Sólo una Cita • [+18 | Versátil] (COMPLETA)

Epílogo

Un as de luz se asomaba por las cortinas medio abiertas de la ventana de la habitación, llegando hasta los ojos cerrados de YiBo, al sentir el rojo dentro de sus párpados, él comenzó a abrirlos lentamente. Se encontraba en posición de comillas y sus brazos envolvían al hermoso hombre que lo había hecho tocar el cielo tan sólo unas horas antes.

Un suave suspiro salió desde el fondo su pecho, su cálido aliento golpeó la parte trasera del cuello de  Zhan, lo que hizo que el mayor se moviera un poco.

YiBo no quiso despertarlo, así que trato de no hacer ningún movimiento, pero no pudo evitar estirarse para besar su cuello. El beso fue suave y cálido. El menor se quedó allí, con su nariz y su boca pegadas a la longitud justo donde el cabello termina, debajo de la oreja izquierda; respiraba tranquilamente, sus latidos eran constantes, mientras los relajados choques del corazón sobre el pecho de Zhan.

“Prometo que no te vas a arrepentir”, eso es lo que le había dicho su amigo antes.

Y no lo hacía, estaba eternamente agradecido con él por haber hecho que acudiera a esa cita.

Ahora ese chico. Este chico frente a él. El chico con el que no sólo había unido su cuerpo sino también sus almas. Porque lo que pasó la noche anterior, había sido algo especial para los dos y él lo sabía. Sabia que igual que él, Zhan nunca había experimentado lo que habían sentido anoche y que todo lo que pasó. Todo lo que hicieron fue más que sólo tener sexo.
Ahora eran una sola alma. No podrían estar separados. YiBo ya sentía que lo amaba. Zhan también lo hacía. Y ninguno de los dos se permitiría perderse ahora que sus destinos habían sido enlazados.

Zhan abrió lentamente los ojos al sentir la calidez de la respiración en su cuello. Sonrió al reconocer aquel cuerpo que se entrelazan al suyo y se estiro girándose para ver aquel bello rostro que había y que lo había llenado de besos hace no tanto tiempo.

Los ojos de ambos chicos se encontraron y ambos sonrieron felizmente, abrazados como estaban.

—Buenos días —dijo Xiao Zhan, sin dejar de sonreír.

—Buenos días —contestó Wang YiBo, también con una sonrisa pegada a su rostro.

—¿Cómo dormirse?

—Increíble, contigo a mi lado, ¿y tú?

—También —contestó Zhan.

—Lo de anoche fue increíble —dijo YiBo con brillo en sus ojos.

—Lo fue —contestó Zhan con una sonrisa amplia.

Ambos dejaron de hablar por un par de minutos, sólo observándose y los envolvió un silencio, que contrario a ser incómodo y tenso, es sereno y pacífico.

—Entonces, Zhan-Zhan…

—Mmm

—¿Quieres salir conmigo?

Zhan sonrió tiernamente y asintió. YiBo sonrió también y ambos acercaron sus rostros, rozaron las puntas de sus narices para luego proceder a darse un aterciopelado beso cargado de amor.

FIN.