La primera vez que lo ví fué en el verano del 67,yo tenía apenas 9 años, salí a pasear como de costumbre a la pradera, pero, cuando volvía a casa, tomé una ruta errónea y eso cambió totalmente mi paradero; en lugar de llegar a casa, llegué a un gran y frondoso bosque, en el cual, me adentre por mera curiosidad y en ese momento no pensé lo que me depararía el futuro.
Fué entonces cuando lo ví, aquella belleza era incomparable, él era sumamente alto y con una tosca complexión, de tez morena y unos brazos tan grandes, que rodearían la montaña vecina sin complicación alguna, unas piernas firmes que con solo mirarlas notarias que soportarían tu peso 10 veces elevado al cuadrado.
Debo admitir que la primera vez que lo visualicé, me dio un poco de pavor, pero su belleza era tal que no pude irme sin antes acercarme a apreciar un poco más de cerca. Fue en ese momento en el que vi sus ojos, esos ojos indescifrables, con un millón de tonalidades de verde, que mostraban todo lo contrario a su imponente físico; cabe mencionar, que jamás creí que los sabios del pueblo tuvieran razón pero así fué, ellos solían decirme que los ojos son la puerta del alma y ese día lo comprobé, lo ví, él me permitió verla, aquella alma era tan pura y buena que el poco miedo que sentía, se fué en un santiamén y en ese momento comprendí qué el no pretendía lastimarme, es más, sus intenciones fueron todo lo contrario, me protegió como si su vida dependiera de ello, como si yo fuera su vida.
Luego de ese día, le prometí, que nos reuniríamos en ese mismo punto, a esa misma hora. Y así fué durante mucho tiempo, pero el pueblo era pequeño y con el paso de las estaciones fuí creciendo y la única manera de conseguir mis sueños, era continuar mis estudios en una ciudad no tan cercana. Mi último día en el pueblo, pasé cada segundo junto a él, no me separe ni un momento, ese día me hizo prometerle 2 cosas.
1.-Que volvería cada verano a verlo y 2.-que estaríamos juntos hasta el final de nuestras vidas.
Y así paso, cada uno de mis veranos sin excepción lo pase junto a él. Pero después de cada decisión, vienen las consecuencias o como yo lo llamo arrepentimiento y el mío era que cada invierno, él enfermaba en extremo peligroso y más de una vez estuvo al borde de la muerte y más de una vez yo no estuve ahí para él...
Pero el tiempo no perdona,las decisiones no se cambian y el pasado no olvida; yo lo abandoné para cumplir mis "sueños" de ser alguien en la vida cuando yo ya era alguien a su lado y mi mayor sueño era él, pero no me di cuenta de eso, hasta ya muy tarde.
Y henos aquí, tú cumpliendo tu palabra y yo dándote las últimas mías.
-Mi querido Roble siempre te amaré- al decir eso último me recosté sobre sus enormes raíces y entre algunas cuantas ramas, para luego volver a hacer una promesa...
-Amor mío, te veré en una vida mejor, una vida, donde puedas venir conmigo a cualquier parte, una vida donde pueda tomar tus manos sin ninguna preocupación por astillarme, una vida donde pueda llamarte mío, una vida fuera del bosque, una vida donde no cometeré los mismos errores, una vida donde tu estés para mi y yo para ti siempre.-
Después de soltar eso último, me dispuse a dormir con la esperanza de que la vida me diera una segunda oportunidad, cuándo estaba apunto de cerrar mis ojos por completo escuche su aterciopelada voz susurrandome con tranquilidad
-Así será amor mío, así será, sólo no olvides nuestro amor, pues sólo con él podremos encontrarnos en la próxima vida, te amo amor mío-
Luego de escuchar esas dulces palabras, una lágrima no pudo evitar rodar por mi mejilla y sólo pude decir:
-Jamás lo olvidaré, jamás te olvidaré-
A continuación sólo cerré mis ojos, con calma, para ya no abrirlos nunca más.
Al menos no hasta volver a escuchar su voz.
Fin.
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