Capitulo 21

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CAPITULO 21


Un carraspeó me hizo levantar la mirada del libro que reposaba en mis manos.

-Pronto la biblioteca  cerrará señorita-dijo la dulce anciana morena de la biblioteca del primer piso, asentí en respuesta y ella se retiró a paso lento.

Llevo toda la tarde en la biblioteca leyendo cualquier tipo de libro, algunos dirán que soy una fanática y es cierto, pero en esta ocasión es una escusa por qué no tengo otro lugar donde ir, así es nuevamente estoy a la deriva .Llevo dos noches durmiendo con Kala la prima vez no hubo problema pero la segunda está se notó muy distante y hasta molesta, lo cual entendí que  era mi presencia ahí robándole  la privacidad a la que está acostumbrada.

Pensé en buscar a Seila para quedarme con ella, pero recordé que ella comparte habitación con otras dos chicas y pues yo solo estorbaría, en el caso de Casper es un chico ahí la razón.

Milena no a salido de su habitación desde la última y que nos vimos, no ha ido a clases y según Seila está aún muy triste.

La campanita que la señora encargada hizo sonar me informo que mi tiempo se había acabado .Camine a paso  rogado hasta el enorme escritorio que ella ocupaba.

-Disculpe –La llame – ¿Podría quedar a leer el libro? – pregunte con la pena a flor de piel.

Ella  me observó como si estuviera loca.

-Por supuesto que no – negó aún sin quitar el tono amable de su voz- La Biblioteca queda cerrada  en la noche, todos lo saben.

-Si claro – solté, caminando a dejar  el libro en su lugar.

-Espera – Llamo, di la media vuelta hasta Ella – Ya se  lo que sucede-me señaló con una sonrisa picaresca – Quieres seguir leyendo ese libro.

-¿Qué? – Pregunte sin comprender .

-El libro - señalo mi mano.

-Claro – Solté con comprensión – No puedo  para de leerlo -exagere.

-Si quieres te lo puedo prestar para que lo lees en  tu habitación – propuso .

Si supiera que no tengo donde dormir.

-Por favor -fingí una sonrisa y se lo entregué.

Tomo el libro apunto algo en un libro grande y gastado que tenía sobre el escritorio y luego se giró a mí.

-Nombre querida niña .

-Annica Mikhailov -Solté mirando a los alumnos salir de la biblioteca a sus habitaciones seguramente, mientras yo estaba aquí sin saber dónde pasaría la noche.

Mire a la dulce señora, que tenía un expresión en el rostro entre el asombro y ¿Odio?, Sus ojos cafés me observaban sin parpadear, el gesto amable había sido borrado de su rostro.

-¿Se encuentra usted bien? – pregunte asustada.

Ella no dijo nada seguía con la misma expresión. Intenté tocarla para saber si reaccionaba y está alejó si mano de mi toque como si este le quemará.

-No me toques – dijo con rabia – Vete.

-Pero el li...

-¡Vete! –  su grito me hizo retroceder – Y no vuelvas.

Salí a paso apresurado de ahí, temiendo que la señora se me lanzará en cualquier momento.

No es muy difícil deducir la razón de su reacción, seguramente mi nombre le dio la idea  de quién era mi madre.

Camine por el castillo sin rumbo, sumergida en el mar oscuro de mis pensamientos.

Sin pretenderlo llegue al  pie de las escaleras que me llevaría a la habitación que comparto con Milena o compartía con ella. Di la vuelta , pero me detuve al escuchar mi nombre.

-Annica-volvieron  a llamarme, di la vuelta y ahí estaba ella – Necesito hablar contigo.

-Milena yo no quiero discutir de…

-No es para eso , lo prometo – me interrumpió – Vamos a la habitación  y hablamos con calma – Me señalo las escaleras.

-Esta bien – accedí , comenzamos a caminar rumbo a la habitación.

Nos encontramos sentadas una frente a la otra en la orilla de la camas, en total silencio yo solo puse mis manos a cada lado de la cama y mire el techo buscando algo interesante en el y no , no había nada, volví mi vista a la rubia , la cual miraba al suelo y se estrujaba las manos con fuerza hasta volverlas rojas de los fuertes  apretones.

-Lena yo sé que  estás dolida por la muerte de tus seres queridos y lo siento mucho si tú ya no quieres compartir habitación o incluso no quieres hablarme lo entendería – Solté todo de golpe.

