Analisis

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Dentro de los efectos secundarios estaba una perdida del conocimiento una vez el sujeto de prueba haya alcanzado el éxtasis, además que pierden control de si mismos.

Ara todavía bajo los efectos de la droga, siente como algo empieza a deslizarse por su ano, el cual estaba ardiendo por dentro.

- Me alegra que despertarás aún no acabamos - sonríe, mientras toma una píldora para el crecimiento de su pene -

Urume saca uno de los juguetes sexuales que tenía Ara en su ano y le introduce su pene, sacándolo y metiendoselo nuevamente. Mientras toca sus pezones y los estira, haciendo que Ara gima sin control. Urume la mueve y la pone en cuatro patas agarrando un látigo, y dándole en el trasero dejando selo rojizo pero de la boca de Ara solo se podía escuchar gemidos y deseos de que continuara. 

Una vez terminado el acto y ya pasado los dos días. Urume saca la evidencia del lugar y lleva a Ara a su casa a las 2 am para que nadie pudiera verla. Ara estaba inconsciente pero respiraba debido al fuerte estimulo se quedo agotada y por suerte tenía libre los siguientes dos días. Todo planeado con anterioridad por Urume.

Ara pasado un día y medio por fin despierta en su cuarto, sin recordar mucho de lo ocurrido estando algo desorientada. Ve su teléfono viendo la fecha y la hora, no podía creer, no podía recordar con claridad que había pasado en esos días, solo tenía imágenes borrosas.

Para no calentarse la cabeza con el asunto fue a tomar un baño, y cuando estaba en la ducha viendo la forma de la misma se comienza a poner roja, y en su mente divagando lo toma y quiere meterselo en la vagina pero reacciona antes y queda en shock, no sabía porque estaba a punto de hacer ello, mientras su vagina se humedecia por la idea. Termina de bañarse y tratando de olvidar lo que paso, se va a preparar algo para comer, pero cuando ve el pepino vino una imagen a su cabeza que la puso muy caliente sus pezones se levantaron y poco a poco iba acercando el pepino hacía su vagina, hasta que la introduce sin poder evitar gemir por como entraba, y ya sin poder resistir sigue moviendolo hasta que se va, tirada en el piso con el pepino en la mano, lo suelta y se tapa la cara con las dos manos susurrando " talvez si soy una pervertida " con su cara todavía roja sale una lagrima de su ojo.

Perdiendo el control Donde viven las historias. Descúbrelo ahora