1.- Lucero de la mañana.

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Un ángel ha de ser respetado. Nadie puede levantar la voz hacia él ni mucho menos tocarlo sin permiso. Tiene privilegios que los humanos no poseen y cuenta con poderes divinos.

Pero todo eso cambia cuando por un solo error, es expulsado del cielo. Lo exoneran de sus cargos así como le arrebatan su ser, y todos aquellos con los que contaban, te dan la espalda.

No todos los ángeles al caer son malvados, simplemente deben aprender a vivir en el infierno, donde matar o morir son la únicas opciones. Y así, se convierten en seres malvados que son despreciados por cualquier otra criatura que los observe.

Y Lucifer no es la excepción. Al caer, solo era un simple demonio, asustado de todo el nuevo alrededor que tenía delante, sin embargo, su incomprensión hacia Dios y la vida que ahora tenía que cargar lo llenaron de Odio e Ira, convirtiéndose con el tiempo, en el príncipe del infierno más respetado. El Águila del Orgullo.

—Es correcto, le dije a Jisung que esa era el trato para volver... Pero se negó.— Habló Hades con una sonrisa en el rostro. Lucifer había llegado hasta él para saber solo una cosa, y este le afirmó la teoría. El portador del Orgullo rechazó aquella propuesta.

Hades rió otra vez. Aunque tener a Lucifer en su sala no fuese de su agrado, le permitió la entrada para reírse de él.

—Cállate.— Ordenó. —Eres una mierda.— El Príncipe se levantó, suficiente por hoy. Había ido hacia Hades para sabe una cosa, pero ya que el demonio se burló en su cara no le quedaba más que irse si no quería que todo volara en pedazos.

Adoptó cuerpo humano en el Infierno. Desde que Jisung ya no era parte de su vida solo se limitó a quedarse en su territorio. Se podía decir que llevaba una vida tranquila, pues sus días pasaban con su presencia sentada en un hermoso trono de hecho de piel humana. Perfecto para él.

—Soy mierda. Pero no me enojo porque me rechazaron.

Apretó sus puños. ¿Cómo se atrevía a decir tal cosa en su cara? Las ganas de destrozarlo solo aumentaban. ¿Desde cuándo alguien se atrevía a hablarle así?

—¿Quién demonios dijo que estoy enojado?

—Admítelo. Le tomaste cariño al pequeño.

Se frenó en seco. Debía irse, no iba a seguir peleando. Era la primera vez que perdía una discusión pero no lo pudo evitar.

Rió sarcásticamente al salir de aquella pocilga de Hades. Tanta falsedad le parecía impresionante y graciosa. ¿Él? Un príncipe del Infierno. ¿Encariñado con un mocoso medio-humano? ¡Imposible!

—¿Por qué le tomaría cariño?— Iba a caminar hacia un bar, necesitaba una copa del alcohol más fuerte que pudieran tener.

Un pitido leve lo interrumpió en el camino. ¿Ahora qué? Miró a su bolsillo y se encontró con un aparato negro que él mismo había mandado a hacer. Lo tomó entre las manos y presionó el botón rojo que sobresalía.

Apareció en su mansión, exactamente en la habitación donde estaba su trono y solo esperó un segundo antes de que las puertas fueran abiertas por dos demonios que se inclinaron para después dar la información que tenían.

—Mi señor, necesitan la sangre de Leviatán. Pero él se rehúsa a dársela. De otra forma no podrán salir del infierno.

—Diganle que voy a hablar con él.— Ordenó.

—¿Con el pequeño o con...

—¡¿Por qué hablaría con ese...— Apretó su mandíbula y suspiró hondo. No debía matar a sus discípulos aún. —Con Leviatán. Voy a hablar con Leviatán.

—¿Cuándo mi señor?

—¡Ahora!

Estaba perdiendo los estribos y eso lo sacaba de quicio, él era controlado y pensaba antes de hacer las cosas. Lo impulsivo significaba desesperado, algo totalmente diferente a lo que él siempre había sido. Si era cierto todo eso ¿Por qué movía sus dedos seguidamente?

° ° °
Leviatán apareció en la mansión de Lucifer, el demonio lo había solicitado y al tener mucha curiosidad por su repentina aparición, no le quedó más que asistir al llamado.

Caminó deliberadamente por los pasillos hasta que por fin se topó con la sala del demonio esperando. Justo como lo predijo, Lucifer estaría en su trono, sentado mientras veía a sus esbirros pasar de un lado a otro.

—Oh, ¿Cómo estás Luci?— Saludó amablemente, pero ese ambiente se tornó siniestro. Los dos demonios se miraban sin decir nada. —¿Qué quieres?

—Vete del Infierno.

Envidia rió, ¿Esto era una broma? ¿Desde cuándo podía alguien venir a decirle lo que quisiera? Lucifer estaba muy equivocado si pensaba que por ser ex-compañeros no le podía hacer daño.

—¿Y por qué yo haría lo que me pides?

Desapareció de su sitio y se materializó cerca de trono, tomó a Lucifer de cuello y lo estampó contra una de las paredes de su mansión. Leviatán rió, ver a Lucifer pidiéndole eso era algo espléndido, casi parecía humano. Qué patético eran los sentimientos.

—Lo haces.

—Si me dices la razón tal vez lo piense.— Quería escucharlo de sus propios labios. Estaba preocupado por Jisung y quería que tuviera una vida feliz en la tierra, era eso o de verdad Lucifer se había vuelto loco.

—No necesitas explicaciones.

—Y si lo hago, ¿Qué me darás a cambio?

Ahora fue Orgullo quién tomó al otro del cuello y acercó sus rostros. Era una batalla de miradas donde ninguno de los dos podía perder. Envidia y Orgullo eran los pecados que menos se podían llevar bien y eso creaba un ambiente de desprecio cuando los dos demonios se encontraban en una misma sala.

—Lo que te daré a cambio es que no te maten por ser portador del chico que cerró el infierno. Te recuerdo que muchas personas te están buscando y yo sé exactamente dónde encontrarte. Que sea tu territorio no significa que estés a salvo y lo sabes.

Gruñó, no podía convencer a Lucifer de ninguna forma, y si lo lograba nadie le prometía que después el Orgullo no lo atacara por la espalda. Aceptar sería débil, pero vamos, nunca fue tan fuerte cómo los demás y eso estaba de más por saberlo.

—Maldita sea contigo.

🌙🌙🌙

Hola :D Gracias por leer.

Esto es antes de que Jisung y Chenle se fueran a la tierra.

Espero que todo lo que tengo planeado responda alguna de sus dudas. Estos van a ser capítulos un poco cortos y la historia no tendrá más de 10 caps.

Y si le quieren agradecer a alguien por obligarme a realizar esta idea, aquí está pudu-01 (Me obligó)

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