-Mi reacción no fue la mejor – murmuró casi inaudible – Dirigí mi enojo a la persona equivocada – me observó a los ojos por primera vez desde que entramos – Lo siento.

Me quedé sin palabras, no esperaba esas declaraciones, lo más lógico sería que me odiara aún cuando yo no tenía la culpa .

-No sé qué decir – solté con toda la sinceridad que existía en mí.

-Si no quieres aceptar mis disculpas lo entendería-dijo cabizbaja.

-No se trata de eso  Lena – negué poniéndome de pie – Es difícil sabes, todo están complicado, mi madre asesino a todas esas personas , tu padre y a pesar de que todos lo repiten   no puedo creerlo – Camine por la habitación.

-¿Crees que te mentimos? – soltó la rubia poniéndose de pie, en signo de molestia.


-Yo no desconfío de ustedes - declare.

Esta volvió a sentarse y soltó un largo suspiro.

-Acepto tus disculpas y  también te pido unas – solté, levantó su mirada y me observó son confusión.

-¿ Por qué? – cuestionó.

-No lo sé – deje salir un risita irónica -Por la muerte de tu padre y…

-Nada de eso es tu culpa – me interrumpió.

-¿Y porque siento que si lo es? – me de caer en la cama , ya agobiada por todo.

-Porque – tomó asiento a mi lado – Todos  te hacemos creer que lo es , nos molestamos contigo y descargamos nuestra rabia en ti,  cuando solo eres una víctima más de tu madre.

Nos quedamos en calladas, solo el suave sonido de nuestras respiraciones más calmadas interrumpía el cómodo silencio.

-¿Te quedarás? – preguntó.

-¿Porqué aún sabiendo lo que mi madre hizo, me ayudaron? – deje salir la pregunta que tanto me torturaba.

-Cuando mi padre murió yo odie a tu madre – Confesó – Un día después del  entierro de mi padre tome mi arco y salí buscarla, dispuesta a vengarlo – guardó silencio su mirada se perdió en algún punto de la pared frente a nosotras – Termine perdida en un pueblo – soltó una risita – Mi madre me encontró y me explico que mi padre se sentiría muy decepcionado de mi si me convirtiera en una asesina , me llevo a casa arrastras yo aún quería encontrar a Virginia. Pase encerrada durante días , hasta que llegó el abogado de mi padre a darnos su testamento – el ambiente cambio una triste nostalgia se cernió sobre nosotras – En el  mi padre me dejó una  carta para , donde me decía que al ser su sucesora en el clan  nunca  debía olvidar que un buen  jefe no se mide con lo que quita si no con lo que da a su pueblo – me observó con intensidad – El legado de mi padre es que siempre podemos perdonar, porque hasta   en sus últimos suspiro trato de ayudar a quien  causó mucho dañó. No quiero que mi legado sea de sangre y venganza.


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El cielo ya se había pintado de azul oscuro, las estrellas brillaban rebosantes de alegría por qué la luna decidió acompañarlas esta noche, su belleza embriagante me hizo  admirarla hasta tardes horas. Verla así tan tranquila me resultaba difícil la tarea de creer que podría haber creado a todos nosotros pero sobretodo que nos halla  abandonado cuando se dice que nos amó como una madre.

La luna se marchó a descansar dándole el control de la creación al Sol y yo me quedé ahí viendo cómo hacían el cambió sin poder dormir, sin una pizca de sueño y con una  enorme maleta de inseguridades.

Mire a Milena de reojo, por más que hallamos hecho las pases yo sabía que había un pequeña grieta en nuestra amistad, solo esperaba que no siguiera creciendo.

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Sentí algo caer en mi libro de matemáticas, lo observé con cautela , era un papelito  enrollado, mire con disimulo detrás de mí. Todos los estudiantes se encontraban realizando los ejercicios impuestos por el ausente maestro, mis ojos se fijaron el Seila la cual me hacía raros gestos con su manos, la mire sin comprender hasta que caí en cuenta que ella había lanzado el papelito.

Lo abrí con cuidado de no romperlo.

“ Hoy es el último día para inscribirse en las clases de ballet.

¿Irás?.”

No estaba segura, aún cuando la idea me encantaba, había algo que no terminaba de gustarme.

Cuando la clase terminó recogí mis cosas y caminé rumbo a mi casillero, podía sentir a la castaña detrás de mí, baje la velocidad para que me alcanzará.

