Inu Taisho e Izayoi lideran un grupo de guerreros para enfrentar a sus enemigos los archidemonios, mientras que Sesshomaru e Inuyasha se perfeccionan para seguir su camino. Hay Sessrin e Inukag de modo joven.
Diez años después de lo sucedido, Inu Taisho fundó un poblado en medio de un valle fértil con los sobrevivientes, del cual por el correr del tiempo se estuvieron fortificando, además de cultivar y criar ganado para proveerse de alimentos.
Mientras que Taisho dirigía, Izayoi educó a su hijo Inuyasha, que hace dos años ya estaba entrenando junto con su padre y su medio hermano Sesshomaru en compañía de los tres escoltas, del espadachín real y de Rahz.
A ese poblado se le estuvieron uniendo esclavos fugitivos y sobrevivientes de pueblos y ciudades atacadas, y por si fuera poco, había una tropa de guerreros que vigilaba por los alrededores.
Volviendo al entrenamiento, Inuyasha andaba perfeccionando sus técnicas de combate, aunque el joven escolta los vigilaba ya que más de una vez se ha peleado con su hermano Sesshomaru, con el que no se lleva bien, pero su padre insiste que dejen a un lado sus diferencias para poder luchar codo a codo, ya que pronto ellos iban a acompañar al frente a Taisho.
En ese momento, Izayoi miraba como su hijo entrenaba y la Doncella prudente, ahora esposa de Arcano le decía:
-Son iguales a su padre y serán buenos guerreros, eso sí, el joven Inu ha estado progresando.
-A mí no me gusta que se esté peleando con su medio hermano, pero tendrá que entender que la unión hace la fuerza-Le contestaba.
-Igual, no hay que darse por vencida, lo lograran.
-Claro que sí.
Una vez que finaliza el entrenamiento, el barbudo escolta les hace las devoluciones a ambos hermanos, aunque Sesshomaru no dice nada, ya que es muy vanidoso. Y cuando Inuyasha se dirige hacia su madre, ella le dice:
-Sigue así hijito, pronto serás un buen paladín como tu padre.
-Gracias madre-Responde.
En ese momento, Inu Taisho vuelve junto con varios jinetes y cuando toda la gente se acerca, el energético caudillo les dice:
-Bien, creo que pronto llegará el momento de atacar el temible reino archidemonio y pondremos fin a su expansión para detener sus arrolladoras conquistas.
-Así es jefe, debemos evitar que siga devastando ciudades y aldeas, ya que varios reinos menores y ciudades estados han desaparecido-Interviene Rahz.
-Igual, ya en estos días iremos preparándonos para atacar algunas partes de sus dominios, y cuando menos se lo espere, atacaremos la ciudad.
-Pero tenga mucho cuidado, ellos son más poderosos que nosotros, y atacarlos seria arriesgado-Interviene Arcano.
-Si querido, gracias a ti nosotros pudimos sobrevivir a las fuerzas demoniacas-Dice Izayoi.
-Y además he jurado ser tu sucesor-Dice Sesshomaru.
-Los entiendo, será mejor prepararnos bien, pero con cuidado.
En ese instante, algunos campesinos alarmaron a todos de lo que estaba llegando: una caravana compuesta por gente a pie, a caballo o en carretas que descendía de la montaña.
Al llegar a las cercanías del poblado fortificado, un anciano con bigotes se les acerca y les pregunta:
-¿Quién es su líder?
-Yo soy-Contesta Taisho acercándose.
-¿Qué les sucedió?-Pregunta Izayoi.
Aquel anciano junto con su gente baja la cabeza y en seguida contesta:
-Las fuerzas del mal atacaron nuestra ciudad estado destruyendo todo a su paso y sus malvados oficiales avanzaban arrasando con cualquier oponente. Una vez tomado el palacio, aquellos oficiales mataron a nuestro gobernante y ordenaron pillar y devastar nuestra ciudad.
-En el medio del saqueo, nosotros tratamos de huir de la crueldad de los malignos soldados, y ahí perdí a mi esposo-Dijo su hija Naomi, que estaba con un niño pequeño en sus brazos y con una niña de cabello negro.
-Igual él nos pudo ayudar a huir, además de otros que nos ayudaron cuando el enemigo nos perseguía.
-Tranquilos, ahora este poblado será su nuevo hogar como el de muchos-Dice Izayoi.
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Entre aquellos desplazados estaban un grupo cuyo líder llamado Don Zaloog, que Rahz conocía por ser un bandolero, aunque el padre de Naomi le dijo:
-Ellos nos ayudaron a escapar del enemigo y le debemos la vida.
-Y también yo, ambos aportamos la ayuda de huir-Dice una muchacha de cabello verde de nombre Yae.
Rahz no aceptó del todo la presencia de aquellos cinco bandoleros, pero aquel ex bandido le dijo con un tono despreocupado:
-Si no fuera por nosotros, ellos ya serian esclavizados o masacrados.
Luego de entenderlo bien, Inu Taisho e Izayoi les da la bienvenida, del cual muchos, incluso Naomi dibujaron una sonrisa de sus entristecidos rostros y avanzaron con seguridad.
En poco tiempo, los desplazados se sintieron augustos en su nuevo hogar, del cual el caudillo organizó un banquete en honor a ellos. Y fue ahí en donde el joven Inuyasha se conoce con la hija de Naomi cuyo nombre es Kagome, ya que a ella le llamaba la atención sus orejas, del cual les gustaba tocar, y él le dice:
-Yo soy el hijo del caudillo, y cuando crezca seré igual que él, y juré serlo.
-Yo he huido junto con mi madre, mi hermanito Souta y mi abuelo de las garras de esos demonios, aunque a mi padre no le hemos vuelto a ver-Dice y se le caen algunas lágrimas.
-No te preocupes, yo te protegeré, porque seré igual que mi padre.
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Al ver a su hijo socializando con la niña de cabello negro, Izayoi sonríe de felicidad, mientras que Rin, la hija adoptiva de Yae, socializa con Sesshomaru, que a pesar de que el responde con frases cortas.
Al notar la mirada de su esposa, Inu Taisho le dice:
-Por el motivo de proteger a alguien, ellos demostraran valor a la hora de combatir.
-Y así funciono con nuestro amor-Responde Izayoi sonriente.
De repente, el caudillo de cabello blanco levanta su cáliz y con voz penetrante dice:
