"Así es la vida"

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Primero agradecer por los que se toman el tiempo de leer "Sentir", soy nuevo en esto y la verdad espero les guste el contenido. Sin más que decir les dejo leer y tal vez se sientan conectados con lo siguiente.

Empezamos....

No es simple, las cosas cambiaron de forma abrupta de un momento a otro. Todo lo que conocía se ha ido desvaneciendo, la sonrisa de mi madre, el abrazo de un padre, la alegría que rebosaba se aleja poco a poco.

Han pasado varios días, pero en todos, solo escucho llanto y las misma frase de melancolía...¿Por que? ¿Por que tuvo que pasar esto?... Lo único que puedo hacer es sentarme al lado de mi madre e intentar consolarla, que impotente me siento, no puedo hacer nada, solo observar y llorar, mientras él se despedía de cada uno con su cálida sonrisa de oreja a oreja, sonrisa que ya no volveré a observar. Que dolor que se siente en mi pequeño hogar.

Es hoy, a ocurrido, él ya se fue y nosotros en un mar de llanto y ruegos llenos de desesperación y dolor, le suplicamos que regrese. Y yo solo puedo mirar, solo soy un mero observador, que inútil soy, no puedo animarlos por que yo también me destrozó por dentro, no puedo ayudarlo por qué solo soy un mero inculto sin conocimientos de como curarlo.

¡¡¡Que inútil!!!

Lo único que pude hacer fue una promesa, sus últimas palabras para mi... Se que serás una gran persona y ayudarás a muchos, cuida a la familia por mi, por qué ahora serás el hombre de la casa... Solo recordarlo me hace sentir una punzada en el pecho, a alguien como yo que no te pudo salvar le has encargado tu familia, a alguien que no pudo hacer más que echarse en sufrimiento e impotencia.

¿Por qué lo hiciste?¿Que viste en mi que yo no veo?, Por favor dímelo...

Solo una preguntas y una súplica lamentable a alguien que ya se fue, así de acabado me veía.

Se acabó el dia, todos siguen llorando e intentar procesar lo que acaba de pasar, pero ya es hora de irnos a acostar, sin embargo no logro consiliar el sueño, no creo que alguien acá pueda hacerlo.

**

Ya amaneció y como pensé toda la noche fue gritos de llanto y sábanas mojadas por las lágrimas que brotaban de nuestros ojos como una laguna sin fin.

Me levanto, y emprendo en camino a su cuarto, esperando que si por algún milagro, él estuviese ahí pero solo veo a mi madre de rodillas con angustia en plasmada en su rostro, no tengo el valor para  aproximarme, que diría además, lo único que sale de mi boca en estos momentos son preguntas sin sentido y maldigo todo lo que veo, en que ayudaría eso, mejor solo me alejo.

Salgo a tomar algo de aire, tal vez así aclare mi mente y pueda aceptar lo que sucedió, no será fácil, pero sé que debo hacerlo,  un día tendré que retomar mi rutina y volver a estudiar, hasta entonces solo me limitaré a recordar su rostro y pensar en lo último que dijo... Te encargó a la familia... Una gran responsabilidad me a encomendado y ya no está para reclamarle o pedirle escoger a otro de mis hermanos, me lo dejó a mí y tengo que aceptarlo. No sé si podré aún tengo miedo, tú eras mi fuerza, tú eras mi pilar...nuestro pilar y ahora me toca a mí tomar tu lugar.

Hay una suave brisa el día de hoy, se siente cálido. Será él, que está sonriéndome desde lo alto, brindándome su cálidez como solía hacerlo. Me siento solo, pero a su vez no lo estoy y solo me queda pedirle que me ayude a seguir.

Alzó la mirada y observo... Una bella familia juntos de la mano, padre y madre sonríen mirando a un solo punto, una belleza sonriente y con coletas, su amor plasmado en un ser que algún día sentirá lo mismo que yo. Pero mientras tanto sonríe y disfruta cada día con ellos sin saberlo. Que bello cuadro es el que admiró, así era yo hace unos días, quien lo diría, que un día están contigo y al siguiente ya se han ido. Como él siempre decía... "Son cosas de la vida, ella te da, pero también quita, y es cuestión tuya si aprovechaste el momento o lo dejaste pasar".

Ese era mi viejo un hombre serio pero amoroso, fuerte como un toro, creía que nadie podía pararlo pero a la vida nadie le gana y eso me queda claro, solo queda aceptarlo y a ese hombre en el corazón llevarlo.

Me paro de la banca en la que me había sentado y fijo mi mirada una vez más a aquel parque en donde él y yo jugábamos cuando niño, y aprovecho a arrancar unas bellas flores que observé en el camino, flores blancas como la nieve, en un día cálido como su sonrisa, así de  contradictorio, así era él.

De camino a casa, pienso en que decirle a mi madre, pero solo logro imaginar su rostro lleno de tristeza, pobre mi  madre.

-¡¡Ya llegué!!_suelto con una voz fingida de alegría.

-Oh Deivid ya estás en casa_ mi madre intentando sonar casual, pero sabía que aun estaba dolida, era obvio con solo verla.

-Te traigo un regalo_suelto sin más.

-Así? Qué es?

Saco el pequeño ramillete de flores que tenía detrás de mi y la reacción de mi madre no fue la esperada.

-Deivid, en donde las encontraste?_me pregunto con sorpresa y sus ojos celestes se cristalizaron.

-En el parque Mamá_ dije con sinceridad y algo de nervios.

-¿Como es posible? Estas flores no crecen en estos lugares_ dijo toda intranquilas

-Pero así fue, estaban en el parque donde solía ir con pa..pá_ tartamudie en decir esa palabra.

Mi madre no pudo evitarlo de sus ojos cristalizados brotaron gotas de nostalgia, se sentó y me hizo una señal con sus manos para que hiciera lo mismo.

-¿Que pasa?

-Veras hijo, estas flores no crecen aquí por qué son de clima frío.

-A ya pero... ¿porque la sorpresa?_ella sonrió, era la primera sonrisa de mi madre desde lo ocurrido.

-Estas flores, fuerom las mismas que tu padre me dio el día que nos conocimos.

Me quedé en silencio tras la respuesta, era increíble; habrá sido mera coincidencia o era un mensaje de mi padre para ella, en ese momento lo entendí...Ahora me toca a mí, el protegió y cuido de nosotros hasta su último aliento, pero no pudo más, ahora seré yo quien cuide de este hogar.

Abrazo a mí madre, y me levanto camino a mí cuarto. Cierro la puerta con llave para qué nadie me interrumpa. Me arrodilló a un lado de mi cama y cierro los ojos. Y digo en voz alta apretando mis manos.

-No te preocupes más, yo me encargaré de todo, yo seguiré por ti, porque ahora sé que me toca a mí ser el nuevo pilar. Te quiero mucho papá.

Sentí seguridad y un poco de paz en mí.
No puedo cambiar lo que ya paso. Después de todo, así es la vida...

     L.N

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