Era temprano en la mañana, iba caminando cerca del edificio departamental donde vivo y encontré un pequeño café que, supuse, recientemente había abierto, ya que de los años que vivo en el sector, jamás la había visto con anterioridad.
Al pasar por fuera me inundó un delicioso aroma dulce, proveniente de todos los pasteles que se veían en la vitrina. Todo se veía muy delicioso.
No tenía planeado entrar, al menos no por el momento, pero un joven salió de la tienda y me sonrió amablemente — ¿Gusta pasar? — Leí en su camisa su nombre: Alejandro. Vacilé un poco, pero el aroma era demasiado tentador y asentí. Era un café bastante grande, pero tenía un aire acogedor, y el dulce aroma que invadía todo el lugar era realmente atrayente. — Venga, las mesas están listas. Puede hacer uso de la que desee.
—Gracias— Le sonreí y me senté en una de las mesas que estaban junto a unos grandes ventanales que separaban el café del hermoso y enorme jardín interior mientras el chico que me había atendido volvía con la carta.
Una gran lista de postres y pasteles. No sabía que elegir, algo que el chico percibió porque de inmediato llamó mi atención — ¿Quiere una recomendación? — Asentí — La verdad, es que a la gente le encanta ir por el "pedido sorpresa". Al menos yo no he escuchado a nadie quedar decepcionado. ¿Le gustaría probar?
¿Comer algo sorpresa? Bueno, suena interesante — Bien, quiero un pedido sorpresa.
El chico se alejó y entró a la zona de lo que supuse, era la cocina.
Enfoqué mi vista en el hermoso jardín interior. Era grande, lleno de flores de todos colores, ordenadas de tal forma que se veía como un hermoso arcoiris, con una enorme fuente. Se veía pacífico.
Comenzaron a entrar más personas al local, y los empleados del local hicieron su aparición, además de Alejandro.
La gente se veía entusiasmada con comer algo del extenso menú, y pude oír como varías personas pedían lo mismo que yo.
No mucho después, el chico de antes llegó con mi pedido.
Dejó una taza con un delicioso cappuccino vainilla frente a mi con la imagen de una flor sobre la espuma, y un platillo con mi pedido sorpresa cubierto con una tapa de metal.
Cuando la quitó, me sorprendí ante lo apetitoso que se veía el pastel frente a mi — ¿Oh? No me lo esperaba — Murmuró Alejandro. Cuando le vi, supo que quería una explicación a su comentario. Sonrió amablemente — No es nada malo, no se preocupe. Es sólo que este pastel aún no está en el menú. Es la primera persona que come en este local que lo probará. Bueno, buen provecho, joven.
Hizo una reverencia y se alejó rumbo a la cocina con una sonrisa.
Observé el pastel nuevamente. Se veía muy apetitoso, y junto a la taza de café, había una pequeña nota, con el nombre del pastel escrito en una delicada letra, y una frase que decía:
"Confío en que este pastel endulce tu día, como tu endulzas el mío dejándome elegir por ti"
Era una frase simple, pero que me sacó una sonrisa. Lo único que pude pensar cuando probé el primer bocado fue:
"Definitivamente endulzaste mi día"
Torta Esterhazy