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Jeremías 30:18-19
Así dice el SEÑOR: 'He aquí, restauraré el bienestar de las tiendas de Jacob, y tendré misericordia de sus moradas; será reedificada la ciudad sobre sus ruinas, y el palacio se asentará como estaba.

Jeremías 30:18-19Así dice el SEÑOR: 'He aquí, restauraré el bienestar de las tiendas de Jacob, y tendré misericordia de sus moradas; será reedificada la ciudad sobre sus ruinas, y el palacio se asentará como estaba

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La sensación de enojo empezaba a invadir el cuerpo de Lan Wangji.

Aquella mañana de domingo cuando se disponía a consagrar la segunda oblea del día se dio cuenta, al levantar su vista no estaba la familia Luo ni su prometida.
Solamente esperaba, sentado, el hijo mayor de ellos, aquel desviado de Luo Binghe de hacia presente con una sonrisa en su cara
Aquel cabello negro largo y quebrado se alzaba perfecto en una media coleta, cayendo por sus hombros.

Vestido de negro y rojo, una ofensa para la casa de Dios.

Wangji tuvo que resistir echarlo en plena misa por que su madre le había pedido el favor de tolerarlo hasta el final, después de todo tenía un aviso importante acerca de su familia y el motivo de su ausencia ese domingo

"Este es el cuerpo de cristo, dichosos aquellos que coman de él." Dijo en voz alta mostrando aquella oblea con el emblema de una cruz grabada en ella.

"Mi cuerpo es el pan y el vino mi sangre, viva el reino de Dios." Contestaron los feligreses, alzando la vista y las manos alabando al señor.

Wangji cerró la misa con aquel saludo al prójimo, bendijo a la gente que se acercó frente al altar y decidió retirarse a sus aposentos para felicitar a los chicos del catecismo

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Wangji cerró la misa con aquel saludo al prójimo, bendijo a la gente que se acercó frente al altar y decidió retirarse a sus aposentos para felicitar a los chicos del catecismo. Esa mañana habían estado excelentes, tal como esperaba de las enseñanzas de su tío.

Entrando por aquella puerta que dirigía a los jardines centrales del internado, Wangji pudo observar a su madre hablando con aquel personaje que desagradó por completo su segunda misa de domingo.

"Es un gusto saber que QiYang está sana, y ahora que has regresado al camino de Dios estoy segura que podrás encontrar aquella felicidad en el lugar correcto esta vez." Su madre tomaba con delicadeza la mano de Binghe, quien solo sonreía apaciblemente viéndole a los ojos.

"Señora Lan, le agradezco mucho sus buenos deseos y bendiciones." Suspiro "pero mi lugar correcto ya lo he encontrado, espero que esto no cause conflictos en el matrimonio de Wangji y MianMian." Contesto aún con su sonrisa plasmada en la cara, acariciando la mano de la mujer frente a el.

Lotus Paint. [[hiatus]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora