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El timbre de entrada resuena en los pasillos y el bullicio del movimiento comienza a ser más fuerte debido a que todos se estaban trasladando hacia sus respectivos salones, entre esas personas se encontraba Sunmin, corriendo y esquivando cuerpos porque estaba demasiado lejos del lugar al que le tocaba y había oído que el profesor de matemáticas que le había tocado ese año era un dolor de cabeza si te fichaba.
Corría lo más rápido que sus pies le daban, mientras en una de sus manos sostenía su bolso y en la otra el paquete de papas que se tiraba a la boca —porque era obvio que no iba a desperdiciarlas— maldiciéndose mentalmente por haber decidido quedarse jugando videojuegos con Jisung anoche, le echaría la culpa más tarde por invitarla a las tres de la madrugada y lo haría comprarle otras papas porque no sentía que las estaba disfrutando lo suficiente a las que ahora mismo tenía.
Suspiró de alivio cuando unos metros más adelante visualizo la puerta y tirando las migajas de su comida a su boca, hizo un bollo con el papel y lo guardo en su bolsillo para tirarlo mas tarde al tacho de basura, se aseguró de limpiar las comisuras de su boca con sutileza y luego de arreglar su cabello y subir las tiras de su bolso caminó como si nada de lo anterior hubiese pasado al lugar, en un paso lento y tranquilo.
Grande fue su sorpresa cuando abrió la puerta y dentro se encontró con un panorama desagradable que hizo a un remolino de malhumor recorrer su cuerpo, dentro de su salón estaban los de la clase B, sentados en las cuatro filas de pupitres de la derecha, dejando una de separación de una fila para sus propios compañeros que estaban a la izquierda, evitando a toda costa tocarse como si los contrarios tuviesen la peste.
Kang supo deducir rápidamente que juntarlos en un mismo lugar era obra del director Moon, el nuevo director del instituto que al parecer no estaba al tanto del odio que los grupos se tenían o que directamente le resbalaba.El antiguo director, el viejo Lee se había rendido de hacerlo hace tiempo, ni siquiera lo intentaba ni hacía actos donde ambos grupos estuviesen cerca porque sabía que nada bueno podía ocurrir de ello.
La última vez que Sunmin recuerda que lo hizo terminó con la profesora de en ese entonces tercero de primaria renunciando porque no había soportado los gritos, bromas y peleas que se habían armado entre ambos contrincantes.Aún todos recuerdan el como la maestra lloraba desconsolada en el piso y a su lado un Hyunjin de ocho años, con su dedo tornándose de un tono morado por un esguince, la trataba de tranquilizar diciendo que eso era normal y que no era el único que había tenido una lesión como esa, logrando únicamente hacerla llorar más cuando mencionó que otros hasta se habían quebrado.
Por suerte a través de los años se habían vuelto menos bruscos, bueno no, solo pusieron la regla de los castigos y como ninguno quería ser manejado por sus enemigos trataban de ser suaves, si fuese por ellos sería una verdadera guerra.
—Señorita Kang, bienvenida, acabamos de iniciar así que no se preocupe —una dulce voz la saco de sus pensamientos y dirigió su vista a ella, era la de un hombre adulto al rededor de los treinta pero que aún así conservaba su estilo joven, pelo castaño oscuro, levemente más corto a los costados que arriba y divido casi a la mitad, era más bajito que incluso sus amigos.—Supongo que usted no debe saber quien soy pero yo he escuchado mucho de usted, soy el director Moon Taeil, un placer—el hombre se presentó con una sonrisa en su rostro aún parado en el centro de la clase pero viéndola desde allí.