PLEASURES - Meanie

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Kim Mingyu siempre fue ese hijo ejemplar que todo padre quiere tener.

Excelentes colegiaturas y notas universitarias, ganando becas cada año, era todo un orgullo para la familia Kim.

Solo a presentado a una chica a su familia y él dice que sera siempre la única. Labora en una de las mejores empresas comerciales, teniendo un puesto de director general.

Nuevamente todo un orgullo.

Como todo un hombre independiente, ya tiene un departamento propio y ahorra para comprarse un auto. Ejercita diariamente, así como lee un libro diariamente. Es un hombre que no bebe y asiste poco a fiestas, por ende no tiene adicciones; por tercera vez "todo un orgullo".

Sin embargo, hasta el hombre más perfecto tiene un vicio; él no es la excepción. Una cosa que nadie sabe, ni sus padres, ni su hermano y nisiquiera su novia y amigos. Es adicto, a eso que le obsesiona, que necesita y es tan vital para él, para complacer sus necesidades.

Como todo hombre, como todo ser humano, necesita de sexo; lo que es algo normal ante la sociedad. Y aunque mantiene su vida sexual relativamente activa con su novia, ella no le da lo que el necesita. Tiene una maldita locura por los hombres.

Bueno, ahí estaba el orgullo de la familia kim, en un edificio pagando por un cuarto para entretenerse con alguna pareja homosexual.

Es por eso que Kim Mingyu se declara a sí mismo bisexual. Porque por supuesto las mujeres también lo atraen.

Descubrió su gusto por los hombres cuando su hermano menor dejó su laptop encendida, con una página porno gay sobre su cama. Al principio se asqueó, pero de cierto modo su cuerpo reaccionó y su miembro está erecto, por ende la curiosidad le gano y se encontró así mismo buscando más vídeos pornos gay mientras aliviaba su erección con su mano.

Su hermano menor, otro tema aparte. La otra cara de La Moneda, la oveja negra de la familia, según sus padres.

La mujer encargada de llevar a Mingyu al cuarto 35, se encuentra decepcionada de que un hombre tan huapo, ojos marrones claros, alto y con un cuerpo de infarto; con una seriedad que exita a cualquiera, se encuentre frente a una puerta en un cuarto oscuro que solo es alumbrado por una tenue luz, todo para ver un espectáculo de parejas homosexuales follando.
Le entrega la llave, antes de irse deseandole una noche divertida siendo sus palabras no tan sinceras.

Mingyu no es tonto, puede ver en el rostro de la mujer cuyo nombre es Tzuyu, según su etiqueta del uniforme, las ganas que le tiene, puede complacerla en cualquier momento en el que ella y él estén libres. Bueno ese era otro detalle, aparte de bisexual, es infiel.

Kim Mingyu no era el ser humano perfecto. Pero bueno, no era culpa de su familia, ni conocidos, ya que el mismo mantenía esa imagen.

Entro a la habitación y cerró con seguro. Lleva puesto un traje simple, aún así afloja la corbata antes de retirarla de su cuello.

Observa la habitación que tanto frecuenta; solo hay un amplio sofa de cuero negro, una mesa de vidrio que siempre tiene una botella de Vodka, Whisky, Vino o Ron, depende lo que ordenes, acompañado por una vasija de hielo y algunas copas por supuesto. Al lado derecho del sofá hay una pequeña mesita que tiene pañuelos, un desinfectante y lubricante para aquellos clientes que deseen utilizarlo, también esta el control el cual oprimiendo los botones adecuados puedes escuchar y ser escuchado, o silenciar todo lo que sucede en la habitación continua.

Frente al sofá, hay un gran ventanal que se funciona como espejo en la otra habitación, es el medio que conecta a las parejas y al observador cuando empieza el espectáculo.

Cuando las dos habitaciones se encuentran ocupadas, los controles alumbran en rojo.

Mingyu está esperando al que el suyo se encienda.