𝓖𝓸𝓭𝓭𝓮𝓼𝓼 || 𝓥𝓾𝓵𝓽𝓾𝓻𝓲𝓼

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———CAPÍTULO 1———

El inframundo solía ser un buen lugar donde vivir si le preguntabas a una antigua yo. Pero ahora, de un momento a otro me sentí estancada en mi eterna vida, veía como mis días se volvían rutina y el trabajo con las almas se había vuelto aburrido.

Estaba muy segura que se podían escuchar mis suspiros y quejas por cada rincón del inframundo. Pero era inevitable, mi hogar... ya no se sentía uno, se sentía como una cárcel.

—Oh Cerbero, ojalá pudiéramos salir y divertirnos en tierras mundanas.— Me acerqué al can que gustoso acepto los mimos.

[...]

Estaba en lo que era mi habitación cuando escucho la dulce voz de mi madre llamarme. Con un viaje sombra aparezco frente a ella y mi padre en sus tronos, Perséfone se levanta y sus cálidas manos toman las mías.

—Hija... Tu eres la luz de nuestros ojos, nos duele saber que ya no te sientes bien estando aquí abajo.— Se gira un poco para extender su mano a mi padre, el dios se levanta aproximándose a nosotras. —Así que, estuvimos pensando por un largo tiempo, en que no te haría daño vivir un poco más.

—Madre ¿a que te refieres?— Muy al fondo de mi mente, albergaba la esperanza, el pensamiento de que al fin podría salir de aquí.

—Lo que queremos decirte Isabelle, es que podrás ir al mundo humano, solo trata de no involucrarte tanto.— La voz severa de Hades podía dar miedo, pero ya estaba acostumbrada. —No queremos a cierto dios haciendo berrinches luego... aunque me encantaría ver eso.— Apenas terminó de hablar mi madre le dio un golpe en el pecho, nos miramos unos segundos para reírnos los tres al pensar en Zeus siendo un dramático.

—Gracias, de verdad gracias, no los decepcionare.— Doy un pequeño salto para abrazarlos a ambos y con una gran sonrisa me separo de ellos. —Son los mejores, los amo.

—Y nosotros a ti tesoro.

[...]

Me encontraba dando vueltas por mi habitación, estaba eufórica, no podía creer que por fin saldría de aquí, armé tan rápido mi equipaje que ya no tenía nada que hacer.

Mi madre me recomendó aparecerme en Italia, muy específicamente Volterra. No sabía porque tanta insistencia con ese lugar, no quería creer que algo me ocultaban, pero era tan sospechoso.

[...]

—¿Llevas tus lentes de sol? Sabes que tus ojos son muy delicados, te costará acostumbrarte a tanta luz.— Las manos de Perséfone apretaban mis mejillas mientras hablaba.

—No se me olvidan, llevo todo lo necesario, cualquier cosa puedo hacer un viaje sombra hasta acá y listo.— Tome sus manos para que dejara de apretarme.

Camino hasta donde se encuentra Hades con un semblante serio. —Padre.—El solo me mira sin pronunciar palabra alguna. —¿No vas a llorar o si?

—Por supuesto que no.— Pasa sus brazos a mi alrededor y deja un beso en mi frente. —Cuidate ¿llevas el brazalete que te regaló Hefesto?

—Siempre.

—Si algo sucede siempre puedes embrujarlos a todos... o matarlos.— Ambos reimos por lo dicho.

Tenía sus ventajas ser bendecida por Hefesto y Afrodita, logre desarrollar ciertas habilidades gracias a ellos, dicho matrimonio siempre me ha dicho que soy su favorita.

Nos separamos luego de unos segundos y con una sonrisa desapareci de lo que había llamado mi hogar durante tanto tiempo, por fin experimentare fuera de estos muros.