I.

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Estoy recostada sobre mi cama, y de pronto, pasa por mi mente ese sentimiento y las ganas de enviarle mensaje, de decirle lo mucho que la amo y que las ganas que tengo de estar con ella solo crecen cada vez más. La busco en Facebook y le mando mensaje.

+Hey!- ¿se lee muy cortante?- los nervios están a punto de matarme.

-¿Cómo estás?

Probablemente esté bien, estoy bien de salud, pero mi corazón sigue teniendo una herida que no ha podido sanar desde que la perdí.

+Bien, ¿y tú?

-Me alegro por ti, yo estoy bien.

+Me alegro también.

-Gracias.

No sé si sacar tema de conversación, su mensaje me deja claro que no tiene ganas de seguir hablando conmigo.

+ ¿Dejaste de amarme?, ¿de verdad?...-tarda en contestar mucho más de lo que esperaba y dejo el teléfono a un lado para taparme la cara con una almohada. Pero un par de minutos después suena el celular.

-No sé cómo responder a eso,- si ella me hubiera preguntado eso, hubiera respondido exactamente lo mismo.

+Es simple, solo que hice la pregunta incorrecta... ¿De verdad me amaste?,- probable que diga que sí, pero también que diga que no, aunque lo único que me gustaría que escribiera es que aún lo hace.

-Preguntas después de mucho, ¿por qué?

+Tengo curiosidad.- y aparte de eso, simplemente, no había podido preguntarle.

-Pues la curiosidad mató al gato.

+ ¡Oh valla!,- su respuesta me hizo sentir, que solo había estado jugando conmigo.

-Bueno... Si, si te amé.

En el tiempo después de terminar con ella, lo único que esperaba que dijera es que me amaba y que quería intentarlo conmigo hasta que lográramos estar juntas para siempre. Pero claro, estaba yo, sola con mi imaginación y libros de ciencia, física y matemáticas.

+Yo también lo hice, y lo sigo haciendo.- ya sé, no me pregunto pero me siento bien al haberlo dicho. Estoy segura de que cause algo en ella porque tarda mucho en responder.

-¿Por qué te fuiste?.

La pregunta que menos esperaba que hiciera. Es algo complicado, quiero decir, tuve que elegir entre estar bien con mis padres, y estar con ella. Eh tomado muchas malas decisiones en mi vida y esa fue una de ellas.

+Nunca quise irme.

-Y aun así, lo hiciste.

Me sorprende la respuesta, parece que se había estado preparando para esta conversación.

+ ¿Tratas de hacerme sentir mal?, ¡Cielos!

-No, solo trato de decirte que no fuiste la única que la pasó mal cuando te fuiste.

+ ¿A qué te refieres?

-A que yo también la pasé feo cuando te fuiste, cada mañana esperaba a que tocaras la puerta de mi casa y me dijeras "regresé" y que esta vez no te irías.

+ Al menos podías esperar algo de mí, y yo no tenía otra cosa que hacer más que aceptar que te habías ido, que dejarías de amarme y que continuarías sin mí.

-Tal vez... No sé qué decir.

+ ¿De verdad?, ¿Nunca te diste la oportunidad de darte cuenta de todo lo que sentí por ti?

-Nada de eso.

+Solo quiero que sepas que tuve que irme por la fuerza, yo nunca quise herirte, de verdad te amaba, te amaba mucho... lo sigo haciendo.

¿Amar o no hacerlo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora