𝕰𝖕𝖎𝖑𝖔𝖌𝖔

103 11 20
                                    

𝑳𝑬𝑪𝑪𝑰Ó𝑵 𝑵Ú𝑴𝑬𝑹𝑶 𝑫𝑰𝑬𝒁 

«𝑬𝒔 𝒊𝒎𝒑𝒐𝒓𝒕𝒂𝒏𝒕𝒆, 𝒆𝒔𝒕𝒊𝒎𝒂𝒅𝒐 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓/𝒂, 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒑𝒓𝒆𝒏𝒅𝒂 𝒃𝒊𝒆𝒏 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒍𝒆𝒄𝒄𝒊ó𝒏 𝒇𝒊𝒏𝒂𝒍. 𝑼𝒏𝒂 𝒗𝒆𝒛 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒖 𝒄𝒂𝒃𝒂𝒍𝒍𝒆𝒓𝒐 𝒉𝒂𝒚𝒂 𝒔𝒊𝒅𝒐 𝒄𝒂𝒛𝒂𝒅𝒐 𝒚 𝒃𝒊𝒆𝒏 𝒄𝒂𝒛𝒂𝒅𝒐, 𝒆𝒔 𝒔𝒖 𝒅𝒆𝒃𝒆𝒓 𝒂𝒔𝒆𝒈𝒖𝒓𝒂𝒓𝒔𝒆 𝒅𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒍 𝒏𝒊𝒅𝒐 𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒔𝒖 𝒂𝒈𝒓𝒂𝒅𝒐, 𝒑𝒖𝒆𝒔 𝒍𝒂 𝒔𝒐𝒍𝒕𝒆𝒓í𝒂 𝒏𝒐 𝒆𝒔 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒉𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆𝒔 𝒔𝒆𝒓𝒊𝒐𝒔 𝒚 𝒄𝒐𝒏 𝒖𝒏 𝒑𝒓𝒐𝒑ó𝒔𝒊𝒕𝒐 𝒓𝒆𝒔𝒑𝒆𝒕𝒂𝒃𝒍𝒆. 

» 𝑬𝒏 𝒆𝒇𝒆𝒄𝒕𝒐, 𝒆𝒍 𝒎𝒂𝒕𝒓𝒊𝒎𝒐𝒏𝒊𝒐, 𝒍𝒐𝒔 𝒉𝒊𝒋𝒐𝒔 𝒚 𝒍𝒐𝒔 𝒑𝒍𝒂𝒄𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂 𝒔𝒐𝒏 𝒍𝒂 𝒑𝒓𝒖𝒆𝒃𝒂 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒑𝒍𝒆𝒏𝒂. 𝒀 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒄𝒂𝒃𝒂𝒍𝒍𝒆𝒓𝒐𝒔 —𝒆𝒔𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒉𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒍𝒆𝒄𝒄𝒊𝒐𝒏𝒂𝒅𝒐 𝒄𝒖𝒊𝒅𝒂𝒅𝒐𝒔𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒂 𝒕𝒓𝒂𝒗é𝒔 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔 𝒑á𝒈𝒊𝒏𝒂𝒔—, 𝒓𝒆𝒒𝒖𝒆𝒓𝒊𝒓á𝒏 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒖𝒔 𝒍𝒂𝒅𝒊𝒆𝒔 𝒚 𝒍𝒐𝒓𝒅𝒚𝒔 𝒍𝒐𝒔 𝒂𝒎𝒆𝒏, 𝒉𝒐𝒏𝒓𝒆𝒏 𝒚 𝒂𝒑𝒓𝒆𝒄𝒊𝒆𝒏 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒔𝒆 𝒎𝒆𝒓𝒆𝒄𝒆𝒏». 

𝑷𝒆𝒓𝒍𝒂𝒔 𝒚 𝑷𝒆𝒍𝒍𝒊𝒛𝒂𝒔, 𝒋𝒖𝒏𝒊𝒐 𝒅𝒆 1823.


Ha sido una boda preciosa.

—En efecto. —AR le dio un beso a Min en el lugar donde se unen el cuello y el hombro mientras abría la larga hilera de botones de la espalda de la ropa antes de dejar caer la prenda a sus pies. Le envolvió entre sus brazos y lo estrechó con fuerza al tiempo que deslizaba una mano por su cuerpo hasta ahuecarla sobre su pecho—. Sin embargo, no tan precioso como tú.

Min se rio al escuchar sus palabras y se apoyó en Aron con un suspiro, dándole libertad para que le acariciara como quisiera.

