Perdiendo el control

El comienzo

Ara era una enfermera muy querida por todo el hospital, era atenta y amable. Parecía tenerlo todo, esposo, casa y hasta una hermosa figura digna de envidiar. En su mundo estaba todo perfecto o eso era lo que ella pensaba...

La directora de aquel hospital había cambiado hace poco debido a una repentina jubilación de su anterior administrador. La nueva directora era alta de un 1,75 cm, tenía una figura esbelta y se veía que era una persona un poco difícil para tratar por su mirada fría.

En una reunión fue presentada oficialmente, ella se anuncio como Urume, indico que si tenían algún problema o alguna consulta podían acercarse a su oficina, en cuanto termina su presentación explica algunos de los asuntos internos del hospital que cambiarían y en un instante Ara sintió que la nueva directora la miro fijamente pero se dijo así misma que talvez estaba imaginando cosas, " puede que este evaluando a su personal" pensó.

Pasaron dos meses y el hospital estaba funcionando mejor que antes pero Ara tenía una sensación de que había cambiado más de lo que se veía a simple vista. Una vez llego a su casa y se lo comento a su esposo, el cual hizo caso omiso de su conversación y le anuncia desde el baño que tendrá un viaje largo de negocios, Ara estaba decepcionada llevaba semanas sin nada de contacto físico con su marido y sintió que las cosas iban de mal en peor, pero no dijo nada para evitar alguna discusión sin sentido.

A la mañana siguiente despidió a su marido en la puerta, ese día no le tocaba trabajar pero igualmente se dirigió a su trabajo con su uniforme en el bolso, quería hablar con la directora para indicarle que quería turnos extras, no quería volver a esa casa vacía, prefería estar trabajando para divagar en el viaje de negocios de su marido.  Toca la puerta de la oficina y le indica que pase, una vez adentro le hace saber su solicitud. La directora la mira fijamente sacándose sus lentes y mirándola directamente sin pestañear..

- podrías decirme el motivo por el que estas haciendo esta solicitud, me ayudará a entender porque debería dejarte hacer turnos extras, cuando la mayoría se muere por ir a descansar.

Ara queda en pausa un momento no sabía si contarle o no a su jefa sobre su marido, pero decide hacerlo para evitar malos entendidos.

-mi esposo estará de viajes de negocios y pensé que no me sentiría bien estando sola en casa, para no pensar en cosas sin sentido-.. es interrumpida por la directora

-sin sentido? Acaso crees que tu marido ya no te ama? -se levanta de su asiento y se dirige hacia una mesita con té y tazas-

-debo aceptar que si.. disculpe que diga esto pero el ya no me toca...

En la cara de Urume se dibuja una sonrisa, era justamente lo que andaba buscando para empezar su plan..

- que lastima pequeña te aceptaré la solicitud. Toma -le pasa la taza de té-

-gracias directora!! Disculpe que la haya molestado con mis problemas.

- Tranquila todo esta bien..

Ara da el primer sorbo y mientras sigue dialogando con l directora comienza a sentirse somnolienta y su temperatura sube.

-estas bien Sr. Ara ? Me parece que esta algo cansada

-no se que pasa me bajo un poco de sueño directora.. - se intenta parar de su asiento y nota que al ligero movimiento suelta algo de liquido de su vagina, automaticamente se sienta denuevo y comienza a frotarse con los dedos disimulando con las manos entre sus piernas -

-vaya hizo efecto más rápido del que pensé  -suelta una sonrisa pervertida, toma a Ara en brazos y la acuesta en una camilla-

- de que esta hablando!?? -dice entre gemidos- que me esta pasando porque no tengo fuerzas.

-tranquila te haré sentir mejor

Urume mete la mano entre las ropas de Ara tocandole su vagina con sus dedos, mientras acaricia sus pechos. Ara no podía evitar gemir, estaba demasiado caliente y la ausencia de contacto físico la tenía muy sensible, era como si estuviera ardiendo en llamas. Mientras lame sus pechos poco a poco va sacando sus ropas, y le frota cada vez más rápido haciendo que se venga 2 veces, aún así Ara no podía calmarse. Urume toma una pastilla y de la nada se comienza a ver un bulto en parte inferior el cual al sacarse la ropa es un pene, sin ningún aviso o juego previo se lo inteoduce con fuerza poniendola en cuatro patas sobre la cama empujando con fuerza mientras tira de su cabello y golpea sus nalgas. A pesar de que estaba siendo violada Ara no podía evitar disfrutar toda la acción que estaba teniendo, nunca se había sentido así haciéndolo con su marido y mientras esta concentrada sin pensarlo pide cada vez más, Urume la levanta con unas amarras y con las piernas abiertas colgando de la cuerda le pone un dildo en el ano mientras sigue penetrando la con fuerza. Agarra uno de sus látigos y comienza a golpear dejando marcas mientras sigue metiendosela una y otra vez, ella no podía evitar gemir con fuerza y irse incontables veces hasta caer desmayada por el cansancio.