Querido viento

Viento 3: Que comience...

Desperté antes de que sonará mi alarma, ayer en la noche ya no pude hacer FaceTime con Tristán. Estaba muy cansada, después de haber tomado una ducha me quedé dormida.
Suena mi celular y enseguida la voz robótica: Llamada entrante de Tristán corazón azul.

—¡Buenos días hermosa! Ayer ya no me regresaste la llamada y mucho menos respondiste mis mensajes.
—Hola amor, lo siento después de que tomé una ducha me perdí—Puedo escuchar su risa picarona. Él sabe perfectamente a lo que me refiero; me quedé dormida, el sueño me ganó— ¿Estás listo para tu primer día de clases?
—No te preocupes, sólo espero hayas descansado para tu primer día de clases universitarias—suspira— Si, pero no estoy listo para empezar sin ti—Su tono de voz cambio, se le escucha triste. La verdad es que yo tampoco estoy preparada para empezar sin él— ¿Porqué no pasas la noche conmigo? —Sugiere.
—Me encantaría cariño pero mejor a fin de mes, no sea la de malas que me quiten la habitación. Así sirve que investigo las rutas de los autobuses para ir a la ciudad, pero sabes... Afortunadamente aún no tengo compañera de habitación, ojalá y no tenga.
—De ser así me podría ir a dormir contigo y antes de que tú tutora pase visita, irme—suena muy convencido— o te vienes a casa.
—Ya veremos—digo mientras abro la llave de la regadera.
—¿Y ese ruido? Dime qué no es la regadera, ¿Porqué no estoy ahí para bañarnos juntos? Para enjabonar tu dulce cuerpo y tú el mío.
—¡Amor!—se me sale una risa tímida, debo parar esto— Te extraño
—Yo te extraño más, si quieres el sábado podemos vernos después de clases, puedo hacer una reservación en tu restaurante favorito.
—¿Tendremos clases los sábados?
—Si, ¿No te han dado tu horario amor?
—No, pero supongo que hoy me lo darán después de la organización de grupos.
—Bueno, te dejó para que te pongas más guapa de lo que estás. Recuerda entre menos más. Suerte en tu primer día.
—Gracias, suerte también.
—Te amo Catherine. ¿FaceTime en la noche?
—¡Claro! Trist... Te amo

Una vez que sale el agua caliente me incorporo, puedo sentir como caen las gotas en mi espalda. Quién lo diría aquí también tendré clases los sábados, de ser así iría a mi casa cada 15 días y eso sí no debo presentar exámenes o proyectos. Cierro la llave del agua y cubro mi cuerpo con la toalla. Por ser de nuevo ingreso nos dieron tolerancia de una semana para comprar el uniforme, así que optó por ponerme un pantalón de mezclilla, una blusa blanca y mi chamarra verde olivo. Me dirijo al baño para hacerme una coleta y sujetar mi cabello rojo. Quizá algún día aprenda a maquillarme, así como las chicas de las revistas que suele leer mi hermana, hasta entonces sólo me pondré delineador negro y un labial rojo.
Mientras reviso mi mochila me llega un mensaje:

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HUGO DÍAZ

Holaaaaa ¿YA TE DESPERTASTE?

Hola, si ¿Por?

¿Desayunamos juntos? Te veo afuera de tu edificio en un rato, tengo algo que contarte🤩

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¿Tiene que contarme algo? ¿Desayunar juntos? No creo que sea buena idea, después de todo yo sola iba ir a la cafetería a comprarme unas donas y un café. ¿Y... Porqué es tan amigable conmigo? Que raro.
Tomó mi mochila, y guardo mi celular en la bolsa de mi pantalón. Es momento, dentro de unas pocas horas estaré empezando la carrera, mi sueño: convertirme en doctora.
Abro las cortinas de las 2 ventanas pequeñas que están frente a las camas y las del ventanal que da a la terraza.
Cierro la puerta, y me dirijo a las escaleras, se escucha mucho ruido proveniente del lobby. El ambiente del primer día de clases no se olvida, compañeras corriendo por los pasillos, otras hablando por teléfono con sus padres. Ahora que lo pienso no le he llamado a mi madre, no le he contado que ya hice nuevos amigo... Compañeros. Pero mejor terminando este día le llamaré.