🍓•°•°• Labios de fresa •°•°•🍓 (fanfic namjin)💋[+18]🍓

2💋

🍓💋

Odiaba el nuevo horario, apenas eran las 8:00pm y ya estaba demasiado oscura la calle por la que transitaba. Si no fuera por qué realmente le gustaba practicar karate ya lo hubiera dejado, y no por que su hermano mayor temía a qué se hiciera daño, sino para ahorrarse dos horas de su día que perfectamente podía ocupar en cualquier otra cosa, como jugar videojuegos o incluso estudiar inglés para que tal vez así aprendiera algo, ya que esa era la materia que menos se le daba al pelinegro que caminaba por esa calle bañada de color negro y que solo se iluminaba por unas farolas de luz amarilla.

No era una calle tan transitada pero así le gustaba, era fan de pensar mientras caminaba hacia su hogar. Planear lo que haría al regresar a casa y demás. Eso fue lo único bueno que dejó ser bulleado por años, saber sobre calles y callejones poco comunes y transitados. De hecho esa calle estaba vacía, no había personas caminando por ella.

Solo se veía un auto negro estacionado al otro lado de la carretera y unos tipos afuera de este. Eran tres, uno estaba enfrente de los otros dos, los cuales llevaban unos elegantes trajes de colores oscuros. O al menos eso fue lo que alcanzo a visualizar el joven pelinegro.

Siguió con su camino y no le puso mucha atención a los sujetos. Aún faltaba rato para llegar al departamento que compartía con su hermano mayor y estaba agotado de tanto practicar. Lo bueno es que su hermano lo consentía mucho y seguramente si le decía que estaba cansado le cocinaría algo rico para cenar. Después de todo ya había terminado de hacer su tarea y limpió un poco el departa...

¡¡Bang!!

El sonido de un arma siendo  disparada retumbó en sus oídos, miro a su alrededor y solo vió a los tres hombres fuera del auto dándole la espalda. Uno estaba en el suelo, al parecer no lo habían visto.

Corre

Muy rápido

Agradecía enormemente a todos esos bullys que lo seguían en primaria para golpearlo, ahora podía correr tan rápido como un atleta profesional sin mucho esfuerzo. Y así lo hizo corrió hasta creer estar seguro, entro en una tienta aun abierta y se dió cuenta que faltaba una cuadra para llegar a casa.



- ¿Quien era ese?- un hombre de esmoquín negro le pregunto a su empleado mientras el guardaba el arma con la que había asesinado a ese hombre frente a el, que al parecer era un espía mandado por sus enemigos. Ni en prisión el estúpido de Kim lo dejaba en paz.

-no lo sé. ¿Quiere que lo investigue?- pregunto el otro hombre vestido de un traje azul oscuro a su jefe, que solo asintió limpiando sus gafas y metiendo su arma a la funda de cuero que llevaba bajo sus saco- que quiere que haga con el cuerpo?- volvió a cuestionar el de cabello canoso.

-enviaselo a su hermano como él envío el de mi hijo- ordenó el hombre de nacionalidad extranjera.