Diario de un suicida.

Una declaración de amor.

5 de enero de 2015.
Querido diario:

Hoy me atreví a ir a visitar a Ricardo, como siempre su hermana me recibió muy relajada y me dijo que lo esperara porque estaba durmiendo, le dije que esperaría, el salió de su habitación con cara de mal humor, maldiciendo, pero cuando me vió toda su expresión cambió, sonrió y me abrazó, lo cual se me hizo raro, y le dijo a su hermana que regresaba a la hora de la comida, cuando salimos a caminar yo le dije que me había comportado muy mal y que yo era gay, él me dijo que él también, pero no podía decírselo a todos porque sus padres son muy homofóbicos, y que su actual novia, es lesbiana, así que sólo son novios para aparentar ser normales, me sorprendió su sinceridad al revelarme ese secreto tan grande, así que me armé de valor y le dije que me gustaba, él al escuchar eso me besó, sus labios cálidos como la brisa en verano, cuando terminó el beso me repartió pequeños besos en la cara y me abrazó.

Todo iba bien hasta que llegamos a su casa, su hermana estaba llorando con el teléfono en la mano, y Ricardo le preguntó que sucedía y le respondió que su padre, Jim, había tenido un accidente gracias a su exceso de velocidad y había muerto, Ricardo se quedó estático, sin decir nada al respecto, cuando lo abracé empezó a llorar como nunca le había visto hacerlo. Por eso de las 5 de la tarde fuimos a la morgue, a reconocer el cuerpo, su hermana, Jennifer estaba deshecha, así que Ricardo fue a reconocer a su padre, cuando volvió del largo pasillo semi oscuro donde albergaban a los cadáveres, comenzó a llorar y abrazó a Jenni, yo no podía creer que esto estaba sucediendo, me recordó a ese 13 de septiembre, cuando murió mamá.