta dólares a su madre no era tarea fácil. Cuando su madre llegó del trabajo, Jake la esperaba con una sonrisa y la cena preparada.

- Vaya, ¿A qué debo este honor? - inquirió ella con la mirada llena de sospecha pero sentándose en la mesa para cenar.

- Nada, mamá. Solo que pensé que vendrías cansada y con hambre. - dijo Jake componiendo una sonrisa angelical.

- Si intentas poner caritas bonitas ahórratelo, hace un año que dejaste de ser adorable para pasar a otra cosa. - dijo ella mirando con ganas la cena.

Jake borró su sonrisa.

- ¿Qué quieres decir? - preguntó sin comprender.

- Que esa sonrisa ya no vale para tu madre, sino para otras mujeres. - dijo comenzando a comer. - Mmmm

Jake sonrió al ver la expresión satisfecha de su madre. Cenaron casi en completo silencio, y Jake, impacientándose, cuando su madre acabó su plato, habló.

- Oye, mamá. ¿Podrías prestarme... - comenzó a decir Jake. Su madre levantó la cabeza antes de ladear sus ojos. - ¿Qué pasa? - inquirió Jake molesto por aquella expresión.

- Ya me extrañaba a mí esta cena.

- Solo necesito cincuenta dólares. - dijo con la boca chica, ya que a él también le parecía bastante dinero.

- ¡¿Cincuenta dólares?! ¡¿Acaso tengo pinta de banco?! - soltó ella molesta.

- Es que el grupo y yo...

- ¡Oh el grupo! Me parece muy bien que juegues con tus amigos a las bandas de música, pero de ahí a que te gastes esas cantidades de dinero en eso... - comenzó a decir su madre con desdén mientras dejaba su plato.

- ¿Es que acaso si fuera para otra cosa me lo darías? - inquirió Jake enfadado.

Su madre le miró largo rato.

- Mira, hagamos una cosa. Yo sabes que apoyo tu grupo con tus amigos. Pero no voy a gastar cincuenta dólares en eso. Si quieres invertir dinero en tu grupo tendrás que ganártelo tú. - dijo ella, y dentro de lo que cabía, Jake vio aquello razonable, en realidad, si de él dependiera no le pediría dinero a su madre jamás, pero ¿Qué otra opción tenía?

- Haré lo que sea. - dijo pensado en las tareas que podía encomendarle su madre, pero ella no tenía esa idea en la cabeza.

- La directora del centro comentó esta mañana que necesitaba a alguien que le cortara el césped. Si estás interesado puedo llamarla. - dijo su madre. Y a Jake se le iluminó la cara. ¡Claro que lo haría! - Pero ni se te ocurra liar nada, Jake, es mi jefa y...

- Vale, vale, no liaré nada. - se apresuró a decir antes de darle un beso.

El entrenamiento había durado poco aquel día. Henry caminaba por su calle pensando en que en menos de un año tendría por fin edad para conducir y que no tendría que darse esos viajes cuando alguno del equipo no podía llevarle. Estaba contestando los mensajes que había recibido esa tarde, cuando un ruido a su derecha le molestó. A su lado, en la casa de la señora Trevon, alguien cortaba el césped. Henry con una mueca de disgusto volvió a mirar la pantalla de su móvil, pero algo le hizo volver la vista como un rayo hacia la persona que conducía la máquina. Enguantado, con unas botas algo grandes y con ropa cómoda estaba Jake Rivers cortando el césped de su vecina. Jake no vio a Henry, estaba demasiado inmerso en su trabajo y en su música. A Henry le apareció una sonrisa cruel en el rostro, iba a acercarse para poder burlarse con ganas de aquel idiota que se había atrevido una vez más a dejarle en ridículo. Sin embargo, se detuvo, aquella situación podía ser aun mejor, y no la iba a desaprovechar. Se alejó con cuidado para que Jake no notara su presencia y entró en casa.

Jake & Henry - 5º Capitulo EspecialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora