2. Space Jam, un ojo morado y un baile

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El inicio del segundo curso, no fue todo lo bueno que podía esperar Jake. En su clase volvía a estar el capullo de Henry Woods. Y no solo él, sus tres amigos cara culos también. Al menos, ese año, David también iba a su clase, aunque su amigo no estaba muy contento. Hubiera preferido no coincidir con aquellos idiotas. Sobre todo aquel año. Parecía que Henry Woods, tras la fiesta de fin de curso y el verano había acumulado una gran cantidad de odio, y muchas ganas de venganza. Y en cierto modo, así era. Aunque ninguno de los dos ni siquiera hubiera estado cerca del otro en el verano, la mente de Henry había ido a parar varias veces en la imagen de aquel idiota de Jake Rivers. Cuando vio su nombre en la lista de su clase, sonrió con malicia, pues le iba a demostrar que había ido a cabrear al chico equivocado. Jake a duras penas podía ir de un lado a otro del pasillo sin que Henry y sus amigos le acribillaran a empujones. Jake trataba de tomarse las cosas desde otra perspectiva, se comportaban así por el ridículo que habían hecho el día del gimnasio. Pero a Jake le comenzaba a resultar difícil tomárselo desde esa perspectiva cuando sus amigos recibían el mismo trato.

— ¡Eh pelo lechuga! ¿Te has dejado esto en clase? — inquirió Henry mostrándole a David su mochila totalmente quemada.

Y lo del interior no estaba mucho mejor que ésta. Cada vez que Jake o David salían a la pizarra una serie de murmullos y risas se apoderaban de la zona de Woods y el resto. Y en las clases donde los profesores eran más tolerantes gritaban burlas a gritos. Henry se sentía de nuevo un ganador. Hasta aquel fatal mote.

Sabía que nadie se atrevía ni siquiera a mirar con desagrado al matón de Henry Woods, pero aunque fuese el único, haría que ese creído supiera que por lo menos él no pensaba dejar que se saliera con la suya. Jake acudió a casa de Lorie Sanders, una chica de su clase con la cual le tocó hacer un trabajo. No había hablado nunca demasiado con ella, y aunque era de las tontas que le reían las gracias a Woods, no le caía mal. Fueron a su habitación y después de un rato estar redactando el trabajo, Jake se levantó del suelo, para poder estirarse. Y echó un vistazo a las fotografías que tenía la chica en su habitación cuando vio algo que le interesó. Un grupo de niños de cinco años disfrazados, y uno de ellos le resultó extremadamente familiar.

— ¿Este es Woods? — preguntó Jake de pronto viendo a un niño de ojos azules, rubio y pinta adorable vestido de Piolín.

Lorie se levantó del suelo y vio la foto.

— Ah si, íbamos juntos al colegio. — explicó antes de reírse. — ¿Sabes? Cada uno teníamos que ir de un personaje de Space Jam, Henry pidió ir de Michael Jordan pero la profesora le dijo que el debía ir de Piolín porque se parecía más. — decía mientras reía. — Ya sabes, por el pelo rubio, los ojos, cara angelical.... Y bueno, de pequeño tenía mucha cabeza. Henry se enfadó muchísimo.

La carcajada se le contagió a Jake, lo cierto era que esa maestra tenía mucha razón. La chica de pronto dejó de reírse y se tapó la boca.

— Por favor, no le digas que te he dicho nada de esto. — le pidió, y parecía que le preocupaba verdaderamente que Henry se enterara de aquella bobada.

Jake se lo prometió, pero le fue difícil borrar aquella imagen de la cabeza. Se podía decir que dejó de ver a Henry Woods con los mismos ojos.

Al día siguiente, Jake y Lorie expusieron su trabajo, y obviamente, Henry no se quedó callado.

— Rivers, si el hombre viene de los primates, ¿De qué vienes tú? — preguntó con burla, y la clase río.

— Al menos no me he quedado en primate, Piolín.

Lorie miró a Jake con horror, pero no pudo ocultar una risa, ni el resto de la clase tampoco. Henry miró a todos entre confuso y enfadado antes de dirigirse a Chace.

Jake & Henry - 5º Capitulo EspecialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora