Todo empezó cuando Yoongi terminó en la clase de drama de Jimin.
Jimin estaba menos que emocionado cuando se enteró, honestamente. Yoongi tenía una reputación de follar cuando tenía oportunidad (lo cual era bastante seguido) y fumar o beber cuando no lo hacía y a veces, hacia ambas cosas al mismo tiempo. Se rumoreaba que él se habia acostado con al menos la mitad del personal, chicos y chicas por igual, y tenía una tendencia de tomar lo que sea que quisiera sin pensarlo dos veces. Él era problemático, asi de simple.
Y ahora él estaba en la clase de drama de Jimin-la preciada clase de drama de Jimin-. Esa clase que le daba a Jimin la motivación de levantarse de la cama los lunes por la mañana, esa clase en la que Jimin era excelente, esa clase que hacía que Jimin se sintiera lo suficientemente cómodo como para responder preguntas y sentarse cerca de otras personas. Era su cielo seguro.
¿pero, Yoongi? Para Yoongi se sentía más como un infierno personal, enviado por el mismísimo dios.
Y, si, okey, Jimin nunca ha hablado con él, o si quiera le ha dirigido una mirada en el pasillo que requiriera contacto visual por más de dos segundos completos, pero ha escuchado lo que la gente dice, lo que Jin le ha dicho, lo que Tae ha pasado por su incontable grupo de amigos, y esa era razón más que suficiente para evitarlo a toda costa ¿cierto?
Jimin toma asiento al frente del salón y se acomodó en una esquina, un lugar en el que estaba seguro que Min Yoongi nunca se atrevería a sentarse con su reputación de chico malo en la línea.
Él tenía razón, resulto ser que Yoongi se fue derecho hacia la parte de atrás del salón y se sentó en la silla más alejada del escritorio del profesor. Cuando él entro, todos se quedaron quietos, excepto por algunos valientes susurradores que no pudieron dejar de hablar de él. Ellos eran bastante terribles con eso también; Jimin los oyó hablando sobre un rumor de que Yoongi habia matado a alguien en el verano y, realmente, a Jimin no le gustaba el chico tampoco, pero, ¿asesinato? ¿él no estaría como en prisión o algo así? Malditos idiotas.
Jimin se sintió aliviado cuando el profesor llego –el señor Choi, el mismo que tuvo el año pasado –y los saludo a todos con una sonrisa que era solo la justa medida de alegre. Después de las introducciones normales de un profesor en el primer día de clases, él finalmente tomo asiento.
"Estoy reconociendo algunos rostros" él empezó. "Casi a la mitad de ustedes, al menos. Lo cual es una buena cosa, desde que este año he decidido que lo mejor es ponerlos en parejas, poner a aquellos de ustedes que son nuevos en mi clase con aquellos que han pasado un año soportando mi ruidosa voz. Solo para asegurarme que todos estemos en la misma página, ya saben". Él dejo salir una risa. "Asi que por los próximos quince minutos los quiero a todos ustedes conversando y viendo con quiénes congeniarían mejor para soportarlos el resto del semestre. Empiecen."
Jimin estaba a punto de levantarse de su asiento cuando el señor Choi lo llamó. "¿Puedo hablar contigo por un momento, Jimin?"
Jimin suspiró, preguntándose qué pudo haber hecho para ser llamado a su escritorio tan temprano en el año –literalmente diez minutos de la primera clase–. Sin embargo, él se arrastró a sí mismo hacia el escritorio y le sonrió cálidamente a su profesor. "¿Sí?"
"Jimin", el señor Choi empezó con una sonrisa. "¿Cómo está mi alumno estrella?"
Jimin dejo salir una risa incomoda; él siempre ha sido malo recibiendo cumplidos. "Bien, supongo. ¿Y usted?"
"Todavía vivo" respondió, sacudiendo su cabeza. Su expresión cambio entonces, de una alegre a una un poco arrepentida incluso y Jimin sintió su corazón caer. "Escucha, tú sabes que eres mi mejor estudiante ¿cierto? Y no solo en mi clase, estas pasando todas tus otras también. Y nunca te metes en peleas, nunca te llaman a la oficina y la única vez que escucho tu nombre en el salón de profesores es para remarcar lo excelente que eres dentro y fuera de clases"
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Nicotine Yoonmin
Hayran Kurgu"Somos dos tipos de persona, Jin. A él le gustan el sexo y las drogas, a mí me gustan el teatro y el té. Créeme, nosotros nunca vamos a salir." Excepto que ellos lo harían, ellos lo hacen, y ninguno de los dos planea dejar de hacerlo pronto. "Solo p...