XIV.

17 0 0
                                    

De verdad, no tiene ganas de contarme lo que pasó. No sé como sacar el tema.

+¿Caminamos?- me mira y sonríe.

En ese momento, no quería recordarlo, pero era inevitable. La primera vez que vino a mi casa, dijo exactamente lo mismo, pero me ofreció su mano para tomarla, caminamos de la mano hasta llegar a un campo, que estaba solo y nosotras le hicimos compañía. Asiento con la cabeza y comenzamos a caminar en la misma dirección.

¿Amar o no hacerlo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora