IV

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Julio del 2000

Emmet terminó de empacar todas sus cosas y dio un suspiro profundo mientras miraba las paredes de su habitación en el internado, dispuesto a no volver nunca más a ese lugar que tan mal le había hecho. Cuando la campana tocó indicando el final de las clases hasta después de las vacaciones se verano, salió escabulléndose lo más lejos de sus compañeros posible y se dirigió a su destino caminando tranquilo y disfrutando del cálido clima.

Gwilym salía de la escuela charlando con sus amigos del grupo de teatro, el último día siempre se hace más largo.

-Me arruinaste la sorpresa.- Dijo con una sonrisa.

-Esta vez decidí sorprenderte yo.- Emm se acercó a su mejor amigo y se saludaron con un fuerte abrazo. Como los compañeros de Lee se fueron cada uno por su lado, ellos dos procedieron a ir hacia el barrio donde ambos vivían. Sus casas estaban a unas cinco o seis cuadras de diferencia. Al llegar Emmet a su casa se despidieron y Gwilym se dirigió a la suya.

Unas horas más tarde Gwil estaba en la sala de estar de su casa, jugando un videojuego con Owen cuando escucharon tres golpes en la puerta. El mayor se acercó a abrir y se encontró con Emmet, que tenía un bolso grande en una mano y una mochila colgada al hombro. Su rostro estaba rojo y tenía los ojos llorosos.

Lo miró con lástima y sin decir nada lo hizo pasar adentro. Su hermano menor volteó para preguntar quién era al escuchar la puerta cerrarse, pero al ver a su mejor amigo ahí parado, no demoró ni un minuto en levantarse a preguntarle qué había sucedido. Emm le contó todo. Que le había dicho a sus padres que era gay y que ya no quería ir a esa escuela, ya que lo acosaban constantemente. Dijo que las únicas palabras que su padre pronunció fueron "Junta tus cosas y vete de esta casa".

-Lo siento, pero no sabía a dónde ir.- Las lágrimas no dejaban de salir y el más alto lo envolvió con sus brazos, le partía el corazón ver a Emmet así.

-No te preocupes... Owen, vamos a necesitar a mamá.- El mayor de los tres asintió y fue a buscar a Ceinwen para explicarle lo sucedido. Cuando la mujer llegó a la sala se aproximó al amigo de su hijo y secó con sus pulgares las marcas de lágrimas que se veían en sus mejillas para luego abrazarlo. Le dijo que no había problema en que se quedara. La señora Lee era consciente de que tal vez sería un poco difícil tener ahora a los tres, pero no podía dejarlo en la calle, menos tratándose de ese chico que tan adorable era para ella.

Le ofreció que se quedara en el cuarto de Rhiannon, otro de los hermanos Lee. Emm no podía estar más agradecido con la familia. Gwilym lo guió hasta la habitación y acomodó sus cosas. Los adolescentes se quedaron un rato hablando hasta que el sueño venció a Gwil, que ni bien se acostó en la cama cayó rendido por el sueño; mientras tanto, en la otra habitación, aquellos grandes ojos color café no se cerraban y viajaban por esas cuatro paredes, revisando cada detalle pero con la mente ida en vaya uno a saber dónde.

Llegó un momento en el que Emmet se cansó de no poder conciliar el sueño, ya eran casi las dos de la mañana. Tomó su almohada y su manta y caminó descalzo hasta la habitación de Gwilym, se paró en el marco de la puerta -la cual estaba abierta- y dudó de si era una buena idea o no entrar. Pasó titubeando bastante y tocó levemente el hombro de su amigo. Él medio despertó y emitió algo parecido a un gruñido, indicando que estaba prestando atención.

-¿Te... Te molesta si duermo aquí esta noche?- El mayor negó abriendo los ojos un poco y cuando notó que White estaba por acostarse en el suelo lo vio frunciendo el ceño.

-¿Acaso piensas dormir en el suelo? No voy a dejar que eso pase. Ya, acuéstate.- Se movió a un lado y levantó su manta haciéndole lugar a su lado. Emm se acostó con algo de inseguridad y le agradeció en un tono de voz casi inaudible. Se acomodó y apenas cerró los ojos sintió algo que lo tiraba de la cintura por la espalda; se sorprendió bastante, pero contrario a separarse, abrazó como pudo los brazos de su amigo y al poco tiempo pudo dormir. Podríamos decir que el efecto que Gwilym tenía en Emm era bastante notable. La paz que le generaba el simple hecho de estar con él era indescriptible. Esa noche ambos durmieron como nunca lo habían hecho. Emmet no lo diría, pero esa fue la primera noche muchísimo tiempo que no tenía pesadillas.

★彡 𝑻𝒉𝒆 𝑻𝒊𝒆 彡★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora