Capitulo 4

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Capítulo 4

Llevábamos unos días de puta madre, la rubia dormía conmigo todas las noches, nos pasábamos los días juntas, con nuestras amigas.
Pero desgraciadamente no todo en la vida es de color de rosa. Nunca se me han dado bien las relaciones y estaba a punto de cometer el mayor error de mi vida por mi cabezoneria, mis miedos y mis celos. Tengo el peor pronto que te pueden echar en la cara.
Estaba en el patio con la gitana, la rubia estaba al otro lado con sus amigas, no podía dejar de mirarla es tan jodida mente preciosa que me quita la respiración. Y de repente veo algo que me sube la mala hostia por cada célula de mi cuerpo. La puta pelo afro besando a mi rubia, que cojones. La rubia no se aparta, pero tampoco parece que le siga el juego, me levanto y me largo a mi celda, lo único que escucho antes de abandonar el patio es a la rubia gritando mi nombre.

Llego a la celda y lo primero que hago es golpear con fuerza la pared, estoy cabreado, muchísimo. No me puedo creer que no se haya apartado, ¿a caso sigue teniendo sentimientos por ella?
Escucho pasos entrando en la celda, se que es Macarena, pero es que no quiero ni mirarla a la cara.
-Zulema escucha..
-Cállate, te ha faltado tiempo para comerte la boca con otra.
-Me ha besado ella, no he podido evitarlo.
-Evitarlo no, pero podrías haberte apartado después. Mira Macarena no estoy para chorradas, si no tienes claro lo nuestro, es mejor que lo dejemos aquí. De todas formas yo ya me estaba cansando de ti.
-Eso no es verdad, estábamos mejor que nunca Zulema.
-¿Tú nunca has fingido un orgasmo? Pues he hecho exactamente lo mismo con mis sentimientos por ti. Una tiene necesidades y antes que acostarme con un funcionario o cualquiera de las yonkis de aquí, tú eras mi mejor opción.
-Zulema, no te creo. Se que lo que me dijiste era verdad, lo sé. Te conozco.
-Tú no me conoces, solo sabes lo que yo he querido que sepas de mi y te aseguro que no siento nada por ti más que lastima. Lárgate y déjame sola.
Macarena estaba llorando, la había hecho daño y juro que decirle todo esto me estaba doliendo más a mi que a ella, pero estaba en la cárcel y no me podía permitir que me vieran débil, no podía permitirme que vieran que alguien me afectaba gasta este punto. Me había desviado de mi objetivo principal, fugarme y no podía permitirlo. Mi libertad era mucho más importante para mi que el amor, la libertad era algo que llevaba toda mi vida anhelando y no iba a renunciar a ello, por mucho que me estuviera matando dejar a la rubia. No podía dejar que ella me afectara tanto, no podía.
-Ojalá no te hubiera conocido nunca Zulema. Rizos tenía razón, ella sabía que ibas a hacerme daño, tendría que haberla hecho caso. No vuelvas a acercarte a mi, no vuelvas a dirigirme la palabra.
-No te preocupes Rubia, pronto me habré ido de aquí y no tendrás que verme nunca más.
Me miro con lágrimas en los ojos, se dio media vuelta y me dejo sola en la celda.
Por fin deje que mis lagrimas abandonaran mis ojos, me derrumbe. No soy una persona fácil de querer, desde luego no soy una persona a la que se le de bien querer, el miedo a que me hagan daño, el miedo a no ser libre es sumamente superior al amor que pueda sentir por ella.
Siempre he estado sola, supongo que es complicado deshacerse de algo que te ha acompañado toda la vida, y es jodidamente complicado dejar entrar a alguien en tu vida de esa forma si siempre has pensado que no te mereces que te ocurra nada bueno.


Perdón perdón perdón. He tardado muchísimo en actualizar pero es que estaba muy estresada con el trabajo. Curro en un hospital y hemos tenido muchísima faena y la verdad es que no tenia nada de inspiración. Intentaré actualizar pronto.

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