—Por supuesto que sí. Jason estaba impresionante. Y Baek... jamás le había visto tan feliz.

AR hizo una pausa, considerando las palabras antes de poner de nuevo los labios en su cuello.

—Mmmm... —Tomó el lóbulo de la oreja entre los dientes y lo mordisqueó hasta que Min se estremeció entre sus brazos, alejándose con una risa. Aron volvió a atraparlo, besándole durante un buen rato antes de alzar la cabeza para mirarle a los ojos—. ¿Lamentas que nuestra boda no fuera así?

Habían pasado dos meses desde que Minhyun viajó a Londres en busca de AR y dieron a su matrimonio una segunda oportunidad. Y su estado era de pura dicha.

Por el momento vivían en Townsend Park, aunque AR había indicado que debían visitar su propiedad en otoño; estaba próxima a Eton y permitiría que estuvieran más cerca de Kang In durante el primer semestre en el colegio.

Antes de abandonar Londres, AR asumió la responsabilidad legal sobre el Park —para gran alivio del vizconde Densmore— así que Minerva House estaba a salvo. Las doncellas y donceles de la casa permanecían tranquilos al saber que su seguridad estaba en manos de AR, Baek y un puñado de guardias que se habían convertido ya en parte de la familia. Incluso Leeteuk se sintió satisfecho en los meses que siguieron a la devastadora partida de su hermano. El duque mantenía el secreto a buen recaudo, por lo menos de momento.

Minhyun ya no se sentía preocupado por el futuro; sabía, sin lugar a dudas, que no importaba lo que este deparara, AR estaba tan comprometido con la causa de Minerva House como él mismo.

Contento, le rodeó el cuello con los brazos y le besó a conciencia.

—No lamento cómo fuera nuestra boda, siempre y cuando me prometas que el matrimonio será maravilloso.

—Es un matrimonio maravilloso —aseguró Aron, alzándolo en brazos y llevándolo a la cama. Una vez allí, le deslizó la mano por el interior de la pierna para bajarle la media de seda—. ¿Cómo lo describirías hasta ahora?

Min fingió reflexionar sobre la pregunta y Aron le mordió el hombro como castigo.

Minhyun se rio hasta que AR volvió a ponerle la mano en el muslo y acarició la suave piel, arrancándole un suspiro. Minhyun le vio alzar la mirada y recrearse en la manera en que la camisola que se ceñía a cada curva de su cuerpo, percibiendo que no llevaba corsé.

—Yo creo que va viento en popa —comentó Aron—. Me alegro infinito de que hayas decidido hacerme caso y prescindieras del corsé.

Min esbozó una sonrisa misteriosa.

—No vas a verme usar corsé en una buena temporada, AR. No podré utilizarlo por lo menos durante unos meses.

Aron se quedó inmóvil al comprender el significado de sus palabras.

—Quieres decir que...

Min asintió con la cabeza.

Aron deslizó la mano más arriba, hasta su vientre, y la posó sobre la suave curva.

—Un hijo —dijo con innegable reverencia.

Minhyun puso la mano sobre la suya y entrelazó los dedos con los de Aron.

—Yo también me sorprendí —aseguró secamente—. A Jane, Kate y Gwen les ha costado lo suyo convencerme de que era cierto.

Aron se rio entre dientes.

—Como siempre, las damas y señoritos de Minerva House están al tanto de todos mis movimientos.

Minhyun se rio con Aron.

—¿Sorprendido?

—Lo cierto es que no demasiado.

Le besó, poniendo fin a la conversación con una intensa y profunda caricia que los dejó a ambos jadeantes. Min le recorrió con las manos el torso, los hombros, hasta enredar los dedos en su suave pelo, y suspiró de placer contra su boca cuando Aron deslizó las suyas más abajo.

—Aron —susurró—, te amo.

Aron sonrió contra sus labios.

—Lo sé.

Minhyun se rio por la confianza que rezumaban las vanidosas palabras antes de que Aron se adueñara otra vez de su boca.

Y le demostrara, una vez más, cuánto lo amaba.




Llegamos al final de esta historia Minron, ahora toca la del hermano de Teuk, y su afán de ocultar el escándalo de aquel embarazo, en la cual está implicado el hermanito menor de Aron y Jong Woon, Jun Fiori.

Nos leemos en aquella historia.

Ya está publicada el primer cap.

Y tambien publique otra historia Minron en mi otra cuenta, espero que le den una oportunidad :)

Bye.

MinronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora