20:45 p.m
Ahí te encontrabas tú; ansioso, nervioso, emocionado, con los ojos cristalizados y con unas ganas de que tu comprometido ya llegara por esas enormes puertas.
Y luego estaba yo, el cual me encontraba con muchas emociones diferentes en ese momento, mientras te miraba detalladamente. Estaba contento; Por porfin verte en estas circunstancias, Triste; Por no ser tu motivo de estar en estas circunstancias, emocionado; Por ver lo feliz que se te notaba. Pero la emoción que más sobresalía era mi confusión
¿Qué fue lo que nos pasó para que terminaramos en una iglesia, viendo como uno se casaba mientras que él otro se deprimia?
De un momento a otro, giraste tu cabeza hasta mi asiento y solo pude simular una sonrisa de orgullo; Orgullo falso al ver como mi compañero de vida se casaba y no conmigo. Me devolviste la sonrisa y un estruendoso ruido logró sacar tu atención de mi para ahora ver a un chico teñido, con esmoquin similar al tuyo y un ramo de flores con diversos colores y formas.
Caminó despacio mirando al frente, sin quitar la vista de su futuro marido. Ambos sonreían con emoción notoria.
Giraste nuevamente tu vista a mi y yo me quitaba mi lágrima rápidamente de mis ojo izquierdo para evitar verme como un perdedor en tu boda.
El cura novato empezó a dar el clásico verso antes de los votos. Ahí fue cuando por fin hablaste desde que empezó el evento.
-Yo, Samuel de Luque, prometo siempre; serte fiel, nunca fallarte o faltarte, siempre tener comida en tu plato y bebida en tu vaso y cumplir con tus caprichos, sin importar lo insignificante que sean para otros. A partir de hoy, no habrán otros, seremos tu y yo hasta que la muerte nos logre separar– Se notaban tus ganas de llorar, pero seguiste firme– Aunque lo dudo, ya que si un meteorito no pudo, ¿Porqué la muerte lo hará?
Tu nuevo acompañante de vida no aguanto y dejó salir de su ojo derecho dos lágrimas para luego secarlas con fuerza y musitar su voto
-Yo, Rubén Doblas, prometo; nunca abandonarte, ayudarte y acompañarte en las buenas y en las malas, ya que desde este día, juro por los dioses que nunca te dejaré en paz y seré tu acompañante de vida y muerte– Otras lágrimas calleron por mis ojos y me las saqué rápido para que mi acompañante de banco no se de cuenta.
Decidí mirar al rededor, porque si te seguía mirando no aguantaría las ganas de salir corriendo y hacer alguna estupidez, y al girar un poco mi cabeza vi a Luzu grabando, a Auron llorando, a Fargan viendo con odio a un bebé que no paraba de llorar, a Alexby sentado mío mirando con emoción y lágrimas la escena. Los demás no llegué a ver porque mi cuello y educación no lo permitieron.
-Ahora, señor De Luque, ¿Acepta usted a Doblas como esposo, para protegerlo de lo males, para ayudarlo y acompañarlo en sus malos y buenos momentos, para cpnfiarle tu momentos y secretos y para serle fiel?– Preguntó el cura novato con confianza en si. Pero eso no era importante, lo importante era que tu estabas con cara dispuesta a afirmar de diferentes maneras esa pregunta absurda.
-Acepto– Contestaste como se suponía que lo hicieras.
-Ahora, Doblas– Volvió a hablar el cura para volver a preguntar lo mismo. O eso creo, porque dejé de prestar atención en el momento que vi a dos niños trayendo un almohadón violeta con bordes verdes y dos anillos de oro encima
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La boda- Willyrex
Fiksi Penggemar"Ahí estabas, parado en el altar de la nueva iglesia, esperandolo a él con sus nuevos esmoquins. No me sorprendía el hecho de que te viera amocionado o nervioso, no me sorprendía el que te casaras con él, lo que me sorprendía es que no notarás mi do...