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Día 6: Masturbación al activo

Desde que ambos países tuvieron ese contacto tan íntimo,no se habían separado más que para ir al cuarto de baño. Empezaron a tener una manía por el otro. Se querían cerca,sentían la atracción de querer al contrario,ya no por colegeo,sino porque ya no sentían ese límite en su relación.

Aún así, debían mantenerse conscientes y no dejarse llevar por la química del amor, pues, recordemos, ellos son dos países independientes. Cada uno tiene estrictas responsabilidades que no pueden descuidar por cualquier tontería, menos por un romance.
El no tener relaciones amorosas era algo que había dictado la ONU a petición de los líderes de cada uno de los países. Era probable que esos tortolos estuvieran en problemas.

Dejemos ese tema de lado por ahora...
A los dos países se le había apetecido un postre algo azucarado para la hora de la merienda. Bueno,¿cómo no? Si se la habían pasado dándose mimos y "cariñitos",según les llamaban ellos.
{Saber qué se hacían 7u7 ahre}

En verdad se asemejaban a una pareja de años de relación, a pesar que solo llevasen pocos meses de conocerse,y pocos días de llevarse de esa manera. Esa relación tan temprana era algo que seguía atormentando al canadiense,desconectándolo del mundo exterior.

-Hey,Can. ¿What do you think about making the red velvet cake?
|Oye,Can. ¿Qué opinas sobre hacer el pastel de terciopelo rojo?|
Preguntó el ucraniano sacando al canadiense de sus pensamientos. Por momentos se quedaba pensando demás, cosa que no pasaba desapercibido por el eslavo.

-Seem right. I have not tasted that dessert in a long time.
|Me parece bien. Llevo un largo tiempo sin probar ese postre.|
Dijo el mayor con emoción en su voz. Este creía haber olvidado el sabor de ese postre canadiense.
-Go reviewing the recipe. I'll go get the ingredients.
|Ve revisando la receta. Yo iré a buscar los ingredientes.|
Esbozó el mayor una sonrisa hacia el eslavo. Imagen que quedó grabada en la memoria del europeo.

El ambiente cálido confortaba el hogar del canadiense. El clima ya no era un problema,se concentraban más en hacer actividades dentro de casa. Pasando el tiempo juntos era como se entretenían. Poco a poco a los países se les olvidaba lo que era vivir en una casa mayormente solitaria. Una felicidad era lo que adornaba los rostros de ambos,y un sentimiento agradable y juguetón se volvió clave desde que el ucraniano llegó a casa del canadiense. Eran incapaces de describir ese sentimiento,solo lo sentían y lo compartían, situación que a muchos les gusta llamar:amor.

Canadá se acercó al ucraniano,y le depositó un beso en la frente,a la vez que ordenaba los ingredientes para el postre. Ucrania le devolvió una sonrisa y comenzó a leer en voz alta la receta. De vez en cuando le echaba una mirada a los movimientos del americano,apreciando lo ágil que era este en la cocina. Aún así,se le sabía injusto que solo el mayor hiciera todo el trabajo.

-Can,let me do it too. Show me how to do it.
|Can,déjame hacerlo también. Enséñame cómo se hace.|
Demandó el menor ,haciendo que el canadiense soltara unas risillas. Canadá se separó del tazón que estaba en la mesa para darle lugar al ucraniano,poniéndose detrás de este.

Entre risas el canadiense le enseñaba al menor a seguir cada paso de la receta,entreteniéndose con las muecas algo infantiles del ucraniano. Ucrania no se quedaba atrás,de vez en cuando se burlaba del canadiense porque no sabía cómo reaccionar cuando el más bajo se volteaba hacía él,viéndolo a los ojos,haciendo que el mayor se pusiera nervioso.

Cuando a Ucrania le costaba alguna fase del postre,dejaba a Canadá encargarse y se ponía a jugar con las cucharachas o con las mezclas del pastel,se parecía a un niño pequeño cuando su madre cocinaba.

Ya iban en uno de los últimos pasos para terminar el postre,siendo la hora de meterlo en el horno. Ucrania se encontraba comiéndose parte de la azucarada mezcla. Hasta que se le vino una idea a la cabeza.
-Canada~
Canturreó el menor con malicia, captando la atención del contrario,dejando claro sus intenciones en su tono de voz.