Capítulo 11.

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매섭게 발로 차도 가끔 내게 미소 짓는 널

Incluso si te pateo con fuerza, a veces me sonríes.



Al salir del hospital, agradeció el que sus mayores no le mencionaran nada acerca de Agust, pero no le sorprendía, cuando sentía que el menor de ellos necesitaba un descanso, le dejaban en paz hasta que le vieran apto para conversar.

Para que Seokjin le sermoneara luego sin culpa alguna.

No se imaginaba si quiera tener que lidiar con sus mayores el día siguiente, así que decidió pasar una buena noche. Desde que había llegado a esa ciudad, no había conseguido ni una pizca de droga, por lo que esta noche la dedicaría únicamente a la búsqueda de alguna sustancia que le hiciera sentir bien.

Algo mejor que el alcohol y el cigarrillo.

Ignoró la punzada en su pierna, y en cambio, se vistió con unos jeans oscuros, una camisa holgada, y una chaqueta encima. Al terminar de atar sus botas, y guardar su arma en su pantalón, salió con sumo cuidado. Había escuchado el sonido de una puerta cerrarse, y no había vuelto a oír la voces de Nam o Jin. Se asomó con cautela, hasta cerciorarse de que no había nadie, y finalmente, suspiró silenciosamente para salir del apartamento tan solo con una gorra ocultando sus cabellos.

Cerro la cremallera de su chaqueta al sentir el viento cuando salió del recinto. A lo lejos, pudo observar a Cha Eunwoo subiendo a la parte trasera de un auto deportivo, y otros dos rostro que le resultaron familiares, pero no les miró por mucho tiempo. Caminó en otra dirección con pasos rápidos. No quería que alguno de ellos le viera y Seokjin terminara enterándose.

Recordaba la dirección del club al que había entrado por primera vez en Daegu, por lo que decidió ir de nuevo, y probar una vez más. Tal vez tendría más suerte esta vez.

Pero, unos metros más adelante, cuando había bajado la cabeza, absorto en sus pensamientos, su cuerpo chocó contra otro, causando que perdiera el equilibrio y tuviese que retroceder unos pasos antes de alzar la vista.

—¡¿No ves por donde cami...—Se cortó, frunciendo aún más su ceño cuando vio el rostro de Agust, con su patética sonrisa grabada en sus labios. ¿Será que a este todo le causaba gracia? Porque Kitty no le divertía para nada el que el rubio se apareciera en su camino cientos de veces, solo para cagarle un poco más la vida.—¿Y tú qué?—Espetó, con repudio. Solo quería llegar a su destino, y no hablar con nadie. Su humor no había mejorado desde que le hospitalizaron.

—Te seguí.—Afirmó, como si fuese algo cotidiano seguir a una persona.

—¿Estás obsesionado conmigo o algo así?—Kitty alzó sus brazos, exasperado.—Creí que había sido suficiente con haber invadido mi habitación en el hospital. Ya estamos a mano, y creo que no hay nada que hablar.

—Ni si quiera has considerado lo que sugerí.—Refutó.

—No hay nada que considerar. Me iré, y no tendrás que verme la cara más, ¿Te parece?—Alzó las cejas, pero no le dejó responder antes de hacerlo a un lado.—Ahora, déjame el camino libre. Necesito algo de droga.

—¿Y tener sexo con una mujer?

Kitty le miró, pausando sus pasos solo para encararlo.—¿Y a ti qué te importa?

—Nada.—Agust negó con la cabeza. No había motivo para seguir y entrometerse en la vida del menor si a este no parecía importarle ni un poco la presencia de Agust D. Pero sentía que así era, que Kitty estaba refugiándose tras su actitud antipática para no verse intimidado ante el rubio. Si no, ¿Por qué le habría salvado la vida? ¿No le había agradado si quiera un poco?—Pero me parece cruel de tu parte que me eches a un lado. Creí que ahora sí eramos amigos.

#1 어떻게 널 다룰까? [𝑫𝑰𝑲𝑰]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora