Salvador desconocido

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Luego de que mi respiración se calmase por la carrera, escuche un ruido en mi espalda y con una velocidad que no sabia que tenia, desenfunde la katana y ahí estaba mi salvador, así que enfunde y me dirigí hacia el desconocido, este corrió hacia mi y me dio un puñetazo en el estomago que hizo que me doblara y arrodillara:

-¿Porque has enfundado? Pude matarte si hubiera querido

-Yo: Si me quisieras muerto no me habrías salvado del tal Takeda. ¿Quien eres?

-Mi nombre es Yamico y es bueno volver a verte vivo después de lo que paso con Arkemel

-Yo: ¿Cual es mi nombre?; ¿Como me conoces? Y ¿Quien es Arkemel?

-Yamico: Son muchas preguntas, sígueme y obtendrás las respuestas que buscas

-Yo: ¿Como puedo confiar en ti?

-Yamico: Bien, así me gusta. Es tu elección, arréglate como puedas con Takeda cuando se recupere 

-Yo: ¿Puedes decirme cual es mi nombre?

-Yamico: Tu nombre es Tidama

-Tidama: Bien, ire contigo 

Yamico me llevo por todo el bosque hasta que llegamos hasta una cueva, la cual era custodiada por dos hombres altos y musculosos, su presencia daba miedo, al pasar entre ellos me saludaron con un movimiento de cabeza. Dentro de la cueva había una fogata, y dos hombres y una mujer comiendo un jabalí, Yamico me hizo señas de que me sentara.

-Yamico: Come necesitaras fuerzas para mañana

-Tidama: ¿Que pasara mañana?

-Yamico: (Con tono entre cansancio y molesto) Tu entrenamiento "de nuevo" por lo que veo

-Tidama: ¿Como de nuevo? ¿Ya nos conocemos?

-Yamico: ¿No es obvio? Tendremos que entrenarte de nuevo ya que por lo visto no recuerdas nada, ¿Cual es tu primer recuerdo?

-Tidama: Despertar en el bosque y luego que me atacara Takeda. ¿Por que me salvaste?

-Yamico: Por que tu eres especial, sino único, por tus venas corre la sangre de un dragón

-Tidama:¿QUE? 

-Yamico: Lo que escuchaste, ¿Quieres pruebas? Pon tu mano en el fuego

-Tidama: Me voy a quemar 

-Yamico: Tchs, lo haré yo

-Tidama: Espe...

Yamico puso mi mano en el fuego, y en vez de quemadura mi mano se cubrió de escamas

-Yamico: Ya ves, ahora a dormir, mañana hay que madrugar

Me acosté en el piso y no se como pude dormir, con todo lo acontecido dando vueltas en mi cabeza.

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