Dicen que el amor es de los pocos secretos que los ojos no pueden guardar. Una mirada bastará para saberlo.
...
Ese abrazo dijo más de lo que los dos en todo este tiempo, trabajando, conviviendo, siendo ellos, se habían atrevido a decirse con palabras. Cualquiera que pudiera haber presenciado se hubiese dado cuenta del gran amor que los envolvía, eso era algo que se irradiaba y por más que en el pasado intentaron ocultarlo, hoy, hoy ya no se podía.Poco a poco Richard se fue separando de aquel cuerpo, no porque quisiera, si de él dependiera se abrazaría a Paul por toda la eternidad, pues ahí era el único lugar en la faz de este planeta donde se sentía completo, tranquilo y genuinamente feliz, quizás por eso siempre buscaba tener este tipo de contacto con él.
La razón por la cual cortaba el abrazo era para verlo, quería corroborar que quien tenía ahí, en verdad era él, y no un espejismo o cualquier otro intentando llenar ese espacio, como había sucedido decenas de veces antes.Landers por su parte sintió un hueco en el estómago cuando el más alto se retiró, quería sólo lanzarse a los brazos de él y no soltarlo nunca, antes de que pudiera actuar Richard habló:
-¿Paul?- lo llamó en un hipnotizante susurro. El mencionado en lugar de responder sólo bajó la cabeza y es que ahora que el más alto lo había soltado se sentía confundido, de nuevo todas esas dudas.
-Paul- volvió a mencionar el nombre del más bajo y al no tener respuesta se volvió a acercar a él y con su dedo índice levantó el rostro ajeno con la intención de crear contacto visual, todo el que la poca luz le permitía
-te amo- soltó sin más, pero es que simplemente no podía seguir guardando algo que todo su ser gritaba. Paul rápidamente levantó la vista e intentó descifrar la mirada de el pelinegro, lo poco que podía descifrar no lo entendía, por su parte no pudo articular palabra, la garganta se le seco y sintió que su corazón bombeaba más sangre de la necesaria, que su presión arterial se elevaba y que su cabeza no podía procesar lo escuchado.Richard al no tener respuesta comenzó a ponerse muy nervioso
-la cague ¿cierto?- dijo muy preocupado y comenzó a caminar de un lado a otro, de nuevo sus inseguridades comenzaban a flotar -Paul yo... yo...- seguía intentando encontrar las palabras exactas pero nada se le ocurría -por favor, perdóname.... No quise decir eso...- ambos se tensaron, pero rápidamente rectifico -claro que quise decirlo, es lo que siento y no puedo negarme a ello ¡te amo!- se detuvo dándole la espalda al mayor, un terrible nudo le estaba invadiendo la garganta -pero, espero que esto no rompa nuestra amistad... no por favor, no podría vivir sin ti- se le quebró la voz pues realmente pensaba que Paul no hablaba porque estaba aterrado, asqueado, decepcionado o alguna cosa peor.. -sabes, era algo que tenía que decirte... te amo- su voz cada vez salía con más dificultad -entenderé si quieres alejarte...- suspiró pesadamente y cuando iba a darse la media vuelta para pedirle disculpas de nuevo, unos brazos lo rodearon por la cintura y una cabeza fue apoyada en su espalda:
-¿por qué no te callas de una puta vez? No vez que jodes el momento- habló desde atrás un sonriente Paul, al guitarrista rítmico una gran felicidad lo invadía, las dudas de atrás fueron despejadas con esas dos palabras, quería reír, gritar eufórico, esas dos palabras nunca las había imaginado saliendo de la voz de Zeven dedicadas a él, pero sin duda alguna era lo más hermoso que había escuchado, lo que jamás soñó pero, ahora entendía, lo único que necesitaba.-entonces ¿no te doy asco?- dijo soltando todo el aire que tenía en los pulmones Kruspe, Landers se soltó y tomándolo de los brazos lo giró para quedar de frente:
-jamás sentiría asco por ti- ensanchó su sonrisa -y mira que te he visto y cuidado en todo tipo situaciones horribles- ambos rieron tímidamente, pues las palabras del mayor eran verdad
-Richard... yo...- Paul pauso y antes de continuar lo tomó de la mano -no espera, aquí no, quiero ser capaz de poder verte a la cara- caminó hacia donde la luz proporcionaba una vista mejor, Richard solo cerró los ojos y se dejó guiar, en verdad esperaba que no fuera un sueño, que lo que estaba sucediendo era nada más que la realidad, en ese momento chocó con el cuerpo del más bajo, pues había parado abruptamente, y del mismo modo abrió los ojos para toparse con la tierna mirada de Paul:
-yo...- carraspeó para aclarar la garganta -yo... siempre he sentido una conexión especial contigo, me gusta, no, me enamora verte sonreír- Al escucharlo Richard no pudo evitar mostrar su perfecta dentadura lo más ampliamente que pudo -...basta, tonto...- sonrío Landers también -sí sigues sonriendo no podré decirte lo que quiero que escuches- el peñinegro se mordió el labio inferior intentando reprimir la alegría que lo estaba invadiendo, pues no sabía lo que el más bajo le iba a decir, pero estaba seguro que nada malo podría salir de esa boca, incluso en los momentos más críticos Paul jamás había sido ofensivo, no con el.
-imbécil- rio levemente Landers e intentando seguir con su discurso:
-...de quien busco un abrazo es siempre de ti, a quien cuento todo es a ti, con quien disfruto pasar de el tiempo es contigo y con quien estaría dispuesto a jugarme todo aunque de antemano supiera que voy a perder, es únicamente a tu lado...pero...- ahora el nervioso era el -...no soy gay sabes... nunca antes he sentido nada por un hombre...- el más alto quería hablar, pues sintió como su corazón era aplastado sin ningún miramiento, pero Paul no lo permito, y con un semblante demasiado serio levantó la mano en señal de que parara -...pero tampoco lo he sentido por una mujer...- suspiró agobiado -en este último tiempo un torbellino de dudas me ha venido, me ha golpeado, pues todo lo que creía, parece... que no es cierto... me gustas lo suficiente como para entender que no es solo un simple cariño... porque no solo me atrae tú, el músico, o el compositor, o el amigo, o compañero de trabajo... es decir, me gusta todo de ti, tus ojos, tú sonrisa torcida, tú, el egocéntrico, incluso adoro a la diva...- Landers paro y respiro aún más profundo que minutos atrás -Richard Zeven Kruspe- una leve sonrisa se pintó en sus labios pues la cara del más alto era literalmente un poema, se veía claramente que no tenía ni idea de lo que le diría Paul
-por más que quiera seguir ocultando, o maquillando en amistad lo que siento por ti, ya no quiero ...¡te amo!- gritó esto último y abrió sus brazos esperando que el pelinegro correspondiera, pero no ocurrió así. Richard se quedó frío, atónito, cerró los ojos y ahora suspiró él, como dejando ir una pesada carga que llevaba sobre sus hombros
-¿no es broma?- cuestionó aún con los ojos cerrados, no se atrevía cruzar miradas con Paul y ver un dejé de broma o duda
-No Reesh no es broma, te amo de la manera más intensa que jamás haya sentido- se acercó a él y con el torso de su mano rozó la mejilla del opuesto, con ese pequeño contacto Zeven tuvo suficiente para entender que era verdad, pues había sentido la cálida piel devolverle el alma al cuerpo. Paul fue quien se acercó a los labios a los ajenos, naturalmente era al contrario, pero ahora quien necesitaba seguridad no era él, sino el hombre que ahora entendía amaba.