Once Upon A Time....Caperucita Roja

Capítulo 1

Una mañana en Moonlight.

Ruby, hija mía.

Quiero que sepas que eres y serás lo más bonito que me ha ocurrido en la vida. Tú y tu madre me cambiasteis la vida. La primera vez que abriste los ojos, no parabas de mirar a todos lados, eras muy curiosa. No parabas de corretear por el bosque que hay cerca de casa, te enseñaba los animales que vivían allí y te quedabas observándolos, aunque te diera ganas de ir a por ellos. En ese momento te cogía y volvíamos a casa. Siento no poder estar ahora ahí contigo, seguro que ya eres una gran mujercita. La verdad que lo que soy es lo que me ha condenado por siempre. Decirte que aunque no esté ahí siempre os he querido a las dos.

Siempre.

Era la única carta que tenía de mi padre. Cada vez que la leo, se me cae alguna lagrimita de los ojos. Mi madre me la ha dado este año, voy a cumplir los dieciocho, y era el regalo que mi padre quería darme, si no estuviese hoy día.

La leí lentamente, para poder sentir la presencia de mi padre, pero no recuerdo su rostro, me es imposible.

- ¡Ruby!, llegas tarde al instituto - se oía a mi madre chillar desde la escalera

- ¡Ya voy!. Guardé la carta en una caja de madera tallada, con dos lobos en la tapa.

Rápidamente cogí la mochila y bajé la escalera directa a la cocina.

- Quiero unas.... - digo a mi madre, en ese momento me corta la frase, y me tiende un plato de tostadas.

- Aquí tienes mi niña - me dice. Se va hacia su bolso y vuelve a mi lado.

- Felicidades!! Esto es para ti - me dice sonriendo

¡No! Se me había olvidado mi cumpleaños, que cabeza tengo, los estudios y la abuela me tienen preocupada.

Cogí el regalo y lo abrí con rapidez.

- ¿Qué es esto? - la digo sorprendida.

- Es una capa roja, para que te la pongas cuando vayas a ver a la abuela - me dice, pensé que te gustaría.

- ¡Me encanta! ¡Eres la mejor madre del mundo! - digo súper contenta

Me pongo de pie y me la pruebo, ¡me queda genial!. Es roja de terciopelo, tan suave, tan bonita. Cuando la abuela la vea le va a encantar.

- Mamá llego tarde, tengo que irme digo mientras me quitaba la capa y la dejaba encima de la mesa del comedor

- Tranquila, yo te llevo en coche - me dice sonriente mi madre

La verdad es que no me importaba que me llevara en coche, los ratos que pasamos juntas son lo mejor que tengo.

Subidas en el coche yendo por la carretera, no hablamos por el camino. Sólo un silencio lo inunda todo.

- ¡Me bajo aquí! - la digo, mientras veo a Nina y Eliana

Me acerco a ellas y las saludo.

- ¡Hola! - las digo sonriendo

- ¡Hola!... ¡Felicidades! - me dicen al unísono

En ese momento suena el timbre, miro a mi madre que se marcha al trabajo, despidiéndome de ella con una sonrisa.

Entramos por el pasillo central, todo el mogollón de gente que se despedía para ir respectivamente cada uno a sus clases.

Nina y Eliana, no son mis amigas de toda la vida, realmente las conocí este año, pero desde el primer día supimos que nuestras vidas cambiarían para todas.

Realmente la mía ha cambiado, definitivamente, la carta de mi padre me tiene en babia, las clases no es que hoy me apetezcan, pero vamos...una mañana de rutina y un fin de semana de fiesta por mi cumpleaños.

Primera hora y toca "clase magistral: cómo empezar a crear una novela", había venido un escritor muy conocido Stephen King, me encantan sus historias, te atrapan desde el primer instante en que las lees.

Realmente no dábamos una carrera o FP, nosotras hacemos un curso de escritores principiantes...nuestro sueño publicar algún día un libro.

La hora se pasó rápido, aunque me daba algo de pena irte ahora, me encanta esa clase si viene gente que ya está en este mundo de la escritura y los libros. Hasta pasado el fin de semana no nos volvía a tocar la misma clase, ¡habrá que esperar!

Cinco minutos de descanso, en el que andabas por el pasillo hablando hacia la siguiente clase. La siguiente hora no es que sea muy divertida, pero te enseñaban lo que realmente un escritor debe saber.

Toca el timbre de nuevo y de vuelta a la clase, ahora vamos con "cómo publicar tu novela" autopublicados o con editoriales.

La clase por suerte no ha sido tan tostón como otros días, ha sido tan ligera que ya falta unos segundos a que acabe la clase.

Volviendo con el timbre que te dejaba un dolor de cabeza, al que odiabas si te encontrabas debajo de él. Bueno la última hora del día y poco menos para celebrar mi cumpleaños.

La última clase ¡Sii!, ya de camino a ella y la que más rápido hace que el tiempo se pase, la que más me gusta. Siempre toca aprender a hacer portadas, aunque me gusta lo práctico el Ilustraitor, me pone de los nervios, ya que no hace lo que yo quiero ¡Grrr!.

Al fin hice una portada decente, la verdad que el resultado es mejor del que me esperaba. Le hemos entregado los trabajo a la profesora y... ¡Ring, ring! El timbre, el final del día... ¡Mi cumple!