Único

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Varios gemidos escaparon de los labios del más bajo al sentir cómo su punto más sensible era golpeado repetidamente por las embestidas de su mayor, el calor que en ese momento llenaba la habitación era abrumador para ambos, lágrimas por el placer que lo tenía retorciéndose allí comenzaban a acumularse en sus ojos y sus caderas se movían sin consentimiento en busca de poder por fin liberarse, aquélla sensación tan conocida de orgasmo acumulándose en su pene se hizo presente enviando una ola de placer que lo hizo ver rojo por unos segundos, su cuerpo ardía ante la necesidad y una capa de sudor lo cubría dando un aspecto brillante a su suave piel que sólo dejaba una vista memorable para Ravn que se encontraba fascinado por las reacciones de SeoHo hacia él, su ego se elevaba considerablemente y no podía evitar preguntarse si sólo él podía desarmarlo de esa manera, si sólo él era capaz de quebrar la actitud hostil de su amigo, porque él aseguraba que nadie podía satisfacerlo más que el chico a quien se encontraba follando como si ninguno de los dos tuviera pareja.

Quiero que te corras ahora, bebé- Demandó en el oído del menor, su aliento cálido acarició la piel sensible que terminó causando un espasmo en el menor.

Y, como si SeoHo sólo estuviera esperando a que él se lo permita, se corrió en un gemido manchando las sábanas debajo de él en conjunto con una parte de su abdomen, YoungJo le siguió segundos después dando un par de embestidas más para prolongar su tan preciado orgasmo antes de salir del menor para observar su obra. El líquido espeso brotaba lentamente del rosado y sensible agujero del menor lo que provocó una media sonrisa en su rostro antes de caer exahusto a su lado en la cama.

Observó el rostro de SeoHo que le mostraba una sonrisa cansada, con sus cabellos pegados aún a su frente por el sudor, sus regordetas mejillas adornadas de un bonito color carmín que lo hacía lucir demasiado tierno para su propio bien lo que era extraño porque acababa de joderlo, sus labios hinchados por los húmedos besos que habían compartido minutos antes y sus ojitos entrecerrados que a pesar de estar nublados; brillaban con la paz que les otorgaba siempre el post-sexo, fue allí mismo que Ravn podía afirmar que Lee SeoHo poseía una belleza etérea que jamás se cansaría de remarcar.

—No me respondiste antes... ¿qué sucedió con Hwanwoong?- Habló el chico al que admiraba mientras se recargaba en su brazo, al parecer ya recuperado aunque no por completo, seguía algo ido.

Youngjo hizo una mueca no queriendo tocar el tema ahora pero sabía que le debía respuestas, él fue quien lo buscó luego de que el menor le dijera que sus encuentros ya no iban a ser posibles debido a que GeonHak y él iban a intentar por fin algo serio lo que lo tenía emocionado.
Aún recordaba aquélla vez, lo contradictorio que fue para él el que SeoHo sonara tan feliz. Incluso si no lo admitiera; no le gustaba demasiado saber que ahora compartía al chico.


🌙


Debemos parar, hyung- Había hablado el chico de cabello rizado en ése momento.

¿Porqué?- Se felicitó internamente por no haber sonado tan afectado como en realidad lo estaba.

Leedo y yo decidimos darnos la oportunidad de algo serio- La emoción en su voz era agradable de oír pero por alguna extraña razón, a Ravn le generó que se le revuelva el estómago, creyó que la cena le había caído mal. Los ojos de SeoHo rodaron en cuanto notó la expresión de su mayor. —No planeo engañarlo.

Addictive | YoungHo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora