│ ✐; мι coɴejιтo ━━━✧ ♡𝖳𝖧𝗑𝖩𝖪♡ ✧━━━

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— ¡MGH! Tae-hyuuung —su espalda se retorcía y se arqueaba como la de un gato estirandose— mierda sigue pegando ahí, ahí me gusta- ¡AH!

La suave tela de la corbata de Taehyung le hacía cosquillas en el trasero, no podía quitarla de ahí ya que sus muñecas estaban sujetas con ese pedazo de tela roja rayada, sus ojos estaban tan cómodos con la oscuridad que les prensenciaba aquel antifaz que tenía la sensación de que resucitaba al tambien sentir esos deleitantes escalofríos al chocar aquel cuero azabache en sus nalgas marcandolas de un color rojo fresón.

Jeongguk estaba boca abajo con su protuberante trasero a la merced de su amo Kim Taehyung.

Kim solo sostenía esa sonrisa socarrona.

Si tan solo pudieras observar sus pupilas te darías cuenta de la obsesión y el completo sadismo que hay dentro de aquel pacífico y joven muchacho. 

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La sedosa cobertura que vestía a la almohada ocasionaba cosquillas en el vientre del joven, friccionaba tanto a aquel rosado miembro, que este, estaba rojo por la asfixia de no poderse correr.

— Kim... —canturreo quedito sacando su cara de entre sus manos— ¡Oh carajo! —salió de su boca un gemido al sentir como aquella polla enterrada en su trasero había tocado su punto dócil—

— Grosero como siempre —jalo de los cabellos al azabache y este abrió su boca al instante dejando salir sus babas y sus ojos se retorcieron logrando una escena eroticamente pornografica—

Aquellas huesudas y canelosas manos tomaban con animalismo esa acentuada cintura de Jeon. Parecía esto tan posesivo y egocéntrico que un politico corrupto no llegaba a la altura de este ambiente sexual. Con esas grandes y suaves palmas Kim comenzó a abofetear aquellas nalgas con furia, como si su vida dependiera de golpearlas.

Los altos y genuinos gemidos de Jeon no se hicieron esperar. Este chico en vez de gemir sentía su garganta desgarrarse cada que decía un ah. Era tan sublime aquello que para ambos la palabra sexo, no era la típica descripción de significado que le dan, si no, lo asimilaban con la comunicación que tienen sus cuerpos para demostrase amor.

Eso, o en realidad ambos eran muy buenos para follar.

Un gruñido salío de los belfos de Kim y en breve Jeon bajó sus orejas como muestra de sumición. Rompía sus uñas arañando el suelo maderoso tratando de sujetarse de algo o mas bien por que trataba de controlar su espamoso cuerpo, sintiendo a la vez como era llenado y desbordado de esperma de su novio.

— Mírate...eres tan precioso —rió dulcemente pasando sus dedos por las heridas que el mismo había hecho—

— Tae

— ¿Mh?

— Ya sal. Tengo acalambrada la pierna