-¿Entonces? – preguntó, con sus libros desordenados aferrados  a su pecho.

La mire con interrogación.

-No finjas – Me señalo  provocando que se le cayeran los cuaderno y libros- Hey cuidado, que es mi tarea – le decía a  los demás alumnos que pisan sus cosas tiradas, me agache a ayudarle, una vez todo recogido volvió a hablar – Irás a inscribirte o ¿No?.

-Nunca he practicado ballet Seila talvez no sé una buena idea.

-Pero te gusta – insistió.

-Si, pero…

-Pero nada – interrumpió – Vamos ahora mismo  a inscribirte.

Intenté discutir pero está me tomo de la mano y me arrastró a saber dónde.

Cuando llegamos frente a una puerta que decía “ clases de ballet”, lo entendí.

-No – negué frenética – Y no puede obligarme – me gire, dispuesta ha marcharme.

Una chica de cabello gris y ojos azules profundo, me detuvo.

-Vienen a inscribirse – pregunto con sonrisa.

-Si – contesto con rapidez Seila - Bueno en realidad ella – Me señalo – Pero dice que le da vergüenza, porque nunca a bailado Ballet.

La mire con los ojos entrecerrados, está solo sonrió con fingida ingenuidad.

-No te preocupes, aquí te enseñaremos todo-comento sonrió  ampliamente esperando mi respuesta y yo solo deseaba matar a la castaña que me observaba con picardía.

-Esta bien - accedí.

Entramos a la pequeña y muy ordenada  oficina , la chica de cabello gris saco un grueso libró.

-¿Cómo te llamas? – dude en  responder después de lo que pasó con la señora de la biblioteca, temia andarlo diciendo.

-Annica Mikhailov – intervino Seila, yo solo espere la reacción de la chica.

-Valla – soltó sorprendida – Eres toda una celebridad entre la comunidad.

-Desearía no serlo -murmure - .

-Pues no siempre nos toca la parte bonita – puso libro frente a mi -Firma aquí  -Firme donde señalaba -Eso es todo, dentro de dos días comienzan las clases de 3:20 a 4:20, no faltes.

-Yo me encargaré de eso – se adelantó la castaña tomando el papel que la chica me entregaba.

Una vez fuera de la oficina le di un suave pechisco a la latina.

-¿Qué fue eso? – dijo sobresaltada.

-Sabes por qué .

-¡Chicas!- exclamó Kala apareciendo de repente – Si alguien pregunta por mí díganle que me fui a la jardín – Con eso entro a una aula.

Con Seila nos quedamos viendo la puerta sin comprender.

-Disculpen – giramos aun chico alto, delgado y moreno - ¿Son amigas de Kala?.

Ambas asentimos.

-Llevo todo el día buscándola y no he podido encontrarla, cualquiera diría que se está escondiendo – se rio de su broma, mire de reojo la puerta y sonríe  de forma fingida con Seila – Podrían decirme ¿Donde puedo encontrarla?.

Ambas nos miramos sin saber que decir.

-Bueno...ella – Balbuceé.

El chico me observó con confusión.

-Esta en el jardín de  las mariposas azules – soltó Seila con rapidez.

-¿Y que hace ahí? Hasta donde se , es alérgica a las mariposas – Soltó confianza.

-Y yo que se – dijo agresiva Seila – Somos sus amigas , no sus secretarías.

-Lamento haberlas molestados – declaró el chico y se fue cambiando a paso furioso.

-¿Ya se fue? –  cuestionó Kala asomándose.

Asentimos en su dirección.

-Te escondías ¿Porqué… - deje la pregunta al aire.

-Se los resumo – hablo mirando alrededor – Mi madre nunca a intervenido en mi relación con Nayla pero lo hizo y tomo la decisión de prometerme en matrimonio a ese chico – me quede totalmente en blanco , al igual que Seila.

-¿Qué? – Soltamos al mismo tiempo.


-Después le explicó con calma adiós -comenzó a caminar lejos de nosotras – Gracias  por la ayuda.

-Me preocupa su estabilidad mental – estuve de acuerdo con la castaña.

-No se Seila aún no me convence lo de las clases – le comenté mientras salíamos  de la otra clase que teníamos.

-Ya deja de darle tanta vuelta, irás y punto – me tipo -Mira allá está  Casper.

-Hola – saludamos.

Nos a cercanos donde el se encontraba realizando un dibujo, en uno de los balcones que separaba el castillo del jardín de descansó.

-Eres muy bueno – le dije al ver el  retrato perfecto de los árboles con sus hojas de ese tono naranja del otoño.

-Gracias – soltó sonriente.

-Saben amo esta estación del año .

-¿Porqué? – interrogó Cas pintando el dibujo.

-Porque en esta estación los árboles nos dan una gran lección – la miramos sin comprender – Miren, todas esas hojas secas los árboles las botan porque ya no las necesitan , si no las botaran estás harían que el árbol murieran. Es un clara enseñanza de que debemos sacar  lo que nos lastima si no nos harán caer.

-Toma – Rymer extendió el dibujó.

-¿Para mi?- le cuestionó está sorprendida, este asintió – Hace tanto tiempo que nadie me da algo.

La briza fría del otoño, balanceo las ramas de los viejos árboles provocando que las hojas cayeran en una inmensa manta sobre el césped.

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-Annica- el llamado de Lena me devolvió al comedor - Hey andas pérdida.

-Lo siento, son las clases de ballet ya llevo 2 semanas y nada, soy pésima y las chicas de mi clase aprovechan mi torpedad para burlarse.

-La verdad no sé para qué tú inscribiste, lo mejor es no llamar la atención – soltó con Lena.

-Pues no comparto – intervino Cas – Debemos hacer lo que nos gusta.

-Me retiró –  dije frenando lo que sería una futura pelea entre ambos.

Recogí mis cosas y salí de ahí.

Estaba agotada de sus constantes discusión, se han pasadoce  todas estas dos semanas con lo mismo si debo o no asistir a clases, en momentos me molestaba que hablaran como si yo no pudiera escoger lo mejor para mí.

Kala se la ha pasado escondí de su prometido y discutiendo por los pasillos con su novia, Seila en prácticas para ingresar a la banda y Lena con Casper volviéndome loca.

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-Eso es todo por hoy señoritas – exclamó la maestras de ballet retirarse.

Otro día de un terrible ensayo, se suponía que debía avanzar y yo parecía retroceder cada vez, era verdaderamente frustrante.

-Oye – alguien tocó mi hombro, gire y una de las chicas que compartía clases conmigo me observaba – Soy Abilia , un placer – extendió su mano hasta mi, la tome y le di un leve apretón aún con desconfianza – He notado que te cuesta mucho esta clase - asentí - Estaba pensado que yo podría ayudarte.

-¿Por qué? – interrogue con una ceja alzada.

-Mira yo soy adoptada y pues se han burlado mucho de mi, así como lo hacen contigo – explicó.

-Sigo sin entender -Solté.

-Solo quiero ayudarte, no tengo malas intenciones.

Lo pensé se veía honesta y era la única que no se había burlado de mi en todo este tiempo.

-¿Cómo seria? – accedí.

Ella sonrió dulcemente.

-¿Conoces la torre de la habitación de los lobos? – pregunto asentí -  Bueno ahí hay una terraza arriba casi nadie la usa, podríamos entrenar ahí.

-Suena bien .

-¿Te parece sin nos vemos ahí mañana después de clases? .

-Si sería perfecto, muchas gracias – le dije con honestidad y una media sonrisa.

-Nos vemos mañana – se despidió.

Salí de la aula con un sonrisa y una nueva esperanza de que todo iría mejor.

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Subía las largas gradas de los dormitorios de los lobos, hasta el lugar de mi encuentro con la chica pelinegra .

Al llegar a una puerta de metal donde todo era oscuro, la mire parada .

-Abilia – está giro con una enorme sonrisa .

-Creí que no vendrías – soltó tímida.

-De que hablas jamás de dejaría plantada más aún cuando solo quieres ayudarme.

-Claro, vamos – señaló la puerta.

Los rayos del sol luchando contra las nubes oscuras que anunciaban lluvia me recibieron. El lugar estaba sucio ; lleno de hojas y polvo, el suelo se veía mojoso.

-¿Es seguro ensayar aquí? – le cuestione dudosa, al no por respuesta voltee-Abi…

Me quedé cayada al ver  que no estábamos solas, las dos chicas que acompañaba a Hathor la primera vez que la vi, se encontraban ahí.

Dirijo mi mirada a Abilia sin comprender, todo  gesto amable es su rostro se borró por uno de arrogancia pura.

-Hola Annica – canturrearon al mismo tiempo las otras chicas y las tres sonrieron con satisfacción.

Hijos de la Luna ( Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora