Inevitable atracción.

Último día.

Lillerine-Pueblo. Jueves 10/02.

  Morrigan.

Hoy no es exactamente un día agradable. Son las 08:00 AM y toda la familia ya está molestando con la mudanza. Tenemos dos jodidos días para desaparecer de nuestro hogar por los mismos problemas de siempre. Nos descubrieron.
Se preguntarán, ¿qué quiere decir esto? Pues, en pocas palabras, Marshall, mi adorado tío, cometió una pequeña masacre, algo casi imposible de ocultar. Salió en todos los portales de noticias, y gracias a esto los cazadores están buscándonos, otra vez.

Por si no lo dije antes, mi familia es un tanto sobrenatural, digamos que la única persona normal entre nosotros es mi tía Alice, una de las tantas hermanas de mamá. Ella fue adoptada y debido a esto no nació con el gen de hechicera.

En cuanto a los demás, somos de diferentes especies, algunos vampiros, licántropos, hechiceros y hadas.

Reiterando. Tuvimos muchos años de paz, los cazadores no nos encontraban debido al encantamiento que colocamos en nuestro hogar, llevan cazando criaturas sobrenaturales desde hace tiempo. En el caso de mi familia desde hace siglos.
Todo iba perfecto, hasta que la cagaron. El tío Marshall es un vampiro, uno muy inestable, su sed de sangre es insaciable, pudimos controlarlo bien durante años gracias a las bolsas de sangre que nos donaban del hospital; claro que esto fue debido a la hipnosis. Pero no sabemos qué pasó, dejó a todos los cuerpos sin una gota de sangre, completamente secos. Esta noticia llegó a los oídos de los cazadores, y creemos que en aproximadamente dos días ya estarán aquí. Por eso el sábado debemos estar ya instalados en el próximo pueblo para volver a hacer el hechizo de ocultamiento.

Me encontraba recostada en la cama, decidí que era hora de levantarme. Fui directo al baño e hice mis necesidades, maquillé un poco mi rostro, no demasiado porque luego mi madre me regaña y finalmente salí para poder vestirme; me coloqué mis cancanes negras, un suéter rojo y unas botas acolchadas, iba a estar bien calentita el resto del día.
Al escuchar la puerta, me dirigí hacia la misma y la abrí, notando como mi papá se encontraba detrás de esta. Al verme dibujo una sonrisa en sus labios y yo de forma espontánea hice lo mismo, era su princesita.

—Hola papi —lo observe con la misma sonrisa, él en cuanto lo salude se acercó a mi para abrazarme, yo era su única hija, la luz de sus ojos. Solía ser una persona despiadada y cruel con los demás, pero en cuanto a mi siempre fue diferente.

— Pequeña, imagino que ya tendrás todo listo para guardar en el camión. Saldrá esta tarde, déjate ropa preparada para mañana, tenemos que irnos cuanto antes —pronunciaba mientras dejaba sus manos en mis brazos.

—Me faltan guardar un par de cosas pero ya está todo casi listo.

—Bien, baja a desayunar algo, ya está todo servido —tras decir estas palabras se separó de mi y se alejó. Deje salir un suspiro antes de salir la habitación, cerrando la puerta detrás de mi. Caminé por el pasillo hasta llegar a las escaleras, encontré en las mismas un ratón, era costumbre, esa rata siempre se escapaba—. ¡Jack, tu mascota está en las escaleras! —rodé mis ojos negando, no entiendo por qué siguen dejando su jaula abierta. Segundos después se escucharon los correteos de mi primo en busca de su animal.

— Gracias, Morrigan, no lo encontraba por ningún lado —tomó al ratón en sus manos y se alejó rápidamente a su cuarto otra vez. Negué con una sonrisa y continué mi camino. Al llegar a la cocina, lo primero que observe fue el pastel de frutas que estaba sobre la mesa, silvé en forma de aprobación mientras rápidamente cortaba un trozo del mismo, comí el pastel lentamente a medida que me preparaba un vaso de leche.